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A comienzos del siglo IX comienza la repoblación de las tierras que, años más tarde, van a configurar el condado de Castilla. Aprovechando los momentos de debilidad del emirato de Córdoba, multitud de grupos de gente van atravesar la cordillera Cantábrica desde las tierras de las actuales provincias de Cantabria y Vizcaya hacia unos territorios en los cuales no existe ningún tipo de organización territorial.
Van a realizar presuras de terrenos, a restaurar iglesias y recuperar molinos con el fin de labrarse una nueva tierra donde vivir.
Parece que estos movimientos migratorios no son patrocinados por los reyes asturianos, sino que son abades o familias más o menos poderosas de la zona las que van a protagonizar las primeras repoblaciones.
La situación del territorio no es ni mucho menos tranquila. Son varias las incursiones musulmanas que van a tener que soportar y poca la ayuda que pueden recibir desde la lejana capital asturiana. Aún así, se supone que debieron de existir varias fortificaciones desde las que avistar los movimientos musulmanes y tratar de detenerlos, aunque aún persiste la inferioridad de las tropas asturianas frente a la poderosa caballería cordobesa.
Estudiando las cartas de fundación de monasterios y las confirmaciones reales de las presuras realizadas por estos pioneros, se van a poder distinguir tres núcleos iniciales de repoblación que a continuación van a ser estudiados.
Valle de Mena
Es el año 800 cuando va a aparecer por primera vez la palabra Castilla escrita en un documento. Se trata de la fundación del monasterio de San Emeterio y San Celedonio de Taranco de Mena (15 de septiembre del 800). Estudiando la carta de fundación se pueden reproducir un poco la historia de la repoblación del territorio del Valle de Mena, en aquel tiempo diferenciado del territorio de Castilla, que comprendía la zona en torno a Espinosa de los Monteros.
La fundación del monasterio de San Emeterio de Taranco es llevada a cabo por el abad Vítulo y su hermano Ervigio. Parece ser que los padres de ambos, Levalus y Momadonna ya había realizado la repoblación en la zona de Burceña a fines del siglo VIII. Pero es ahora cuando sus hijos van a asentar su dominio en la zona.
Primeramente construyen con sus propias manos la iglesia de San Esteban en Burcenia (Burceña), realizando también presuras alrededor y recuperando varios molinos. Desde allí pasan el río Ordunte camino de Taranco de Mena donde fundan el monasterio de San Emeterio y realizan presuras alrededor incluyendo los núcleos de Fauzes (Hoz de Mena) y Ordelione (Ordejón de Ordunte) entre otros.
Posteriormente se encaminan siguiendo la vía romana que va entre Iulobriga (Reinosa) y Flaviobriga (Castrourdiales) hacia el territorio de Castilla, pasando el monte Cabrío encuentran las ruinas de una antigua población romana llamada Area Patriniani, posiblemente al actual pueblo de Agüera. Allí levantan la iglesia de San Martín, realizan presuras en los campos de alrededor y construyeron molinos en el río. El centro de este núcleo de repoblación será el monasterio de San Emeterio de Taranco. A este monasterio donan Vítulo y Ervigio todas las tierras que han recuperado en la carta del 15-IX-800.
Valpuesta
El siguiente documento en orden cronológico está fechado el 21 de diciembre de 804. Se trata de la fundación del monasterio de Santa María de Valpuesta y su obispado. Unos años antes el obispo Juan había llegado a Ualle Conposita (Valpuesta) encontrando una iglesia abandonada con la advocación a Santa María Virgen. La reconstruyó e hizo junto con sus gasalianes presuras en su entorno. Esta es la relación se sus adquisiciones: Sigue por el nordeste pasando por Meuma (Mioma) hasta el collado de Pineto (Pinedo), y por lo alto de Penna llega hasta Uilla Alta. Por el lado opuesto, ocupa desde Molares (El Molar) hasta Cancellata, tomando una calzada que le lleva por el Ualle de Gaubea (Valdegovía) siguiendo el Flumenzello (río Flumencillo) donde encontró unos molinos.
Pasa luego por el norte de Valdegovía a Lausa (Valle de Losa) encontrando el pueblo abandonado de Fraxino de Reanta (Fresno de Losa y su ermita de Rianta, entre Fresno y San Martín de Losa). En Fraxino funda la iglesia de San Justo y San Pastor. La repoblación se extendía desde la era de Santa María hasta Uallilio de Fonte Carrcizeto (Vallejo de Fonte Carsecedo), y desde aquí hasta Calzata (Calzada). En la zona tomó posesión de los montes y de las fuentes que allí había.
