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Desde Fontecha a Peña La Uña (812 m.) por el lago de Caicedo Yuso y final en Salinas de Añana

por Javier Iglesia Aparicio
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Artículo colaboración de Juan Carlos Abascal Ruiz de Aguirre, el quinto de una serie de seis rutas para conocer en detalle en Valle de Valdegovía.

Hoy os voy a contar la ascensión a Peña La Uña, una modesta cumbre de 812 ms, partiendo del pueblo de Fontecha, y siguiendo la ruta señalizada como El Lagunillo, llegar al lago de Caicedo Yuso. Desde pie del lago, ascendemos a Peña la Uña, y a continuación visitaremos los restos arqueológicos del antiguo poblado de Lagos y la ermita de Nuestra Señora del Lago. Visitaremos el lago, y conoceremos sus leyendas, y desde allí terminaremos nuestra excursión deportivo cultura en Salinas de Añana.

Mapa de la ruta Fontecha - Peña La Uña - Salinas
Mapa de la ruta Fontecha – Peña La Uña – Salinas

Empezaremos nuestra excursión en el pueblo de Fontecha, que así se veía en 1937

Fontecha en 1937
Fontecha en 1937
Fontecha en 1937

Lugar de nacimiento del cantante José García Mardones (1868) que durante 12 años fue bajo titular del Metropolitan Opera House de Nueva York y considerado el mejor bajo del mundo en su época.

Museo José Mardones en Fontecha
Museo José Mardones en Fontecha

Dentro del pueblo, una piedra en una fachada, tallada con una inscripción fascista, que recuerda la estancia de las tropas de Mussolini durante la Guerra Civil española en la localidad.

Inscripción fascista en Fontecha
Inscripción fascista en Fontecha

Torre del Condestable. El nombre de Torre del Condestable, se atribuye a que la torre pasó de los Solórzano, primeros señores de la torre, a los Velasco por matrimonio, y éstos eran Condestables de Castilla.

Torre del Condestable en Fontecha
Torre del Condestable en Fontecha

La función del edificio debió ser, casi con toda seguridad, militar, dada la escasez de vanos y la abundancia de elementos defensivos, como son los garitones, cadalsos y saeteras y fue construida en el siglo XIV o durante el siglo XV.

Y presidiendo el pueblo la Iglesia de San Nicolás, hoy abandonada y destinada a ruinas, y en sus alrededores, tapias y restos de edificaciones que nos hablan de cuando el pueblo estaba allí situado, y hubo que abandonarlo tras quemar todas las casas por una epidemia de peste en el siglo XVI.

Iglesia de San Nicolás en Fontecha
Iglesia de San Nicolás en Fontecha

La Torre Palacio de los Orgaz fue construida por la Casa de Mendoza, una de las más poderosas de Álava, para controlar la principal vía de comunicación de la Sal de Añana. Hacia el sur controlaba el camino hacia Castilla y hacia el norte la ruta hacia los puertos marítimos del Cantábrico.

La Torre fue construida a finales del siglo XIV o primeros del XV, en piedra arenisca de sillería bien labrada y  son únicas en las torres alavesas las saeteras de 1,25 m de altura aproximadamente rematadas en arcos lobulados.

 El Palacio es de finales del siglo XV o principios del siglo XVI. Se sitúa al oeste de la Torre, donde tiene su acceso principal.

La entrada principal al palacio está rematada por un arco conopial y sobre el arco van dos escudos, el de la derecha ostenta las armas de los Hurtado de Mendoza y el de la izquierda el de los Guzmán y los Toledo.

Torre palacio de los Orgaz en Fontecha
Torre palacio de los Orgaz en Fontecha

A continuación, veremos la Fuente romana, que da origen al nombre del pueblo: Fuente techada, pues en su origen y hasta hace no muchos años la fuente tenía techo.

Fuente romana de Fontecha
Fuente romana de Fontecha

Encima podemos ver un “cocodrilo”, primera de las esculturas que podemos ver del escultor Adrian Van, establecido en Fontecha, quizá emulando o recordando al gran escultor nacido en Fontecha Joaquin Lucarini. Destaco sus esculturas en Vitoria, Templaza y Fortaleza; en Bilbao El Tigre, y en Burgos, esculturas cidianas en el puente.

Escultura en Fontecha
Escultura en Fontecha
Escultura en Fontecha

Y ya en las afuera del pueblo, tomamos el sendero GR1, que vamos a seguir hasta llegar al Lagunillo, y que así aparece en los carteles.

