Fan Fáñez, sobrino y protegido de Álvar Fáñez, protagoniza esta historia sobre los acaeceres en la España del siglo XI y principios del XII, tiempos en que Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, guerreaba en tierras del rey Alfonso VI que, acompañado de sus servidores Pedro Ansúrez y García Ordóñez, movía las piezas de su reino como si fuera un maestro de ajedrez. Pero eran tiempos convulsos, y el reino de Castilla se extendía como un lugar fronterizo donde cada bastión jugaba un papel principal en la política, el poder y la guerra.
El joven Fan es rescatado a los diecisiete años de un monasterio y formado por su tío Álvar en el arte de la espada y la guerra, junto a él cabalgará defendiendo la frontera del Tajo, de Guadalajara hasta la ciudad de Toledo, frente a los sucesivos intentos de los andalusíes, luchará junto al de Vivar, forjará su amistad con Álvar, con el pardo Pedro Gómez y el sarraceno Mufaza y descubriremos su pasión por la judía Jezabel.
Antonio Pérez Henares recupera en esta épica narración, magníficamente documentada, la figura de Álvar Fáñez, al que el Campeador llamaba Minaya, mi hermano, y que fue enterrado por la historiografía y la leyenda en el olvido, y nos descubre los verdaderos hechos acaecidos bajo el reinado de Alfonso VI y el posterior de su hermana la reina Urraca, y cómo su fiel vasallo Álvar Fáñez se ganó el respeto entre las tropas dedicando su vida a la defensa y consolidación de las posiciones castellanas frente a la amenaza almorávide, haciendo que aquellas tierras antiguamente dominadas por los Di-l-Nun fueran conocidas como las Tierras de Álvar Fáñez.