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ʿAbd Allāh ben Ḥakam, rey de la taifa de Zaragoza

por Javier Iglesia Aparicio
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Palacio de la Aljafería de Zaragoza

[¿Zaragoza?, ¿? –  Zaragoza, c. 1039]

Abū Muḥammad ʿAbd Allāh ben Ḥakam ben ʿAbd al-Raḥmān ben Muḥammad ben Hashim al-Tuyibí. En árabe عبد الله بن الحكم التجيبي

Cuarto rey de la dinastía tuchibí en la taifa de Zaragoza (durante veintiocho días comenzando en muharram 430H/1038; o comienzos de du l-hiyya 430/23 de agosto de 1039)

Hijo de Ḥakam ben Munḏir y, por lo tanto, nieto de Munḏir I, fundador del reino de Zaragoza.

Durante el gobierno de su primo Munḏir II, ʿAbd Allāh era jefe de los caídes de la taifa de Zaragoza.

Asesinato de Munḏir II

En muharram o a comienzos de du-l-hiyya del año 430 H (pudo ser o en noviembre/diciembre del 1038 o el 23 de agosto de 1039), no hay acuerdo en las fuentes musulmanas, ʿAbd Allāh ben Ḥakam asesinó a traición a su primo Munḏir II y se proclamó rey de la taifa de Zaragoza. La excusa fue que Munḏir II se había negado a reconocer al falso Hisham II apoyado por la taifa de Sevilla desde el 1035.

Así narra Ibn Ḥayyān, según Ibn Idarí, este asesinato:

«Sucedió eso por mano de un hombre revoltoso de entre sus primos. Se llamaba ʿAbd Allāh ben Hakim y era jefe entre los caídes de Munḏir. Ocultó su falta de escrúpulos durante [mucho] tiempo. Se personó ante él a primeros de du-l-hiyya del año 430 [hacia el 24 de agosto de 1039], mientras él estaba descuidado, en túnica, y no teniendo a su lado sino un pequeño grupo de sus íntimos servidores esclavones. Estaba sumido en la lectura de un libro, entonces lo hirió con un cuchillo que llevaba preparado y le cortó con él las yugulares sin que [nadie] lo impidiera. Huyeron los malos servidores, los esclavos eunucos que estaban a su lado, y lo dejaron en sus manos, excepto un servidor enérgico que lo apartó de él estando desarmado, pero ʿAbd Allāh lo hirió con un puñal y lo remató junto a su señor.

Al punto sacó la cabeza de Munḏir del alcázar en lo alto de un palo gritando. “Este es el galardón a quien se rebela contra el emir de los creyentes Hisham y se opone a sus derechos”. refiriéndose con eso al hombre exaltado en Sevilla [y] al que se invocaba entonces en ella[…].»

Su gobierno de 28 días

ʿAbd Allāh ben Ḥakam solo gobernó durante veintiocho días. La primera disposición que tomó fue convocar en el alcázar al cadí y al consejo de notables de Zaragoza, que le hallaron vestido con las ropas de ceremonia de Munḏir II y sentado sobre su mismo trono, con el cadáver todavía presente. Les expuso los fines altruistas por los que había actuado, y quizás reconoció, también estratégicamente, la autoridad de, el caíd de Lérida Sulaymān ben Hud que se encontraba en Tudela cuando le llegó noticia de lo ocurrido. Los personajes de la ciudad, atemorizados, apoyaron en principio a ʿAbd Allāh ben Ḥakam.

Seguidamente acuñó moneda a su nombre, en concreto dirhemes de plata, con el año 430H y su referencia como háyib ʿAbd Allāh pero sin mencionar al califa por el cual, en teoría, se había rebelado contra Munḏir II.

La aparente sumisión de los notables zaragozanos no era real. Y además suscitó los recelos de dos poderosas figuras. Por un lado de Ismāʿīl, rey de Toledo y tío materno de Munḏir II; y de Sulaymān ben Hud, gobernador de Lérida y Tudela, poderosos y con ansías de zafarse del poder de Zaragoza y que había acogido en Lérida al último califa de Córdoba Hisham III.  Ambos se dirigieron contra Zaragoza, pero ʿAbd Allāh logró evitar su entrada en la ciudad.

Huída de ʿAbd Allāh ben Ḥakam

Pero la situación en Zaragoza pronto se deterioró y estalló una revuelta. ʿAbd Allāh tuvo que escapar furtivamente del alcázar, llevándose los tesoros regios. Se refugió en el castillo relativamente próximo de Rueda de Jalón, dispuesto a mantenerse, para lo cual guardó como rehenes a dos hermanos del asesinado Munḏir II, a su visir Abu l-Mugira ben Hazm y a otros cortesanos.

Tras su marcha, la muchedumbre asaltó el alcázar de Zaragoza, saqueando hasta sus mármoles. Las agitaciones que ocurrieron entonces debieron ser graves, porque en su curso murió violentamente Yequtiel ibn Ishaq, alto personaje judío de la corte zaragozana, a cuya pérdida dedicó Ibn Gabirol sentidas elegías.

Tras su huida, Sulaymān ben Hud, en muharram del 431H según Ibn Ḥayyān [23 de septiembre a 22 de octubre del 1039] se hizo dueño de la situación, y se instaló en Zaragoza como nuevo soberano de la taifa, dando comienzo a la dinastía Banu Hud que rigió Zaragoza hasta la conquista almorávide en el año 1110.

Bibliografía:

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