Antes de visitar el lago, iremos a Peña la Uña. A pesar de su escasa altitud es la máxima altura de la zona y posee unas excelentes vistas de la llanura de la Ribera Baja y de Miranda de Ebro y los montes que la delimitan. Después iremos a visitar la Ermita de Nuestra Señora del Lago.

Ermita de Nuestra Señora del Lago, Valdegovía
Ermita de Nuestra Señora del Lago, Valdegovía
Ermita de Nuestra Señora del Lago, Valdegovía
Ermita de Nuestra Señora del Lago, Valdegovía

y los restos arqueológicos del antiguo poblado de Lagos, que aparece en el documento llamado de la Reja de San Millán, en el año 1025, y que en la primera mitad del siglo XV figura como concejo, y sin embargo para mediados del siglo XVI aparece como despoblado, desconociéndose las causas. Se sigue celebrando la romería a la ermita el sábado siguiente a la festividad del Corpus.

Poblado de Lagos
Poblado de Lagos

Lago de Caicedo Yuso

Y una vez regresado al lago, empezaremos a recorrer su orilla, ya camino de Salinas de Añana. Lagunillo se refiere al lago de Caicedo Yuso. Este lago recibe el agua del mismo manantial que surte a Salinas de Añana, pero, al contrario que la fuente de Santa Engracia, su agua no está salada, pues no atraviesa el sedimento salino, sino que se encuentra sobre una capa de arcilla impermeable que lo aísla de la sal sobre la que se asienta.

El lago está en proceso de recuperación por una iniciativa de la Diputación Foral de Álava, ya que el lago se estaba desecando por la acción abusiva de su uso para el riego agrícola.

Lago de Caicedo Yuso
Lago de Caicedo Yuso
Lago de Caicedo Yuso
Lago de Caicedo Yuso

Leyenda del nacimiento del lago. Cuenta la leyenda que en el sitio que hoy ocupa el lago existía una venta cuyos propietarios se habían enriquecido en pocos años. Un día llegó a la puerta de la venta una mendiga que llevaba un niño de corta edad en los brazos. Era una mujer joven de rostro muy bello, aunque demacrado por la fatiga y el hambre. Se detuvo ante la puerta y pidió que le hicieran la caridad de proporcionarle algún alimento. Los criados fueron a decírselo a los dueños que se disponían a comer en aquel momento.

El dueño ordenó que pusieran una pequeña cantidad de masa en el horno para cocer un pan. Pero cuando sacaron el pan del horno, la pequeña cantidad de masa había aumentado sin que se supiera cómo y el pan era muy grande. El avaro dueño juzgó que era excesiva la limosna y ordenó que de nuevo se pusiera a cocer una cantidad de masa inferior a la de la primera vez, pero ocurrió lo mismo. Por tercera vez lo repitieron y el pan todavía salió mucho mayor.

Entonces irritado gritó: ¡Que echen a esa mendiga de la puerta! Una criada fue a cumplir la orden del amo, pero como era de sentimientos caritativos tomó un trozo de pan de su propia comida y se lo dio a la pobre mujer. Ésta le dijo a la criada que la siguiera, pues una gran desgracia iba a caer inmediatamente sobre la casa. La criada obedeció y echó a andar detrás de la mujer con el niño en brazos. Conforme iban andando la mendiga se iba transfigurando, sus ropas harapientas se iban transformando en hábitos hermosísimos y su rostro se iluminó de un resplandor celestial.

La criada comprendió que era la Virgen que se le había aparecido y en el momento que iba a arrodillarse oyó un ruido terrible. Volvió la cabeza y vio que la venta había desaparecido y que en el sitio que ocupaba había un lago. La Virgen también desapareció y la criada supo que todo lo que había sucedido era un castigo por la falta de caridad del dueño. Fue al pueblo cercano y contó lo ocurrido y después se erigió la ermita a la Virgen con el nombre de Nuestra Señora del Lago.

Hoy en internet encontramos leyenda en su versión masculina.

Una creencia de la comarca es que «si el lago tiene las aguas claras, es señal de que el tiempo va a ser bueno; pero si el lago está muy oscuro es que va a venir alguna borrasca.

