Aunque la Edad Media pueda plantearse como una etapa llena de hándicaps por los limitados recursos con los que los hombres y las mujeres medievales contaban para sus desplazamientos, y los fines para emprender estos pudieran parecer reducidos, paulatinamente se van erradicando los muchos mitos que al respecto se han atribuido a este periodo histórico.
Todos los trabajos recogidos en esta obra vienen a mostrarnos que la movilidad de los hombres y mujeres medievales era habitual, y nos descubren nuevas razones e interpretaciones sobre la experiencia del viaje. Si bien sus motivaciones para viajar podían distar de las que nos mueven actualmente, y sus medios y conocimientos sobre el mundo que les rodeaba eran más limitados, ellos no dejaron de tener los mismos deseos o incluso las mismas necesidades de recorrer, de descubrir, de alcanzar, de ocupar y de soñar con nuevos lugares como nosotros.
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Por tierra sí caminaban
pero a La Mar nadie iba.
El agua pavor y estriba
en que sólo navegaban
en las costas protegidas.
A Finisterre asomaban
y al Oeste ya no iban.
Dicen que los Vikingos
sí que La Mar cruzaban
Aunque está por demostrar
que sabían navegar
con sus barcos de madera
y remos por aguas de Altamar
Aquella época oscura era
tenebrosa y singular