En el yacimiento arqueológico de la “civitas romana de lvliobriga” su director entregará un triente, una singular moneda de oro visigoda, a una joven estudiante para su catalogación. Ella, junto a su compañero de investigación, irán “más allá” y a través del dorado metal se dispondrán ese verano a ser arqueólogos, viajeros, visionarios y “algo más”, a la vez que excavan en el Foro de la Urbs.
Un crucial “monje” se incorporará a los acontecimientos que revivirán en una época trascendental entre los siglos VI y VIII d. C. donde nacerá un Ducado cántabro, con Favila a su cabeza, que será el germen del primer Reino de lo que, varias centurias después, llegará a ser España.
Esta novela se sitúa en un tiempo de reyes godos y de guerreros tribales; de eremitas y monasterios que guardan el Lignum Crucis; de duques, invasores árabes y de incipientes reinos; y donde se entremezclan intrigas, guerras, religiones y ansias de libertad. Todo ello “vivido extraordinariamente” por unos protagonistas actuales quienes, a la vez que muestran sus emociones, recorrerán parte de la naturaleza y la etnografía de la tierra donde sucedieron estos hechos.
Es la segunda novela de la trilogía Cantabri, iniciado por El Viaje de Kanto y acabada por Pelayo, caudillo cántabro.