Otra leyenda. Los mayores aseguran que existe un remolino en este lago donde las aguas son más oscuras. Una leyenda explica el origen del remolino. En una ocasión marchaba un agricultor con su pareja de bueyes y su carro. por el camino del monte que está en la ladera sobre el lago. Un mal paso, o el desprendimiento del terreno, hicieron que cayeran los bueyes y el carro al agua, formando un remolino en la inmersión. A partir de entonces no se volvió a saber nada de los bueyes y quedó para siempre aquel remolino en el agua del lago. La gente del entorno siempre ha temido introducirse en esta zona del lago, por miedo a ser absorbido por el agua La creencia asegura que el osado que lo intente quedará oculto bajo el manto del agua para toda la eternidad.

Llegada a Salinas de Añana

En la parte alta del lago, lo abandonamos por la senda señalizada hacia Salinas de Añana, población a la que nos acercaremos desde lo alto del Valle Salado, con unas magníficas vistas del mismo.

Senda a Salinas de Añana
Senda a Salinas de Añana

Antes de bajar hacia el valle, visitaremos el Monasterio de templarias de San Juan de Acre. El Real Monasterio perteneció a la Orden de Malta. El Monasterio actual data del siglo XIV, y se edificó sobre un antiguo Hospital de Peregrinos que allí existía, probablemente atendido por las monjas templarias.

Monasterio de templarias de San Juan de Acre.
Monasterio de templarias de San Juan de Acre.
Monasterio de templarias de San Juan de Acre.
Monasterio de templarias de San Juan de Acre.

De la época romana son las Salinas de Añana, que, aunque siglos atrás se explotaban, los romanos nos enseñaron a explotarlas como en la actualidad. Los romanos nos enseñaron economía. Actualmente el Valle Salado, como así publicitariamente se le denomina, está siendo restaurado y es un gran centro turístico de Valdegovía y su comarca.

El Valle Salado es un paisaje cultural, un lugar único, en el que a lo largo de la historia se ha desarrollado una actividad salinera de forma artesanal, que ha ido conformando el actual entramado de plataformas de producción de sal –comúnmente denominadas “eras”- a partir de la evaporación natural de la muera o agua salada. El número de plataformas es superior a cinco mil y se adaptan a la orografía recorriendo el cauce del río Muera, que nace en el extremo del valle junto al manantial principal de salmuera.

Valle Salado en Salinas de Añana
Valle Salado en Salinas de Añana
Valle Salado en Salinas de Añana

Nuestra ruta termina en la iglesia de Santa María de Villacones. Parece que existió en este terreno una ermita y que el templo actual asumió sus funciones cuando se destruyó el de San Cristóbal. El edificio es obra de diversas épocas. A pesar de la sencillez de sus formas resulta una construcción destacada.

Se conservan algunos soportes que corresponden al siglo XIII que debieron formar parte de un templo medieval que se reconstruyó en el XV, tras su finalización un siglo después se configuró un edificio con planta de cruz latina flanqueada por capillas laterales. Las distintas épocas de construcción se advierten claramente en sus bóvedas.

En 1662 fue ordenada la construcción de la torre y sus obras comenzaron en los años 1700 y 1701

Iglesia de Santa María de Villacones en Salinas de Añana
Iglesia de Santa María de Villacones en Salinas de Añana

Y de ahí subiremos al alto del pueblo para contemplar ruinas de la antigua iglesia fortaleza de San Cristóbal, desmantelada tras la guerra de la Independencia, donde se acuartelaron las tropas francesas, y Francisco Longa la destruyó.

Ruinas de la antigua iglesia fortaleza de San Cristóbal
Ruinas de la antigua iglesia fortaleza de San Cristóbal

En el camino, por el casco antiguo de Salinas de Añana, pasaremos por el Palacio de los Ozpinas, hoy bar restaurante y por la Casa Palacio de los Herrán. Se trata de un palacio del siglo XVII cuya traza destaca por su calidad compositiva en su entorno inmediato. Se comenzó a construir en 1695 por iniciativa de D. Pedro de Zambrana.

Casa Palacio de los Herrán en Salinas de Añana
Casa Palacio de los Herrán en Salinas de Añana

Y terminamos nuestra excursión en Rollo o picota que constituía el emblema de jurisdicción, de ahí que en el fuste lleve el escudo de los Sarmiento, linaje éste que poseyó la villa de Salinas. Rematando el fuste se encuentra una cruz trebolada de hierro, elemento añadido una vez perdida su función primitiva y transformada en hito cristiano o crucero.

Rollo de Salinas de Añana
Rollo de Salinas de Añana

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