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al-Munḏir ben Hud, Imad ad-Dawla, rey de la taifa de Lérida, Tortosa y Denia

por Javier Iglesia Aparicio
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Fortaleza de la Suda, Lérida

[¿? – 483H/1090] En árabe المنذر بن هود
Rey de la taifa de Lérida, Tortosa, Denia y Monzón (c. 1082 – 1090)

al-Munḏir ben Aḥmad ben Hud era hijo de al-Muqtadir, rey de la taifa de Zaragoza, perteneciente a la familia de los Banu Hud.

Tras la muerte de su padre, su hermano Yūsuf al-Mu’tamin fue nombrado rey en Zaragoza. Pero al-Munḏir se rebeló en la zona oriental del reino y se hizo con el control de Lérida, Tortosa y Denia. Tomó los títulos de al-Hayib e Imad ad-Dawla.

Su gobierno está marcado por dos conflictos bélicos: su pretensión de conquistar Valencia y su conflicto con su hermano al-Mu’tamín de Zaragoza.

Enfrentamiento con al-Mu’tamin de Zaragoza

En 1082 Munḏir se enfrentó, contando con el apoyo de Sancho Ramírez de Aragón y la colaboración de Berenguer Ramón II de Barcelona y Guillermo Ramón I de Cerdaña, al su hermano al-Mu’tamin de Zaragoza. Éste pretendía reunificar los dominios de su padre y había contratado los servicio de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid.

Munḏir fue derrotado en la frontera ribagorzana y el conde Berenguer Ramón II de Barcelona hecho prisionero.

El 14 de agosto de 1084 medirían de nuevo sus fuerzas en la batalla de Morella. Esta vez Munḏir se sirvió del ejército de Sancho Ramírez de Aragón para enfrentarse a su hermano, que seguía contando con la fuerza militar de Rodrigo Díaz. El Cid inició la fortificación de un castillo en Olocau del Rey o Pobleta de Olocau con el fin de hostigar la importante plaza de Morella, entonces perteneciente a la demarcación de Tortosa de la taifa de Lérida. La batalla concluyó con victoria decisiva del Cid, que capturó a un importante número de magnates aragoneses.

Enfrentamiento por Valencia (1087-1090)

Valencia era ambicionada por un lado por Alfonso VI de Castilla y León; por otro por al-Mu’tamín de Zaragoza y, por Munḏir. Si Munḏir tomaba Valencia uniría sus territorios pues ya rodeaba prácticamente el reino por el norte y el sur.

Valencia había sido hasta el 1085 vasalla de Zaragoza. El mismo al-Mu’tamin estaba casado con una hija de Abū Bakr de Valencia. Pero Alfonso VI de Castilla y León, por mediación de Álvar Fáñez, logró establecer en Valencia a su aliado al-Qadir, último rey de Toledo, en el 1086.

De este modo Zaragoza se vio privada de sus ambiciones pero poco podía hacer pues se defensa estaba realmente en manos del rey castellano y de su comandante Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid.

En 1087 al-Munḏir de Lérida atacó Valencia con la alianza de Ramón Berenguer II. Se hizo con e control de Játiva y luego asedió la capital. Sin embargo Alfonso VI encargó al Cid la defensa de la taifa de Valencia.

El Campeador, ahora acompañado por el rey de Zaragoza al-Musta’in II, repelió el ataque de Munḏir de Lérida y el conde de Barcelona; sin embargo, poco después el leridano conquistó la importante plaza fortificada de Murviedro (actual Sagunto), que seguía suponiendo una amenaza para la ciudad del Turia.

Por otro lado, el rey de Zaragoza reclamaba sus derechos al trono Valencia por ser nieto de al-Muqtadir, quien había conseguido someterla al vasallaje de Zaragoza, pero Rodrigo Díaz tenía encomendada por Alfonso VI la misión de sostener al rey títere al-Qadir; entonces, el Cid volvió a Castilla para planear con Alfonso VI la estrategia de futuro y reforzarse, tras lo cual regresó para atacar Murviedro con el fin de expugnar al rey hudí de Lérida.

A la vuelta del Cid, Valencia estaba siendo sitiada por Berenguer Ramón II, ahora aliado con al-Musta’in II, a quien el Campeador había negado entregar la capital levantina en la campaña anterior. Rodrigo, ante la fortaleza de esta alianza, procuró un acuerdo con Munḏir de Lérida y pactó con el conde de Barcelona el levantamiento del asedio, que el Ramón Berenguer II hizo efectivo.

Finalmente, en el verano de 1090, se produjo el encuentro en la batalla de Tévar entre las tropas de Munḏir, comandadas una vez más por Berenguer Ramón II, contra la mesnada de Rodrigo Díaz, con el resultado nueva victoria del Cid y captura del conde barcelonés.

Enfrentamientos con El Cid

En 1089 el Cid es desterrado por segunda vez de Castilla al no haber acudido a apoyar a Alfonso Vi en el sitio de Aledo. Rodrigo se dirigió hacia el levante y emprendió una actividad bélica independiente.

Primeramente, saqueó y tomó el control de la demarcación de Denia, que pertenecía a Munḏir de Lérida. El rey leridano pidió ayuda otra vez a Ramón Berenguer II, obligado por el cobro de parias de Lérida a proteger sus dominios. También solicitó el apoyo de Sancho Ramírez de Aragón, del conde Armengol IV de Urgel e incluso de su tío al-Musta’in II de Zaragoza.

De todos ellos, solo el conde de Barcelona aceptó aliarse con el rey musulmán de Lérida. Al-Musta’in II, quizá recordando los servicios que el Cid había prestado durante seis años a su padre al-Mu’tamin, avisó a Rodrigo de la coalición que se había reunido para presentarle batalla.

El Campeador marchó al norte, a la zona de Morella, como había sucedido seis años antes, internándose en la taifa de Lérida. Sus tropas eran inferiores en número, por lo que el caballero burgalés decidió elegir el terreno, y situó sus tropas a la entrada del valle de una zona de bosque montañoso. El ejército enemigo marchaba al mando de Berenguer Ramón II el Fratricida.

A pesar de la ventaja numérica, al primer choque, el centro del ejército del Fratricida fue desbaratado, aunque el Cid también resultó herido tras caer de su montura. Finalmente el ejército del Campeador logró una decisiva victoria, capturando otra vez al conde de Barcelona y los principales nobles de su séquito, por los que pediría un cuantioso rescate.

El Cid fue herido de gravedad y se refugió primero en un lugar llamado Salarca y luego en Daroca. Allí firmó un tratado de paz con el conde catalán en el cual cedía al Cid las parias que Munḏir de Lérida pagaba por el protectorado barcelonés sobre Denia.

Munḏir falleció en el año 1090 y fue sucedido por su hijo Sulaymān Sayyid ad-Dawla.

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