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Julián, conde de Ceuta y Tánger

por Javier Iglesia Aparicio
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Julián (Iulianus) o Urbano (Urbanus) (Yulyan, Bulyan, Olián u Olbán en las fuentes árabes, يوليان). Conde y gobernador visigodo de Ceuta (Septem) y Tánger (fines s. VII – primer tercio s. VIII)

De posible origen bereber o visigodo1. También se ha supuesto que fuera el último exarca bizantino del norte de África2. Su primera aparición en la historia es del año 682, cuando el gobernador musulmán de Ifriqiya, ‘Uqba ben Nafi al-Fihrī recorre la zona de Tánger y llega a la costa atlántica del actual Marruecos. Las crónicas árabes narran cómo Julián defendió con éxito Tánger y le facilitó información acerca de las dificultades para cruzar el Estrecho de Gibraltar y le anima a marchar hacia el sur por Volubilis hacia las tierras del Sus, donde habitaban bereberes paganos.

En el 708 Mūsà ben Nuṣayr logra el control de todo el Magreb: Julián perdió Tánger. Solo restaba el enclave visigodo de Ceuta, que aunque opuso cierta resistencia, no pudo evitar el dominio musulmán en el 709. Vuelve entonces a aparecer el conde Julián (al menos es factible pensar que es la misma persona citada en el 682 aunque no existe absoluta certeza). Julián se convierte desde ese momento en un colaborador del dominio árabe. En el 710, cuando explota el conflicto en el reino visigodo entre Rodrigo y Agila II, parece que Julián apoya el bando de Agila II, quizás por estar casado con una hermanastra.

Julián aconseja entonces a Ṭāriq ben Ziyād el cruce del Estrecho debido a las óptimas condiciones climáticas con el objetivo de apoyar al bando de Agila II. Ṭāriq, antes de hacerlo por sí mismo, envió a Ṭarīf Abu Zura ben Amir al-Maafiri, un señor bereber, en julio del 710 con 500 hombres transportados en cuatro naves del conde Julián y desembarca en Tarifa. Tras saquear la zona de Algeciras regresa al norte de África. Ante la escasa resistencia ofrecida por los visigodos, Ṭāriq, acampado en Tánger decide cruzar a la península Ibérica el 28 de abril del 711 y contó de nuevo con la pequeña flota del conde Julián.

Julián perteneció al círculo de nobles visigodos que asesoró a los nuevos dueños de Hispania, e incluso parece que acompañó a Mūsà ben Nuṣayr a Damasco. Según la Crónica mozárabe del 754 Mūsà fue condenado a muerte por el califa aunque luego le cambió la condena por una multa de 2.000.000 de sueldos. Entonces cuenta que:

«Muza, admitiendo el consejo de Urbano, hombre de muy noble estirpe, de una región africana, educado en la doctrina católica, que había ido con él por todas las provincias hispanas, acepta gustosamente pagar la multa impuesta, sin importarle nada, pues dada su gran riqueza, incluso le parecía pequeña.»3

Julián permaneció como gobernador de Ceuta hasta su muerte, en fecha desconocida, quizás con un pacto similar al firmado por el conde Teodomiro en la zona de Murcia. Tras su muerte los árabes se hicieron con el gobierno de la ciudad en contra de los deseos de la población bereber. Estas tribus destruyeron Ceuta durante la rebelión de Maysara al-Matghari en el 740.

Según Ibn al-Farabi4 tuvo un hijo llamado Balcayas.

El papel legendario de Julián en la conquista musulmana del reino visigodo

El conde Julián es protagonista del relato legendario de la conquista musulmana del reino visigodo. Es la personificación de la traición desde el punto de vista de las crónicas medievales cristianas. Pero en las versiones cristianas y musulmanas la causa final de la actuación de Julián se debe a una afrenta de honor sufrida por su hija: Florinda, la Cava.

La versión más antigua que narra esta historia desde la órbita cristiana es la Chronica Gothorum Pseudo-Isidoriana (s. XI). Según esta fuente la hija de Julián, llamada Oliba, habría sido llamada a la corte del rey Witiza, en Sevilla, y habría sido violada por este.

Otras crónicas posteriores hablan de que la hija del conde Julián habría sido enviada a Toledo para ser educada junto a otras nobles. Durante ese periodo Rodrigo se sintió atraído por Florinda y acabó forzándola. Florinda avisó entonces a su padre quién acudió a recogerla y desde entonces comenzó a planificar su venganza con apoyo de los árabes.

El conde Julián en la literatura

La leyenda del conde Julián ha sido un tema recurrente en la literatura española; su historia pasó al romancero y sirvió de argumento para obras románticas como los dramas de José Zorrilla El puñal del godo y La calentura; la obra El conde don Julián (1839) de Miguel Agustín Príncipe y el poema narrativo del duque de Rivas Florinda (1826). También se basa en el personaje la novela de Juan Goytisolo Reivindicación del conde don Julián (1970).


  1. Chalmeta, Pedro: Invasión e islamización, Madrid, 1994, pp. 113-116.
  2. García de Valdeavellano, Luis: Historia de España, 1968, Madrid. Ed. Alianza.
  3. López Pereira, José Eduardo: Crónica mozárabe de 754, Anubar Ediciones, 1980, Zaragoza, pág. 77.
  4. Ibn al-Farabi: Biblioteca Arabico-Hispana, tomos 7 y 8.

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