Pedraza es uno de eso pueblos castellanos que no deja a nadie indiferente. Su patrimonio histórico está perfectamente conservado y consigue trasladarnos a épocas pretéritas. Además, el ambiente tranquilo invita a realizar una visita pausada, atenta a los detalles y también a disfrutar de sus variados restaurantes, pues comer en Segovia es sinónimo de hacerlo bien. Mucho hay escrito sobre sus monumentos así que en este artículo nos vamos a centrar en sus orígenes tanto históricos como legendarios
Si bien es cierto que en sus cercanías se encuentra el yacimiento arqueológico de La Cueva de la Griega, con extensas series de grabados paleolíticos (119), post-paleolíticos (311) y de epigrafías romanas, y que testimonia una ocupación antigua de la zona, Pedraza es claramente una villa que se desarrolló durante la plena Edad Media, especialmente a partir del siglo XII.
Es posible que Pedraza fuera un asentamiento celtíbero y romano con una fortificación desde la que se controlaba el paso de la sierra de Guadarrama por Navafría. En las inmediaciones del actual castillo se han hallado restos cerámicos celtíberos desde el siglo IV a.C.
Y fue Alfonso X el Sabio quien sugirió que la madre del emperador Trajano, que llama Aureliana, era natural de esta localidad. Aureliana daría nombre a dos pequeños pueblos: Orejana y Orejanilla. En este último se encontraron restos de una casa romana que se ha querido atribuir a la madre de tan insigne emperador.
Asimismo, asumiendo que la ciudad de Mentescosa es Pedraza, diversos santorales suponen que aquí fueron martirizados San Justo y Santa Felicitas a principios del siglo IV.
Sin embargo, sobre el discurrir de la villa de su historia en la época visigoda y la Alta Edad Media solo encontramos silencio.
Tras la invasión musulmana Pedraza, como la práctica totalidad de la Extremadura castellana queda ignota. Una tradición asegura que Abderramán III se alojó en la fortaleza existente en la villa, quien sabe si antes o después de haber sido derrotado en la batalla de Simancas (939).
Es posible que tras este enfrentamiento, Ansur Fernández, el conde de Monzón desde sus bases de Peñafiel y Sacramenia, hiciera algún intento de poner bajo su autoridad estas tierras de Pedraza y así dominar la cabecera del río Cega.
Pero, si así fue, el dominio sería corto pues las sucesivas campañas de Almanzor entre los años 977 y 1002 acabaron por desmantelar cualquier fortaleza cristiana al sur del río Duero. No será hasta cuando Alfonso VI tome Toledo (1085) cuando estos territorios serán integrados de forma efectiva en el reino de Castilla y León y se les empiece a dotar de organización territorial y de fueros con el objetivo de atraer población.
En esos momentos podemos situar el verdadero origen de Petracia o Petraza, como se llamaba entonces, tal y como la conocemos hoy en día. Se comienza a construir su recinto fortificado bordeando el espolón sobre el que se asienta la villa siendo su parte más antigua la única puerta de entrada, fechada en el siglo XI.
Al poco se convirtió en la capital de una Comunidad de Villa y Tierra cuyo territorio, prácticamente sin cambios, aún se mantiene hoy en día.
Y ya que estamos aquí, nada mejor que comer apoyando la sostenibilidad de nuestros pueblos. Donde Comer Sano te ayuda a encontrar esos restaurantes sostenibles.