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Aunque en la actualidad cada vez hay nuevas opciones de juegos y nuevos sitios donde reunirse a jugar, ya sea de forma presencial o en casinos online España nuevos, las tradiciones, se siguen haciendo presentes. Más que todo aquellas muy arraigadas para los castellanos. Al indagar un poco en la cultura de nuestra región, podemos encontrarnos con algunas costumbres castellanas en los juegos de azar.
Aunque todo cambió, las tradiciones siguen estando presentes. Aun en este momento, donde la forma de hacer las cosas ha dado un giro de 360 grados. Tanto así, que atrás quedaron las visitas a las instituciones bancarías para hacer un pago o retirar dinero. Ahora existen novedosos medios de pago, incluso ya hay muchos casinos que aceptan Bizum, sin embargo, las tradiciones siguen estando perpetuadas por más de un castellano y siendo practicadas por muchos. A continuación, conocerás las tradiciones más interesantes de los juegos de azar en Castilla-La Mancha.
Cultura milenaria de los juegos castellanos
Siempre se han jugado distintos tipos de juegos de azar en Castilla. Muchos de ellos siguen siendo practicados en la actualidad, como lo es el caso de las tragamonedas, el bingo o el blackjack. Todas estas alternativas han tenido una gran repercusión durante la historia de los apostadores castellanos. Sin embargo, la historia nos cuenta un origen un poco diferente.
Existe un juego muy famoso en Castilla llamado Las Chapas. Su origen no confirmado se remonta a la época de Jesucristo. En este tiempo los soldados romanos jugaron para determinar quién podría quedarse con los ropajes de Jesús. De esta forma, un juego simple de cara o cruz daría luz al futuro de Las Chapas, uno de los juegos de azar ancestrales en Castilla.
Mediante estos mismos intermediarios se daría la introducción de otras de las primeras versiones de algunos juegos de azar. Así, resulta más que evidente la marcada tradición del azar que existe en esta región.
Secretos olvidados del juego castellano
Aun cuando en Castilla son muy comunes los juegos de azar, esta no es la cuna de los casinos por excelencia en España. Este título podría atribuírsele a Valencia, provincia donde se fundó el primer casino del país, el Casino de Castellón.
Esta edificación fue construida en el año 1814, siendo uno de los primeros casinos de Europa tras la apertura de los juegos de azar en Italia. Además, se debe tener en cuenta que no fue hasta 1977 que los casinos fueron legalizados en España con la aprobación de la Ley del Juego.
Posteriormente, ya en el año 1849 surge el famoso Casino Primitivo de Albacete, el primer casino de Castilla-La Mancha. Aquí solían reunirse personajes de la alta sociedad a intercambiar ideas a la vez que disfrutaban de un excelente ambiente. Este establecimiento consiguió ganar una gran cantidad de fama durante los años que estuvo en funcionamiento. En la actualidad, su uso ha sido limitado exclusivamente como centro cultural.
Descubriendo el juego castellano de antaño
Antes de los juegos de azar que tenemos en la actualidad existían alternativas muy diferentes. Muchas de ellas eran simples apuestas en juegos de actividad física como La Calva, Los Bolos españoles o La Llave. Sin embargo, ninguno de estos representa realmente una versión de un juego azar.
Los verdaderos juegos de azar se encontraban en los primeros casinos de la ciudad. En esa época se disfrutaba principalmente de juegos de cartas y ruletas, tal y como sucede en la actualidad. Esta cultura del juego no es algo desarrollado después de los 2000. Se trata de una ideología que le ha dado la popularidad del momento a los recintos de los juegos de azar. Inclusive muchos de estos juegos están volviendo a la industria del entretenimiento.
Viaje a las antiguas prácticas de juego perdidas hace mucho tiempo
Las prácticas de juego más antiguas solo son versiones primitivas de lo que tenemos en la actualidad. El ejemplo perfecto de ello son los naipes utilizados para jugar cartas en la antigüedad. Estos tenían un estilo con influencias árabes muy diferente al que vemos ahora.
La teoría de su procedencia se debe principalmente a los símbolos encontrados en sus diseños en las versiones más antiguas. Esto sería modificado múltiples veces con diseños diferentes, hasta alcanzar la versión que manejamos en la actualidad.
También se recuerda el uso principal que se le daba a los casinos en sus inicios. Estos eran simples centros de reunión para las personas más adineradas de la región. No eran instituciones dedicadas de forma exclusiva a los juegos de azar. Únicamente representaba un sitio para hacer reuniones sociales entre los protagonistas de la alta sociedad.
Descubriendo la historia del juego en la España histórica
Ya sabemos que los juegos de azar llegaron hace una gran cantidad de años. Sin embargo, la idea concebida de esta clase de actividades era muy diferente a la actual. En este momento, los juegos de azar pueden ser considerados como una simple actividad o hobby. Mientras tanto, en sus inicios eran catalogados como juegos propios de delincuentes y de la vida callejera.
Esta idea de juegos clandestinos no se encuentra muy alejada de la realidad. Según la historia de los juegos tradicionales, muchos de ellos eran simples apuestas realizadas sobre una actividad. Podrían ser juegos de Olimpia, carreras de carros o apuestas por el ganador en una batalla de gladiadores. Todas estas fueron costumbres traídas por los griegos y romanos, quienes acostumbraban a practicar estas actividades.
Posteriormente llegaron los juegos de cartas, siendo considerados como una herencia de la cultura árabe o de los cruzados. A diferencia de lo que debes pensar, las cartas eran muy diferentes a las actuales. Sus diseños se basaban en los estamentos de la sociedad feudal. Estos naipes se verían modificados hasta llegar a la reconocida baraja española.
Luego tendríamos la edificación de los primeros casinos, estructuras que eran usadas a modo de club exclusivo. Por ello, no fue hasta el siglo XX en que serían utilizados de la misma forma que en otros países. Así, iniciaría una carrera de crecimiento para los juegos de azar sin freno alguno, pudiendo alcanzar lo que representan en la actualidad en territorio español.