Hildegarda, que había sido criada por un brujo, asumió con valentía ser la elegida para construir el arma secreta que ayudaría a recuperar Hispania de las garras de los impíos agarenos, aunque cumplir con el destino que le habían marcado la llevaría a perder al gran amor de su vida; el amor del conde Fernán González. En la batalla de Simancas, los cristianos demostrarían su arrojo empuñando la cruz, luchando con entrega hasta alcanzar el triunfo de la fe verdadera.
La escritora Limurá Prado regresa a la escena literaria con una novela histórica en la que relata los pormenores producidos antes y durante la batalla de Simancas y el amor surgido entre el conde de Castilla Fernán González e Hildegarda, una joven aldeana criada por un brujo, que es la elegida para construir el arma secreta que ayudará a liberar Hispania de las garras de los impíos agarenos.
La novela tiene como punto fuerte la precisión con la que se recrea la vida en Hispania durante la primera mitad del siglo X, un periodo quizá poco conocido. La obra, documentadísima, transporta al lector a un tiempo lejano, pero que se hace presente gracias a sus buenos oficios. Tan importante como el relato de los hitos históricos es, si cabe, la captura de la esencia de esa etapa. A través de esta novela y de su protagonista, el conde Fernán González, se puede llegar a entender el nacimiento del inquebrantable sentimiento castellano y lo que Castilla ha representado en el diseño de la actual España. Sería tentador trazar paralelismos entre esa Hispania alterada y el mundo de hoy, aunque lo verdaderamente relevante es la transmisión de un mensaje de concordia válido entonces y ahora.
Otra viga maestra es la construcción de personajes, aspecto especialmente delicado cuando se trata de hombres y mujeres reales. Los humaniza y los presenta en sus circunstancias, muchas veces carcomidos por las dudas y abrumados por el peso de la responsabilidad. Son entes creíbles y dotados de hondura psicológica, especialmente los femeninos, encabezados por una Hildegarda culta, noble, responsable e independiente, una protagonista dotada de un magnetismo especial. No menos deslumbrantes son la reina Urraca, Muniadona de Lara y la reina Toda de Navarra, tres mujeres de armas tomar.