Cuando en el año 476 Odoacro depuso a Rómulo Augústulo, a Roma todavía le quedaba un milenio de vida. Con su magnífica capital, Constantinopla, el Imperio romano de Oriente ―o Bizancio― tendría una vibrante historia y sería una potencia cultural y política de primer orden.
En este brillante ensayo histórico, John Julius Norwich cuenta la historia del Imperio bizantino desde sus inicios hasta la aparición de su único rival europeo, el Sacro Imperio Romano Germánico, con la coronación de Carlomagno el día de Navidad del año 800 d. C. Esos cinco primeros siglos estuvieron marcados por cambios y dramas extraordinarios: la adopción del cristianismo en el mundo grecorromano; la caída de Roma; los reinados de Constantino, Teodosio el Grande y Justiniano, las guerras de Belisario y las intrigas de emperatrices como Eudoxia y Teodora.
Fueron siglos de derramamiento de sangre, en los que el imperio defendió su existencia en incontables batallas; siglos de controversia, en los que se discutió apasionadamente sobre la naturaleza de Cristo y de su Iglesia; siglos de erudición, en los que la cultura del mundo antiguo se mantuvo viva y se preservó, y siglos de creatividad, en los que el genio bizantino creó un arte y una arquitectura inspirados e impregnados de una profunda espiritualidad sin parangón en ninguna otra época. Bizancio. Los primeros siglos evoca el misterio y la magia de este extraordinario imperio.