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Está situada en el pueblo cántabro de Lamiña, perteneciente al municipio de Ruente. En la actualidad es un humilde templo barroco del siglo XVIII, construido sobre un monasterio y una necrópolis altomedievales. Fue reconstruido a fines del siglo XX pues se encontraba en estado de ruinas. Se celebra una romería el 9 de septiembre.
Situada en un paraje arbolado, alejado del pueblo unos 2 kilómetros, el lugar ya se cita en un escrito de 978 del Cartulario del Infantado de Covarrubias: “In Kaornega, illo monasterio Sancti Fructuosi que uocintant illa Mima cum suos monasteriis”. Nada queda hoy de la arquitectura prerrománica.
María Ealo de Sá fue la primera en documentar, en 1984, los restos prerrománicos de la ermita de San Fructuoso de Lamiña, cuando aún no se había emprendido la restauración del edificio que, en aquel momento, presentaba un estado lamentable. En 1985, el Instituto de Prehistoria y Arqueología Sanz de Sautuola realizó unas excavaciones arqueológicas al pie de la fachada este de la ermita, además de un sondeo cerca del pórtico y una cata en el interior.
Como resultado de estos trabajos arqueológicos se encontraron nueve tumbas de lajas, en una de las cuales se recuperó un carbón que fue datado por radiocarbono en la primera mitad del siglo IX, ratificando así la antigüedad del primitivo monasterio. También se encontró una tapa con un posible orificio de libación. Frente al pórtico aparecieron fragmentos de cerámica altomedieval y un muro que pudo pertenecer al antiguo cenobio.
En el interior de la ermita se encuentran varios restos prerrománicos: dos pequeñas columnas, un epitafio, un sarcófago y una pila de agua bendita (actualmente en el Museo Diocesano de Santillana del Mar).
Además, en una fuente cercana al núcleo de población, hay un sarcófago reutilizado a modo de pilón que muy probablemente provenga de la necrópolis de San Fructuoso de Lamiña.
Columnas prerrománicas
Dos pequeñas columnas prerrománicas halladas en la excavación se encuentran integradas en la actual fábrica. Son de fuste sogueado y capiteles vegetales. Cuando se hallaron estaban alineadas y próximas, como si hubieran servido de sostén de algún arco.
Lauda sepulcral
En el porche de la ermita se conserva una lauda sepulcral de 1,55 x 58 con decoración de círculos reutilizada ya desde finales del siglo XIX como banco en la ermita. Probablemente sea del siglo X pues conserva una inscripción incisa, en letra visigótica, de una línea que dice: “[V]ivas Coni era TV”, lo cual la fecharía en la era 1005, es decir, el año 967.

Sarcófago de Lamiña
El sarcófago de Lamiña se compone de una caja rectangular alta y estrecha, que está cubierta por una tapa de piedra con forma trapezoidal con sendas protuberancias circulares en sus extremos.
Esta hermosamente decorado. En los pies hay una cruz procesional de estilo asturiano; en la cabecera dos bandas horizontales con cuadrados de lados curvos inscritos en circunferencias. Una banda con este mismo motivo aparece en los laterales de la caja, superpuesta en un lado e infrapuesta en el otro a otra banda de esvásticas de cinco radios inscritas en circunferencias, y en uno de los laterales de la cubierta.
El otro lateral de la cubierta está decorado con una banda de rosetas tetrapétalas inscritas en círculos. La parte superior está dividida en cuatro campos longitudinales, separados por baquetones con sogueado y decorados también con motivos inscritos en círculos.
Sarcófago de la Fuente de Arriba
Junto al pueblo, aunque en dirección a la ermita, se encuentra la llamada Fuente de Arriba. En su lado derecho hay un sarcófago antropomorfo totalmente integrado en su estructura que, probablemente pueda proceder de necrópolis que circundaba la ermita de San Fructuoso.

Pila benditera prerrománica de San Fructuoso de Lamiña
La pila hallada en San Fructuoso de Lamiña se encuentra actualmente en en el Museo Diocesano Regia Coeli de Santillana del Mar.
La ornamentación se organiza horizontalmente, a base de tres cordones sogueados, dos de ellos en los bordes. Estos cordones delimitan bandas con espirales, interrumpidas por grandes roleos y palmetas con una nervadura central rebajada que remata en lóbulos ligeramente destacados.
En el interior muestra un florón del que salen siete hojas, dos de ellas palmeadas como símbolo del triunfo y de la gracia, en estrecha conexión con la funcionalidad de la pieza, destinada a contener el agua de las abluciones o del bautismo.
Bibliografía
- Eduardo van den Eynde Ceruti, Carmelo Fernández Ibáñez: Excavaciones en la Necrópolis Medieval de San Fructuoso de la Miña, Cabuérniga (Cantabria), Revista de arqueología, ISSN 0212-0062, Año nº 7, Nº 59, 1986, págs. 58-58
- María Ealo de Sá: Hallazgos prerrománicos en Cantabria. San Fructuoso de Lamiña, Boletín del Museo e Instituto Camón Aznar, ISSN 0211-3171, Nº 17, 1984, págs. 119-126