Ramiro II consolidó León frente al califato de Córdoba. Con su victoria en Simancas en el 939 evitó que la península ibérica fuese musulmana como era la intención de Abderramán III.
Murió en enero del año 951. Dejó como legado a sus hijos un reino unido y respetado por el califato cordobés, aunque con una Castilla deseosa de ser ella misma, pero leal contra el invasor musulmán cuando es llamada a las armas. Los nobles agrupados y orgullosos, sintiendo que son el sostén en el que se apoya el reino, dejando intereses propios a favor de los generales como Ramiro les enseñó. Todos unidos y en alerta constante por el moro.
Tres hijos deja Ramiro, dos varones y una mujer. ¿Serán ellos capaces de continuar su obra?
Es la continuación de la novela Ramiro II de León: Un rey inesperado.