Los banqueros y comerciantes judíos contribuyeron a la grandeza de la España musulmana al financiar las múltiples empresas acometidas por el califa Abderramán III. Desde la construcción de Medina Azahara hasta la búsqueda de rutas alternativas, por mar y tierra, para el transporte de esclavos procedentes de los países eslavos , que el floreciente califato de Córdoba necesitaba para su expansión.
Entre los personajes destacas del califato sobresale el sorprendente visir Hasdai ibn Shaprout, protector de la comunidad judía y médico renombrado.
Hasdai es hábil diplomático que negocia con los reinos cristianos de León y Navarra, tras la derrota de las armas musulmanas en Simancas, la paz tan anhelada por Abderramán III. Es quien también negocia con el emperador Constantino de Bizancio un tratado de repartición del Mediterráneo.
Hasdai simboliza una época en la que la curiosidad y la tolerancia prevalecen en el espíritu de los hombres sin detrimento de la identidad étnica. La coexistencia armoniosa en ese tiempo de las tres religiones del Libro es la máxima representación del “espíritu de Córdoba”.