Desde aquí parten a la repoblación de Adtonne o Potançar, actual Valverde de Miranda. Encontraron varios molinos a las orillas del río Horone y numerosas iglesias y ermitas advocadas a San Cosme y San Damián, San Esteban y San Cipriano, San Juan, San Pedro y Pablo y San Caprasio.
Núcleo occidental
No solo van a ser clérigos los repobladores en estos momentos iniciales. Una carta de donación del 1 de julio del 811 nos habla sobre la donación que Guduigia hace al recién fundado monasterio de San Vicente y San Cristóforo de Fístoles. Incluye en su donación el propio monasterio así como territorios en Kabarzeno, Festoles (Esles) y Paniacos (Penagos). Firma el documento, entre otros, el abad del monasterio Sisnando siendo obispo Quintila. Unos años después este monasterio se va a ver favorecido por el conde Gundesindo, probablemente gobernador de estas tierras de Asturias de Santillana, Transmiera y la incipiente Castilla. El documento es del 30 de noviembre de 816 y en él Gundesindo dona a dicho monasterio diversos territorios de la actual Cantabria: valle del Pas, Liérganes, etc. y en el territorio de Castilla dona las siguientes villas: Sauctus coba (Sotoscueva), Cornelio (Cornejo), Botares (Mozares), Platanos (un despoblado enfrente de Barcenilla de Cerezos) que está entre Ormaza y Spinosella (Espinosa de los Monteros).
Los foramontanos
Además de estos tres primitivos núcleos de repoblación, tenemos una noticia de gran importancia para el momento: Los foramontanos. Los Anales Castellanos Primeros y Segundos nos informan de que en el 814 “salieron fuera los montañeses (foras montani) desde Malacoria y llegaron Castilla”. Esta noticia tan lacónica hace que actualmente no se esté seguro del recorrido exacto de esta migración. Existen varias hipótesis. Una primera hipótesis puede ser que procedentes de los valles de Losa, Tobalina, Valdegovía, Añana y otras tierras alavesas, estas gentes llegaran a tierras de la Bureba a través de la Morcuera de los Montes Obarenes. Otra es que procedente de las Mazcuerras, al oriente de los Picos de Europa, pasen al otro lado de las montañas, desde Cabuérniga y Cabezón, por la Braña del Portillo y Reinosa llegan a las comarcas de Bricia y campoo, convirtiéndose en foramontanos.
E incluso hay quien como Gómez Moreno, propone que la Malacoria de la que se habla en los Anales Castellanos sea una Malacuera cerca de Brihuega, en Guadalajara, o sea, una inmigración de alcarreños hacia el norte a causa del hambre.
Parece más consistente una migración norte-sur, pero, Independientemente de cual sea la verdadera, lo que sí es cierto es que van haber importantes corrientes migratorias hacia tierras incultas para obtener nuevas tierras de cultivo y así paliar la falta de alimentos debida a la superpoblación y a las malas condiciones climáticas.
Figura II-6. Los foramontanos (814) según la hipótesis de Justo Pérez de Úrbel
Las fortificaciones
Ninguna es la información que nos han dejado las fuentes sobre los nombres de las fortalezas que debía de haber en estos territorios. F. Javier Villalba en su estudio sobre las fortificaciones de la antigua Castilla propone varios núcleos como más probables.
Hablando sobre la zona de población centrada en Taranco, es posible que hubiera fortificaciones en Castrobarto, Castrogrande y los montes de Ordunte. Y en la zona de Valpuesta, lugares probables de fortificaciones serían Astúlez y Pontecerci (Herrán) entre otras. De todas formas, aún no existe un sistema defensivo organizado y capaz de hacer frente a las aceifas cordobesas. Será más adelante cuando los reyes asturianos se preocupen de defender adecuadamente la zona.
De momento, solo cuando los cordobeses tienen problemas internos es cuando existen movimientos repoblatorios. Hagamos un repaso de las acciones militares de los cordobeses entre los años 791 y 822:
- 792, ʿAbd al-Malik ben Mugīṯ saquea de Álava: “En 176, ʿAbd al-Malik ibn ʿAbd al-Wāḥid condujo al ejército del príncipe de Al-Ándalus al país de los francos y penetró en la región de Álava, de donde volvió sano y salvo con el botín que había logrado”.
