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Fortún Íñiguez, hermano de Íñigo Arista

por Javier Iglesia Aparicio
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Fortún Íñiguez, hermano de Íñigo Arista

[? – julio 843] Militar del reino de Pamplona. Fortún b. Wannaqo en las crónicas musulmanas.

Hermano de Íñigo Arista, rey de Pamplona. Según las crónicas árabes, Fortún Íñiguez era el mejor caballero de Pamplona en esos momentos.

Fortún Íñiguez muere el año 843, durante la expedición de Abderraman II contra Pamplona, luchando en un ejército compuesto por los Banu Qasí de Mūsà b. Mūsà, pamploneses y otros del reino de Asturias y del condado de Aragón. Su cabeza fue enviada a Córdoba.

El historiador Ibn Hayyan cuenta lo sucedido en su Muqtabis:

En este año [228H] hizo el emir Abderramán su segunda campaña contra Pamplona. Salió a mediados del saban [mayo], dejando como lugarteniente en el alcázar a su hijo al-Mundir. Puso al frente de su ala derecha a su hijo Muḥammad y al frente del ala izquierda a su otro hijo al-Muṭarrif. Penetró en las tierras de Pamplona y las taló.
Para oponerse a las algaras de su caballería, salieron Mūsà b. Mūsà y su aliado Garsiya b. Wannaqo, emir de los Baskunis (aunque otros dicen que el que salió con Mūsà fue Fortún b. Wannaqo, que era su hermano por parte de madre), con los contingentes nutridos que pudieron reunir entre los pamploneses, los saqrataniyyin, los yilliqiyyin, las gentes de Alaba y otros. El encuentro tuvo lugar a fines de sawwal [fines de julio], y el combate, que fue muy reñido entre los musulmanes y ellos, duró todo el día, hasta que por fin Dios concedió la victoria a los musulmanes, y la más cruel derrota se abatió sobre sus enemigos. Murieron muchos de éstos, entre ellos el hermano del bárbaro, Fortún b. Wannaqo (que era, sin contradictor posible, el mejor caballero de Pamplona, y el que mayor daño hacía a los musulmanes), junto con un grupo (alrededor de 115 caballeros) de sus guerreros, de los de su aliado Mūsà b. Mūsà y de los cristianos más esforzados y valientes. Musà b. Musà quedó derribado de su caballo y escapó por su pie, sin que se supiera su paradero. El bárbaro Ibn Wannaqo y su hijo Galind huyeron heridos.
El emir Abderramán envió a Córdoba las cabezas de Fortún y de otros de los muertos famosos. Un grupo de las principales gentes de Pamplona se pasaron al emir Abderramán pidiendo el amán: figuraba entre ellos Banask b. Garsiya con 60 de sus hombres.