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Wifredo II, conde de Besalú

por Javier Iglesia Aparicio
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San Pedro de Camprodón

[¿? – Besalú, 957]

Conde de Besalú (945-957). Guifré II en catalán.

Wifredo II era hijo de Mirón II el Joven, conde Cerdaña y Besalú, y de Ava de Cerdaña.

Conde de Besalú, nacido hacia 910 y muerto en la capital de su condado en 957. Durante su gobierno el condado conoció una época de constantes revueltas y malestar, reflejo de la rivalidad existente entre los condados de Barcelona y Cerdaña.

A la muerte del conde Miró II, sus dominios pasaron a sus hijos pero como todos eran menores de edad, el testamento nombraba a su mujer Ava de Cerdaña como usufructuaria «in potestate de filiis meis legitimis». Esta regencia materna duró al menos hasta el año 938, cuando Sunifredo comienza a colaborar en las tareas de gobierno. Ava de Cerdaña se retira totalmente de la regencia  en torno al 941.

Los años de regencia de Ava fueron especialmente difíciles, ya que hubo traiciones de fieles y rebeliones internas. La nobleza local pretendía conseguir el dominio de los condados de Cerdaña y Besalú, aprovechando la supuesta debilidad del gobierno de la condesa. A la vez, el conde Suniario I de Barcelona parecía querer ejercer las funciones de regente. Hubo un intento de sedición por parte de Unifredo, vizconde de Cerdaña, quien intentó sustraer del fisco condal ciertos derechos no especificados. La sedición de Unifredo fue causa de la muerte de fieles de la condesa Ava. Estas dificultades pudieron ser resueltas y los bienes de los causantes de estas muertes fueron confiscados.

 

Conde de Besalú y Vallespir (945-957)

Tras la regencia de su madre, el hijo mayor, Sunifredo II, se ocupó del gobierno del condado nuclear de Cerdaña junto con las comarcas de Conflent y Berguedá. A partir del año 945 Wifredo II gobernó en el condado de Besalú junto con las comarcas de Vallespir y el Ripollés, aunque en una posición subordinada con respecto a su hermano.

Colaboró en la fundación y establecimiento de la iglesia de San Julián de Ribelles (Bassegoda, año 947) y la de Santa María del Castell de Finestres. Durante su gobierno se fundó el monasterio de San Pedro de Camprodón (en la imagen). El 14 de abril del 948 compró la iglesia parroquial de Camprodón con sus diezmos y primicias y lo convertirá en el núcleo del monasterio de dicha comunidad benedictina. En el 952 ya se documenta su primer abad: Gaufredo.

En febrero de 952 acudió a Reims a la corte de Luis IV de Francia donde pidió concesiones para el monasterio de Camprodón. Además solicitó la adjudicación de los bienes del vizconde Sunifredo, acusado de traición. Tras conseguir ambas peticiones presentó homenaje al rey de Francia, siendo el último conde catalán que lo hizo.

 

La revuelta del 957

En 957 el conde Borrell II de Barcelona instigó una revuelta contra Wifredo II de Besalú con el fin de hacerse con el control del condado. Los principales sublevados fueron Adalberto, señor de la villa de Parents, su hermano Sunifredo y su sobrino Oliba; además participaron Vigila y Garí, señores de Fares y Terrades. Probabemente los rebeldes recibieron el apoyo de los hijos del antiguo conde Radulfo de Besalú.

Wifredo II, apoyado por sus fieles, luchó contra los rebelados, pero la superioridad de éstos hizo que el conde se refugiara en castillo de Besalú. Wifredo II intentó huir ante la inminente toma del castillo por parte de los sublevados, pero fue capturado y muerto en la fuga. Sin embargo Borrell de Barcelona no pudo apoderarse del condado, ya que sus hermanos Sunifredo de Cerdaña, Mirón III de Cerdaña y Oliba Cabreta continuaron la lucha y lograron derrotar a los rebeldes y acorralar a Adalberto, quien acabó suicidándose.

El condado de Besalú pasó a Sunifredo.

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