- 795, ʿAbd al-Karīm ben Mugīṯ saquea de Álava.
- 797, saqueo de Álava y al-Ailá (Castilla) llegando hasta cerca de la costa cantábrica.
- 801, Muàwiya saquea Álava y al-Ailá (Castilla), derrota cordobesa en las Conchas de Arganzón.
- 803, ʿAbd al-Malik ben Mugīṯ saquea Álava y Castilla.
- 806, Abu ʿUṯmān ‘Ubaih Allāh saquea las Bardulias y victoria asturiana en las Hoces del Pisuerga “…Albutaman fue muerto en Pisuerga en la era 843, cuando vino a las Bardulias…“, lo que parece indicar que Abu ʿUṯmān fue asesinado.
- 816, ʿAbd al-Karīm ben Mugīṯ asturianos y vascones se enfrentan a los cordobeses en Wadi Arun (río Orón), probablemente en el desfiladero de Pancorbo. Sobre este enfrentamiento tenemos varias versiones que a continuación exponemos.
En [AlMu] la siguiente descripción:
“Año 200 de la Hégira. En este año fue la campaña del háyib ʿAbd al-Karīm ibn ʿAbd al-Wāḥid ibn Mugīṯ con la aceifa contra el enemigo de Dios Balask al-Yalasqi, señor de Pamplona. Éste había pedido ayuda por Al-Ándalus contra los musulmanes y se le habían reunido los contingentes cristianos. El emir al-Ḥakam envió al háyib ʿAbd al-Karīm en contra suya, al frente de un ejército de muslimes, y les presentó batalla durante trece días, combatiéndoles sin tregua, hasta que los enemigos de Dios quedaron desbaratados y emprendieron la huida. Murieron muchos, entre ellos Garsiya ibn Lupp, hijo de la hermana de Barmud, el tío materno de Idfuns; Sanyo, el mejor caballero de Pamplona; Saltan, el mejor caballero de los Mayus, y otros. (Los demás) se defendieron de los musulmanes tras los ríos abruptos y barrancos, a que se acogieron, obstruyendo sus accesos con maderos y fosos, que los musulmanes no pudieron franquear, y, en vista de su impotencia, emprendieron regreso desde las tierras cristianas a comienzos de Dzu-l-qada de este año.”
Y en [BaMu]:
“En el año 200 el visir ʿAbd al-Karīm ben Mugaith, encargado de la dirección de una campaña contra los infieles, penetró en pleno país enemigo y destruyó sus víveres, instalaciones y cultivos, arruinó sus poblados y sus plazas fuertes, de tal manera que se apoderó de todos los pueblos del Wadi Arun. Entonces los cristianos (¡Qué Alá los aniquile!), concertándose, acudieron de todas partes y vinieron a acampar sobre la otra orilla del Wadi Arun, cuyas aguas les separaban de los musulmanes. Al alba, ʿAbd al-Karīm, a la cabeza de sus tropas, se dirigió a los vados, pero los enemigos defendieron cada uno de los pasajes, mientras los nuestros les respondían valientemente y como hombres que quieren merecer el cielo. Luego los cristianos tomaron la ofensiva y se esforzaron en pasar el río. Los musulmanes les impidieron el paso primero, y luego dieron una carga y cayeron sobre ellos a sablazos y lanzadas. La mayor parte de las víctimas, cuyo número fue incalculable, perecieron cayendo en precipicios y aplastándose los unos a los otros. Después de haberse servido de sus armas para aumentar las dificultades del acceso, cavaron trincheras y fosos. Pero sobrevinieron las lluvias y los cristianos quedaron sin abrigo, porque destruyeron todas sus obras de defensa. Mas los musulmanes se hallaron también en una situación difícil y ʿAbd al-Karīm, batiéndose en retirada, entró victorioso (en Córdoba) el siete de Dzu-l-qada.”
A pesar de estas continuas aceifas, los dos núcleos del valle de Mena y Valpuesta no parecen haber sufrido sus efectos, al contrario que Álava, Castilla (entendiendo Castilla como la zona de Espinosa de los Monteros y Sotoscueva) y la zona en torno a Miranda de Ebro.