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La segunda campaña de Almanzor: la de Quwalar o Cuéllar (977)

por Javier Iglesia Aparicio
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Cuéllar

El mismo año en el que Almanzor había organizado su primera campaña militar, el 366H, el amirí junto a Galib encabezaron una segunda campaña.

Según al-Udrí, salió de Córdoba el miércoles a principios de sawwal del 366H (23 de mayo del 977), el llamado día de la ruptura del ayuno. Su intención era reunirse con Galib, caíd de Medinaceli y hombre fuerte de la Frontera Media. Seguramente siguió el itinerario Córdoba, Toledo para acabar uniéndose a Galib en Madrid.

Este punto es uno de los factores clave de esta algazúa, más allá del objetivo militar en sí. Almanzor pretendía hacerse con el poder total en Córdoba y desplazar al háyib Ya’far. Conseguir el apoyo de Galib, el militar más poderoso, era crucial para alcanzar este objetivo. Así lo expresa Ibn Idari en al-Bayan al-Mugrib:

Tocó el punto sensible del corazón de éste hablándole de una acción común contra Ya’far, y se estableció la alianza entre ellos en este terreno. Las cortesías que mostró Ibn Abi ‘Amir para con Galib durante toda esta campaña conquistaron por entero su corazón, y operaron siempre juntos.

Una vez establecido el pacto, se encaminaron hacia territorio del reino de León. Al-Udrí y otros llaman a la campaña la de Quwalar, ciudad que, según el Dikr, fue tomada y sus habitantes apresados como cautivos; y en ella también se conquistó el castillo de Mula o Mola, donde los musulmanes hicieron un gran botín y tomaron numerosos prisioneros.

Tampoco existe un acuerdo unánime acerca de la ubicación exacta del objetivo de la correría. Habitualmente, desde que el paleógrafo J.M Ruiz lo hizo, se ha identificado Quwalar con la localidad segoviana de Cuéllar. Sin embargo, otros proponen que el castillo de Mula o Mola se corresponde con el pueblo soriano de La Muela, en las cercanías de Calatañazor; o bien con la pedanía de Muela en el municipio cacereño de Pinofranqueado, ya lindando con Salamanca.1

Muralla de Cuéllar
Muralla de Cuéllar

En este caso mi opinión se inclina por considerar Cuéllar y su entorno como el área afectada. Creo que, si Almanzor y Galib se habían encontrado en Madrid, parece más lógico atacar Cuéllar, localidad más cercana que Calatañazor. En caso contrario Almanzor hubiera ido hasta Medianaceli, la base de Galib y habrían atacado desde allí.

Además, de este modo erosionaba de nuevo la frontera sur del reino leonés, el principal objetivo de las primeras campañas de Almanzor. Sin embargo, Calatañazor era en ese momento, seguramente, territorio musulmán, y no habían habido avances visibles hacia el este soriano por parte del condado de Castilla, luego no le veo mucho sentido militar en el ataque a esa zona.

Necrópolis altomedieval de San Esteban en Cuéllar
Necrópolis altomedieval de San Esteban en Cuéllar

Sea como fuere, el éxito de la campaña acrecentó la figura de Almanzor y labró una sólida alianza con Galib. Parece ser que fue Galib quien llevó el peso de la acción:

La mayor parte del éxito cayó sobre Galib, que la trasladó sobre Ibn Abí ‘Amir y que, al dejarle para volver a su gobernación, no sin haber insistido en su acuerdo contra su enemigo Ya’far, le dijo en el momento de la despedida. “Esta victoria va a llevar tu nombre muy alto y a procurarte un gran renombre; la alegría que van a sentir no les permitirá ver lo que hay en el fondo de lo que vas a pedir. ¡Oh, tú!, ¡no salgas del alcázar sin haber hecho destituir al hijo de Ya’far y haberte hecho conceder su lugar de encargado de la ciudad”. Muḥammad le prometió aprovecharse de esta advertencia.

Almanzor inició su retorno a Córdoba, ciudad a la que llegó, según al-Udrí, 35 días después de su partida, el martes 6 de du-l-qa’da del 366H (26 de junio del 977). Mientras tanto el propio Galib había escrito una carta dirigida al califa Hisham II:

Galib escribió al califa Hisham una carta en la que le dibujaba la gran parte tomada por Muḥammad en la campaña, atribuyéndole todo el daño y los esfuerzos, y el reconocimiento que le manifestaba fue para su amigo una excelente recomendación ante el califa.

De este modo, Almanzor llegó a la capital cordobesa con botín, prisioneros y un enorme reconocimiento. El califa destituyó a Muḥammad ben Ya’far, hijo del háyib Ya’far, de la gobernación de la ciudad y se la atribuyó a Almanzor. El camino para que Almanzor se hiciera con el poder absoluto ya estaba completamente definido.

  1. Martínez Ortega, Ricardo: Sobre la persecución de Almanzor contra los cristianos de España. Texto y crítica textual en el Dikr Bilad al-Ándalus, Fortvnatae, 21; 2010, pp. 75-100; ISSN: 1131-6810

Bibliografía

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