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Las torres del cielo – Novela histórica

por Javier Iglesia Aparicio
0 comentario 466 visitas 2 min. de lectura
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Las torres del cielo
Las torres del cielo Book Cover Las torres del cielo
Coia Valls
Novela histórica
Ediciones B
2013-03-05
464

Las torres del cielo, de Coia Valls es una novela de narrativa histórica sobre los doce monjes que fundaron Montserrat, una epopeya sobre la misteriosa montaña que ha despertado inquietud desde la época medieval, en una localización que nunca antes ha sido novelada.

En Las torres del cielo, Coia Valls nos narra la historia de la fundación del monasterio de Montserrat, su condición telúrica, los misterios de la montaña, los orígenes de su Scriptorium, uno de los más relevantes de Europa, las relaciones entre Iglesia y pueblo así como la vida cotidiana durante el siglo XI, en una trama en la que no faltarán los misterios que rodeaban la críptica sociedad rural de la época.

A principios del siglo XI, la montaña de Montserrat es un macizo rocoso con ermitas aisladas. Allí viven todos aquellos que huyen del mundo buscando la paz o la redención. El monasterio de Santa Cecilia da refugio espiritual a los pocos que se atreven a adentrarse en el paisaje. En el año 1025, el abad Oliba toma una decisión que trastoca el orden establecido: un pequeño grupo de monjes se instala en una de las ermitas con la misión de sentar las bases del monasterio de Santa María de Montserrat. Entre ellos se encuentra Dalmau Savarés, ex soldado del conde Berenguer Ramon I, que se debate entre dos futuros excluyentes: la espiritualidad trans- formadora del eremita Basili contra el poder mundano de la Iglesia. Coia Valls recrea con su magistral minuciosidad un episodio fundamental de nuestra historia. Todo un homenaje a la montaña de Montserrat y al mar que ocupó este territorio mágico en el despertar de los tiempos.

«Cuando se acostumbró a la ausencia de luz, adivinó una estrella; más tarde otra y, aún, una más pequeña. ¿Cómo podía pensar que se encontraba rodeado de oscuridad? El cielo estaba lleno de caminos de luz, ¡una alfombra refulgente que llevaba hasta los pies de un Rey! Reconfortado, cerró los ojos y el sueño lo venció. Al despertar, el sol aún no había asomado la nariz entre las cimas y la penumbra diluía los contornos de los objetos, él mismo era una figura sin sombra que parecía formar parte de aquel lugar. Entonces, recordó el caracol marino incrustado en las rocas. Era el rastro incomprensible de las pisadas del mar en aquella montaña, como las conchas adheridas a la mezcla que conformaba las rocas.»

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