En medio de un pinar cercano al pequeño pueblo de Pinedo, en el valle alavés de Valdegovía, se alza un promontorio rocoso llamado Peña Santiago.
Lo singular de este saliente con forma de hongo es la construcción eremítica que aloja. Se trata de un pequeño eremitorio que horada por completo la roca y que se compone de seis cuevas excavadas en dos plantas y de dos conjuntos de tumbas excavadas en la roca.
La construcción, como otras de la zona, es de época altomedieval, probablemente de los siglos VI al VIII.
Se sospecha que la parte inferior sería la vivienda del ermitaño. Es una estancia con dos aberturas y una columna esculpida en la propia roca.
Desde ella se puede acceder al piso superior cuyos ventanales proporcionan unas fenomenales vistas del valle hacia el oeste. Esta planta, donde se puede ver una hornacina, sería su lugar de oración y recogimiento.
En el techo de la la construcción se puede ver un orificio de aireación junto a dos sepulturas.
A continuación de las cuevas hay una larga covacha donde podemos observar tres tumbas antropomorfas de adulto con rebajes en los bordes para encajar la losa.
La cueva mantuvo el culto religioso con la advocación a Santiago hasta el siglo XVIII.