Quizá sea Sancho III el Mayor el monarca más destacado de Navarra. Conoció de niño los embates terribles de Almanzor contra los reinos cristianos. Sin embargo, cuando muere el navarro en 1035, llevaba ya tiempo convertido en el señor más poderoso de la Península Ibérica.
A ello habían contribuido los errores ─muy graves─ de los propios musulmanes, las herencias familiares de su esposa doña Munia, más ¿cómo no? el buen hacer del propio Sancho III.
Desde Pamplona, rex ibéricus intenta ser, más que una novela histórica, una historia novelada: todas las fechas y los nombres de personas o de lugares que aparecen son reales o son los admitidos por la mayoría de historiadores.
Todo ello contado, además, con el aderezo de pensamientos muy interesantes ─intercalados aquí y allá─ de mentes ilustradas de todas las épocas.