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Senda circular de la Tejeda de Tartalés de Cilla

por Javier Iglesia Aparicio
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Tejeda de Tartalés de Cilla

Senda circular para conocer la tejeda escondida en un lugar escarpado del término de Tartalés de Cilla. Esta senda pertenece a la Red Secundaria de Senderos del Parque Natural de los Montes Obarenes y San Zadornil (Burgos), una serie de sendas y caminos de menor entidad pero de marcado interés natural y paisajístico, identificadas con dos bandas moradas paralelas, o cruzadas en caso de dirección equivocada.

Distancia: 6 km.
Tiempo estimado: 2 h.
Dificultad: Difícil por el desnivel
Ciclabilidad: 0 %
Época recomendada: Todo el año

Senda de la Tejeda de Tartalés de Cilla

Es una senda en circular, que se inicia en un apartadero de la carretera y pasa por el valle de Vallorca la Honda que discurre paralelo al de los tejos, el valle de Valdosa. La senda por ambos valles es, en origen, una sucesión de antiguas carboneras. Es un recorrido muy empinado y por esa razón en las zonas de mayor riesgo de erosión se han colocado en el terreno una serie de rollizos de madera con varios objetivos:

  • Conducir el sendero lo más alejado posible de las raíces superficiales de los tejos, evitando que sean pisadas por los visitantes.
  • Marcar el sendero en zonas donde podía no quedar claro.
  • Desviar las aguas de lluvia y deshielos de la senda.

En el caso de acceder en bicicleta a la zona de Vallorca, se ha instalado un aparcamiento para bicicletas donde es posible dejarla candada mientras bajamos a ver los tejos. El acceso con la bicicleta a la senda está prohibido. Esta es una zona que se puede calificar de “Santuario”, dentro del Parque Natural. Por esto se pide un respeto escrupuloso a las normas y recomendaciones que se hacen. Evitad pisar las raíces de los tejos; evitad saliros del recorrido; por supuesto no os subáis a los árboles, etc.

Itinerario

Salimos del apartadero de la carretera en La Horadada hacia la izquierda (oeste), donde el sendero está perfectamente marcado y enseguida empieza a picar hacia arriba. Entramos en una zona de bosque entre encinas y quejigos y llegamos a un claro, a cuya izquierda accedemos al Portillo de La Cruz Negra. Lo cruzamos, y a pocos metros de bajada enlazamos con lo que era la senda antigua.

Continuamos a la izquierda, subiendo, para, a menos de 100m, encontrar el cruce que marca el inicio de la senda circular. Los tejos quedan en el camino de la derecha (Valdosa), pero como os hemos dicho, recomendamos ahora coger el de la izquierda (Vallorca la Honda), con una pendiente algo menor, dejando el premio de los tejos para la bajada.

Vallorca la Honda es un valle menos cerrado y, por lo tanto, que recibe más luz. En consonancia, la vegetación que encontramos es más de tipo mediterránea, con abundancia de encina y otras especies acompañantes. Podemos intuir carboneras, que, al fin y al cabo, son el origen de todas estas sendas: enlaces entre carboneras. La senda no tiene más complicación que la continua cuesta, unos 800 metros.

Terminaremos por llegar a una puerta que nos permite cruzar el alambre que marca el límite entre Tartalés de Cilla y Panizares (municipios, repectivamente, de Trespaderne y Valle de Valdivielso). Ahora podemos disfrutar del primer tramo llano en toda la senda. Pronto alcanzamos la Fuente de Vallorca. Esta está captada en un punto de agua para el aprovisionamiento de helicópteros en caso de incendio, y su sobrante alimenta un abrevadero para el ganado.

Seguimos adelante rumbo norte. Nos encontraremos el aparca-bicis, utilizado por quienes, aprovechando que pasan en dos ruedas por la zona, quieren bajar a visitar los tejos y dejar sus bicicletas con seguridad (con ellas no se puede recorrer el resto de la senda).

Aquí comienza la última subida del recorrido. Es corta, unos 350 metros. Tras la breve pero notoria cuesta, volvemos a llanear unos 500 metros y ya la senda toma rumbo este. Poco después de comenzar a bajar, entramos en la zona de la Tejeda. Es este un lugar para la contemplación, para ir sin prisa y en silencio, disfrutando de todas y cada una de las presencias que irán saliendo a nuestro paso conforme avanzamos los 200 metros que separan el primero del último tejo. Cada tejo tiene una forma peculiar y antigua, retorcido o majestuoso, cada grupo de tejos tiene un carácter único e irrepetible.

Pero no olvidemos los tilos, compañeros inmemoriales de las tejedas, alguno de ellos de un porte monumental. Todo el conjunto florístico y geológico conforma un paisaje único. Llegamos al límite inferior de la Tejeda, y ahora toca digerir lo experimentado. Afortunadamente, es bajada todo lo que queda, con la mole de Peña Larra siempre enfrente, podremos reflexionar y comentar lo visto y vivido.

600 metros más abajo, regresamos al inicio de la senda circular, por lo que sólo queda desandar el camino por el Portillo de la Cruz Negra hacia La Horadada.

Más información: Wikiloc | Ruta Senda de la Tejeda de Tartalés de Cilla