En el museo de la catedral de Burgos, que alberga más de 170 obras de pintura, escultura, orfebrería y tapices, podemos ver una cruz que la tradición atribuye al conde Fernán González de Castilla.
Es una cruz relicario o escolpium fabricada en los siglos X u XI y a la que se atribuye una procedencia bizantina. Se desconoce el origen de la tradición que hace de este objeto la cruz que el conde Fernán González llevaba en sus acciones de guerra.1
Esta cruz pectoral tiene forma de cruz griega. En el centro está Cristo crucificado y tiene tres medallones, uno en cada extremo de la cruz salvo en el inferior.
Los escolpium son objetos, generalmente a modo de cruz pectoral, que facilitan la devoción mística, ya que el portador, al estar en contacto con la imagen o con la reliquia, recibe sus efectos. Estos pueden ser el amor divino, el dolor, el arrepentimiento, la purgación de los sentidos y las pasiones; así como también la protección, por medio de las distintas advocaciones de la Virgen y de los santos que en ellos se representan, se guardan o inscriben.
Este modelo de scolpium parecen tener un origen bizantino, en los siglos VI y VII, y a partir del siglo X se difunden por gran parte de Europa. En la misma época se conocen otros objetos similares en la península Ibérica, como una cruz que perteneció al museo de la catedral de Viseu, hoy desparecida, también datada en el siglo X, con tres medallones decorados con San Mateo, San Pedro, San Pablo y la Virgen con el Niño.
- LÁZARO LÓPEZ, Agustín, «6. Escolpium, llamado de Fernán González», Yo Camino, catálogo de exposición, Ponferrada, Fundación Las Edades del Hombre, 2007, pp.64-65