En el valle de Valderredible, en la pequeña localidad de Cadalso (Cantabria), se encuentra la iglesia rupestre de San Cipriano, popularmente llamada de la Virgen del Carmen. Está excavada a los pies del alto de La Sierra, casi pegada a las casas del pueblo, quedando separada de él por la carretera.
Su cronología es imprecisa, entre los siglos VII y X.
Es un templo de una sola nave de planta rectangular, cubierta por una bóveda de cañón imperfecta, que en algún tramo está apuntada, con una altura media de poco más de dos metros.
El arco triunfal adopta una forma de arco de medio punto. La cabecera está constituida por un ábside trapezoidal, casi rectangular, que se cubre con una bóveda de formas imperfectas.
En la pared meridional se abren los vanos: una puerta de acceso de arco de medio punto y dos pequeñas ventanas. Una tiene el hueco redondeado con derrame hacia el interior; la otra, más al este, tiene forma rectangular y en su exterior está remarcada por una línea grabada que simula un arco.
En la parte oriental del ábside hay otro vano actualmente cegado.
Pueden observarse en la fachada huellas de repiqueteado, que quizá sean de un antiguo porche, hoy desaparecido.
En un lado se alza una espadaña, que originalmente estaba sobre la iglesia.
La ermita se encuentra muy restaurada y con añadidos posteriores, como la mesa del altar y, muy probablemente, una ventana redonda de la cabecera.
Necrópolis
En el exterior de la iglesia, y sobre ella, excavadas directamente en la roca existen varias tumbas altomedievales. Una de ellas sobre la peña, antropomorfa, con reborde perimetral donde encajaba la tapa del sarcófago.
Otra rectangular está excavada sobre la parte occidental del muro sur. Y al lado de la iglesia podemos ver otra sepultura excavada lateralmente, de forma ovalada.
Según los habitantes del lugar había más sepulturas pero fueron destruidas al construirse la carretera.