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18. La quinta lid campal: Rodrigo prende al Saboyano – Las Mocedades del Cid

por Javier Iglesia Aparicio
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Primer folio del manuscrito de las Mocedades de Rodrigo, actualmente en la Biblioteca Nacional de París

XXVIII

Veredes lidiar a profia, et tan firme se dar,
atantos pendones obrados alçar et abaxar,
atantas lanças quebradas por el primero quebrar,
atantos cavallos caer et non se levantar.
atanto cavallo sin dueño por el canpo andar.
En medio de la mayor priessa, Rodrigo fue entrar;
encontrósse con el conde, un golpe le fue dar;
derribóle del cavallo, non le quisso matar.

XXIX

«Preso sodes, don conde, el onrrado Saboyano:
desta guissa vende paño aqueste çibdadano,
assí los vendió mi padre fasta que fue finado;
quien gelos conprava assí les costava caro.»
Essas dixo el conde: «Messura, español onrrado,
que omne que así lidia non devía ser villano;
o eres hermano o primo del buen rey don Fernando;
¿cómmo dizen el tu nonbre, si a Dios ayas pagado?»
Allí dixo Rodrigo: «Non te será negado:
Rodrigo me llaman aquestos quantos aquí trayo;
fijo só de Diego Laínez ey nieto de Laín Calvo.»
Essas horas dixo: «¡Ay, mesquino desaventurado!,
cuidé que lidiava con omne e lidié con un pecado,
que dentro poco ha que fueste nonbrado,
que non te atiende rey moro nin christiano en el campo,
ca de muerto o de presso non te saldría de la mano;
oílo contar al rey de Françia, et al papa de Roma:
que nunca prendes omne nado que nunca te prendiesse;
díme de qué guissa podría yo
salir de tu pressión que non fuesse dessonrrado:
cassar te ía con una mi fija, que yo más amo,
e non he otra fija nin otro fijo que herede el condado.»

El Saboyano entrega su hija a Rodrigo

Allí dixo Rodrigo: «Pues enbía por ella muy privado:
si yo della me pagare, que cabe se fará el mercado.»
Ya van por la infanta a poder de cavallo:
Traénla guarnida en una silla muy blanca;
de oro el freno, non […] mejor obrado;
vestida va la infanta de un baldoque preçiado,
cabellos por las espaldas commo de un oro colado;
ojos prietos commo la mora, el cuerpo bien tajado:
¡non ha rey nin emperador que della non fuesse pagado!
Quando la vio Rodrigo, tomóla por la mano,
et dixo:«Conde, it a buena ventura muy privado,
que non cassaría con ella por quanto yo valgo,
ca non me perteneçe fija de conde nin de condado;
el rey don Fernando es por cassar:
a él me la quiero dar, si faga mayoralgo;
conde, por cuanto de los ojos vedes, non vos coja más en el canpo.»
Dávala Rodrigo a los suyos, liévanla passo.

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