En el término municipal de Castrillo de la Vega (Burgos), ya cerca del polígono industrial de Aranda de Duero, se pueden ver los restos de una fortificación a la que habitualmente se la llama Torre del Monte o Atalaya del Montecillo.
Escasos son los restos que han llegado hasta nosotros. Estos proceden de un castillo que parece construido en el siglo XV. Originalmente era un cuadrado con cubos en las esquinas. Se conserva en pie el cubo del noreste. y un trozo de muralla en el norte. Es visible el doble foso que lo defendía. Los restos conservados tienen troneras.
El inicio de la construcción de la Torre del Monte en 1456, prácticamente en el límite del territorio de Tierra de Aza y la Tierra de Aranda, provocó un conflicto entre Diego de Zúñiga, señor de Aza, y el concejo de la villa de Aranda. A pesar de la insistencia del concejo de Aranda, y de que Enrique IV ordenó investigar su construcción y pararla, la fortaleza finalmente se construye. Su posición estratégica le dota de un amplio dominio visual sobre el valle del Duero, pues controlaba el paso tanto de personas como de mercancías y ganados junto al camino real que conducía desde Aranda a Peñafiel y Valladolid.1
Sin embargo, es posible que antes del castillo existiera alguna atalaya que vigilara la orilla sur del río Duero en época altomedieval, aunque este hecho no ha podido ser de momento confirmado. La zona fue incorporada al condado de Castilla en el 912, momento en el el conde Gonzalo Fernández llegó a la cercana fortaleza de Haza. La localidad de Castrillo de la Vega aparece citada por primera vez en el 27 de abril del 1054 en un documento del monasterio de San Pedro de Arlanza con el nombre de Castrillo de Aranda2
Isidro Gil Gavilondo en su obra Memorias históricas de Burgos y su provincia nos ha dejado un par de ilustraciones de cómo eran las ruinas del castillo en 1860 y en 1888.3
Asi describe Isidro Gil el castillo:
Saliendo de la villa [Aranda de Duero] por el puente que cruza el Duero y tomando el camino real que conduce a Valladolid, se llega pronto al Montecillo, bosque de pequeñas encinas y robles que a derecha e izquierda de la carretera se extienden por la llanura y coronan algunos recuestos y lomas cercanas hermoseando aquel bello paraje. Sobre una de esas eminencias se destacaba hace bastantes años una pequeña fortaleza, un castillo de modestas apariencias, flanqueado de torrecillas almenadas, luciendo entre dos cubos, sólidos y fuertes, una graciosa puerta de arco redondo, cuyo pintoresco aspecto de ruina y abandono en aquella soledad poética, atraía, las miradas de las personas cultas.
Nosotros conocimos en pie aquella atalaya y dibujamos en dos ocasiones distintas el aspecto general y la portada de aquel lindo castillo. De nuestra antigua cartera de turista arrancamos hoy dos apuntes para ilustrar estas páginas que a falta de otros méritos servirán para satisfacer la curiosidad del lector y despertar el natural interés que nace de ver gráficamente representado un monumento antiguo que ha desaparecido casi por completo.
Gil y Gavilondo, Isidro: Memorias históricas de Burgos y su provincia : con noticias de la antigua arquitectura militar de esta comarca y de sus fortalezas, castillos y torres defensivas, Burgos : Imprenta de Segundo Fournier, 1913,
- Existe una carta real y una copia notarial sobre este asunto. La primera, del 14 de abril de 1456, ha sido transcrita por Hurtado Quero, M., Documentos Reales (siglos XIII-XVI). Burgos, 1986, doc. 9, pp. 19-21. La segunda se encuentra en Archivo Municipal de Aranda de Duero, leg. 43, fol. 31. ↩︎
- Serrano Luciano: Cartulario de San Pedro de Arlanza, 1925, doc. 55 ↩︎
- Gil y Gavilondo, Isidro: Memorias históricas de Burgos y su provincia : con noticias de la antigua arquitectura militar de esta comarca y de sus fortalezas, castillos y torres defensivas, Burgos : Imprenta de Segundo Fournier, 1913, pág. 237 ↩︎