[? – Batalla de Covadonga, m. c. 722] En árabe علقمة, ʿAlqama. Escrito también como Al-Qama, Al-Kama, Alqam, Alkamar o Hamalcán.
Militar musulmán destacado en el norte de la península ibérica a comienzos del siglo VIII que acompañó a Ṭāriq b. Ziyad en los primeros momentos de la conquista islámica del reino visigodo.
Su nombre aparece únicamente en las crónicas cristianas a partir del siglo IX. Según ellas, por orden de Munuza, gobernador de Asturias, Al-Kama comandó un ejército, donde también iba el obispo Oppas, con la misión de acabar con la revuelta de Pelayo en la zona.
Al-Kama llegó al pie del monte Auseva y ordenó empezar el combate pero lo rebeldes contratacaron y el ejército de Al-Kama fue derrotado, falleciendo el general en ese mismo día.
En la Crónica Albeldense aparece por primera vez:
Y una vez que Hispania fue ocupada por los sarracenos, éste fue el primero que inició la rebelión contra ellos en Asturias, reinando Yusef en Córdoba y cumpliendo Munnuza en la ciudad de Gijón las órdenes de los sarracenos sobre los astures. y así por él es aniquilado el enemigo ismaelita junto con Alkama, y hecho prisionero el obispo Oppa, y a la postre es muerto Munnuza.
Crónica Albeldense, XV, 1
Así lo cuenta la crónica Ad Sebastianum:
[…]Pero los que quedaron de estirpe regia, algunos de ellos se dirigieron a Francia, pero la mayor parte se metieron en la tierra de los asturienses, y a Pelayo, hijo del antaño duque Favila, de linaje real, lo eligieron por su príncipe. Mas cuando los sarracenos supieron del hecho, al momento enviaron a por él a Asturias con un innumerable ejército, por medio del general Alkama (Alcamanem ducem), que con Ṭāriq había hecho irrupción en España, y Oppa, obispo metropolitano de la sede Hispalense, hijo del rey Witiza, por cuyo fraude se perdieron los godos. […] Y allí fue preso al momento el obispo Oppas, y se dio muerte a Alkama (Alkaman interfectus). Y en aquel mismo lugar fueron muertos 124.000 musulmanes, y 63.000 que habían quedado subieron a la cima del Monte Auseva, y por el cortado del monte que el pueblo llama Amuesa, descendieron precipitadamente al territorio de la Liébana. […]
Crónica Ad Sebastianum 8 y 10
Y según la Crónica Rotense:
[…] Al saberlo los soldados que habían venido a prenderlo, volvieron a Córdoba y contaron todo a su rey: que Pelayo, sobre el que Munnuza había hecho una petición, era rebelde manifiesto. Cuando el rey lo oyó, movido por una ira vesánica, ordenó que saliera de toda España una hueste innumerable, y puso a Alkama, su camarada, al frente del ejército; a cierto Oppa, obispo de la sede de Toledo, hijo del rey Vitiza, por cuya alevosía se perdieron los godos, le ordenó ir a Asturias con Alkama en el ejército. El tal Alkama había recibido de su camarada la consigna de que, si Pelayo no quería hacer caso del obispo, apresado por la fuerza del combate fuera llevado a Córdoba. Y viniendo con todo el ejército entraron en Asturias unos 187.000 hombres en armas. […] Y ahora ya el dicho Alkama ordena que se inicie el combate. Toman las armas, se alzan las catapultas, se disponen las hondas, brillan las espadas, se erizan las lanzas, y sin cesar disparan saetas. Pero en esto no faltaron las grandezas del Señor: pues una vez que las piedras habían salido de las catapultas y llegaban a la iglesia de Santa María Virgen, que está dentro, en la cueva, recaían sobre los que las lanzaban y hacían gran mortandad a los musulmanes. Y como el Señor no cuenta las lanzas, sino que tiende las palmas a quien quiere, una vez que de la cueva salieron a combatir, los musulmanes se dieron a la fuga y se dividieron en dos grupos. Y allí fue preso al momento el obispo Oppa y se dio muerte a Alkama. Y en ese mismo lugar fueron muertos 124.000 de los musulmanes, y 63.000 que habían quedado subieron a la cima del monte Auseva, y por el lugar de Amuesa bajaron a la Liébana […]
Crónica Rotense, 8 y 10.
Se supone que pueda ser el padre de ʿAbd al-Raḥmān b. ‘Alqama al-Lajmī, gobernador de Narbona a mediados del siglo VIII.