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Muḥammad al-Yashubi Izz ad-Dawla, rey de la taifa de Niebla

por Javier Iglesia Aparicio
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Castillo de Niebla

[¿? – Córdoba, 2ª mitad s. XI]

Segundo rey de la taifa de Niebla (1041/42-1051/52)

Su nombre completo era Abū ʿAbd Allāh Muḥammad ben Yaḥyà al-Yashubi Izz ad-Dawla. En árabe أبو عبد الله محمد بن يحيى اليحصبي

Era hermano de Abu-l-Abbas Aḥmad, fundador de la taifa de Niebla, a quien sucedió en el cargo.

Se tienen escasas noticias de su gobierno, siendo la información más extensa la ofrecida por la Crónica anónima de los reyes de taifas:

Llevaba la kunya de Abū ʿAbd Allāh. Se le reconoció por jefe por virtud del nombramiento [como presunto heredero, efectuado anteriormente] por su hermano en el año 433H (31 agosto 1041 a 20 agosto 1042). Se le saludó con el título de sultán y las regiones [adyacentes a Niebla] se adhirieron a él. Sus asuntos fueron bien, la gente le prestó obediencia y anduvo por una buena senda hasta que al-Mutadid volvió hacia él su rostro, envió su caballería a hacer algaras contra él y le apretó su dogal; después de guerras y estratagemas en las que se perdieron personas y bienes, fueron devastadas las aldeas, así como quemadas las cosechas y las casas.

Su situación fue [cada vez más] débil mientras la de al-Mutadid se reforzaba. [Izz al Dawla entonces] escribió a Abu l-Walīd ben Yahwar, señor de Córdoba, para rogarle [que le permitiese] encaminarse hacia él con sus bienes, su familia y sus hijos y [le] garantizase su protección. [Ibn Yahwar] respondió favorablemente a lo que pedía y le socorrió en lo que esperaba. Entonces se trasladó a donde él, al tiempo que dejaba como sucesor de Niebla al hijo de su hermano. Y eso tuvo lugar en el año 433H (15 mayo 1051 a 2 mayo 1052). Su reinado fue de diez años, un mes y unos días.

Cuando llegó a Córdoba, el señor de la ciudad, Abu l-Walīd, le testimonió honra y respeto, se esforzó [en tratarlo] de la manera más generosa y le proporcionó amplios recursos hasta el final de su vida.

Crónica anónima de los reyes de taifas, p. 39

El discurrir político de la zona es recogido por Ibn Idarí en su al-Bayan al-Mugrib transmitiendo partes de la crónica de Ibn Ḥayyān.

Niebla, al igual que el resto de taifas de la zona, eran el objeto de los deseos expansionista de la taifa de Sevilla. Ante el previsible ataque de los sevillanos, Muḥammad al-Yashubí pidió ayuda a al-Muẓaffar ben al-Aftas, soberano de la taifa de Badajoz. Mientras al-Muẓaffar se dirigió a Niebla para defenderla, formó una coalición bereber, encabezada por Bādīs ben Ḥabūs de Granada y avanzaron hacia Sevilla.

al-Mu’tadid de Sevilla envió en respuesta a su caballería contra la taifa de Badajoz, donde hicieron pillajes y luego se volvió contra Niebla. En las afueras de la ciudad se estableció un combate con un final poco claro ya que Ibn al-Aftas perdió un número considerable de sus hombres pero al-Mutadid no pudo conquistar Niebla.

Pero en torno al 442H (26 mayo 1050 a 14 mayo 1051) Muḥammad al-Yashubí rompió la alianza con Ibn al-Aftas y se alió con su anterior enemigo sevillano. Ibn al-Aftas se encamino está vez hacia Niebla para dar un escarmiento a su antiguo aliado. En esta ocasión al-Mu’tadid acudió en ayuda del soberano ilipense causando una sonada derrota a las tropas de Badajoz. A continuación dirigió una expedición de saqueo contra Évora.

Al año siguiente, en el 443H, y gracias a la mediación de Muḥammad ben Yahwar de Córdoba, se restableció la paz entre sevillanos y pacenses, lo cual selló el destino de las dos taifas onubenses: la de Niebla y la de Huelva y Saltés.

El continuo hostigamiento del soberano Abbādí, unida a la debilidad del gobernante en Niebla, acabó provocando el exilio del segundo yashubí, quien se refugió en Córdoba, al igual que hizo el depuesto régulo de la taifa de Huelva y Saltés, ʿAbd al-ʿAzīz al-Bakri ‘Izz al-Dawla.

Muḥammad al-Yashubi se exilió a Córdoba acompañado por un escuadrón de caballería sevillano y allí acabó sus días en una fecha desconocida.

Pero este hecho no supuso el final definitivo de la taifa de Niebla. Antes de partir Muḥammad al-Yashubí proclamó a su sobrino Abu Nasr Fatḥ ben Jalaf como soberano de Niebla.

Bibliografía

  1. Crónica anónima de los reyes de taifas, Trad. Felipe Maíllo Salgado, Akal Universitaria, 1991.
  2. Ibn Idari: La caída del Califato de Córdoba y los Reyes de Taifas (al-Bayan al-Mugrib), Trad. Felipe Maíllo Salgado, Universidad de Salamanca, 1993.

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