La Reconquista cristiana de la península Ibérica, que cayó en manos de los musulmanes a partir del año 711, duró ocho siglos y fue un acontecimiento capital en la historia medieval de Europa. En torno a Castilla, dio origen al moderno Estado español, que se convirtió en la principal potencia en el siglo XVI.
Con el tiempo, todo esto parecía evidente, hasta que la deconstrucción emprendida por algunos en las últimas décadas lo ha puesto en entredicho, en nombre de la relectura considerada necesaria de una “historia nacional” acusada de transmitir una concepción “nacionalcatólica” de la historia de España asimilada a la ideología franquista. Un autor ha llegado incluso a afirmar que “la Reconquista nunca existió”.
La tardía aparición del propio término, los vaivenes de las relaciones entre los reinos cristianos y los principados musulmanes, y el ya obligado arrepentimiento por la destrucción del imaginario “paraíso multicultural” de al-Ándalus, han contribuido a excluir de la historiografía contemporánea cualquier consideración sobre este episodio capital en la definición a largo plazo de la identidad española. Ha llegado, por tanto, el momento de volver a examinar, sin prejuicios, la lucha de ocho siglos entre la España cristiana y el mundo musulmán.