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Muḥammad b. Hāshim al-Tuyībī, valí de Zaragoza

por Javier Iglesia Aparicio
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Muḥammad b. Hāshim al-Tuyībī, valí de Zaragoza

[? – 950] También llamado Abū Yaḥyà (padre de Yaḥyà) o Abohaia en las crónicas cristianas. Valí de la Zaragoza musulmana (931-939) y (941-950).

Hijo de Hāšim b. at-Tuyībī, de la dinastía Banū Tuyīb, anterior valí de Zaragoza (925-930). Tras la muerte de su padre, Muḥammad reclamó el cargo al califa Abderramán III. Él y su familia junto a los Banū Sabrit, descendientes de al-Tawil de Huesca, fueron a Córdoba para demostrar su lealtad. Tras acceder a sus demandas de que Muḥammad pagara un tributo y aceptara participar en incursiones militares en nombre de Córdoba, fue nombrado gobernador en 931.

Rebelión (934-937) y alianza con León y Pamplona

Pero en el 934 Muḥammad b. Hāshim al-Tuyībī dejó de pagar el tributo y también se negó a participar en la campaña que había organizado Abderramán III contra Osma, defendida por Ramiro II de León y Fernán González, conde de Castilla.

La huestes califales, ante esta situación, fueron primero a combatir a los rebeldes. Atacaron la fortaleza de Maluenda, que acabó pidiendo el amán; luego Rueda de Jalón, que fue tomada al asalto; y finalmente Zaragoza, a la que puso en asedio.

Una vez realizada esta acción, las tropas califales se dirigieron hacia Pamplona. Ante la amenaza, Toda envió mensajeros pidiendo una paz. Toda y su séquito viajó hasta Calahorra para entrevistarse con el califa. Se firmó un tratado de paz que fue realmente un pacto de sumisión y vasallaje del reino de Pamplona hacia el califato. A continuación, Abderramán III atacó Grañón y penetró en Castilla asolando Burgos, San Pedro de Cardeña, Palenzuela y Lerma. Finalmente se dirigió hacia la frontera meridional de Castilla, contra Osma donde las tropas califales fueron derrotadas.

Tras esta campaña, la rebeldía tuyibí continuaba. El 21 de abril del 935 se firmó una paz entre el califa y Ramiro II que propició que Abderramán III tuviera vía libre para atacar de nuevo a Muḥammad b. Hāshim al-Tuyībī. Las tropas califales acamparon en Cuarte de Huerva y construyeron varias edificaciones para controlar los accesos a Zaragoza. Pero no consiguieron tomarla.

En julio o agosto del 936 Muḥammad b. Hāshim al-Tuyībī pidió ayuda militar a Ramiro II. Éste rompió la tregua y envió tropas hacia la frontera, En uno de esos enfrentamiento falleció Ramiro González, el hermano del conde Fernán González (25 de agosto 936). Mientras tanto tropas leonesas y castellanas se dirigieron hacia Zaragoza. Ante la situación, Abderramán III preparó otra campaña para dar el golpe final a Muḥammad b. Hāshim al-Tuyībī y partió el 27 de mayo del 937 de Córdoba.

Tomaron Calatayud, defendida por tuyibíes y castellanos, y luego contra Pamplona, que al parecer había roto el pacto del 934. Los omeyas tomaron la fortaleza de Uncastillo. Tas reposar en Tudela, esta vez y a se dirigieron contra Zaragoza, acampando a sus puertas el 23 de agosto. Mientras negociaba con los tuyibíes, el califa presionó en las fronteras del reino de León para dificultar la ayuda al rebelde. Finalmente, Muḥammad b. Hāshim al-Tuyībī pidió el amán en noviembre del 937, y le fue concedido. El califa entró en Zaragoza el 21 de noviembre del 937.

Una vez sometido, Muḥammad b. Hāshim al-Tuyībī participó en una campaña de castigo contra el reino de Pamplona en diciembre del 937.

Las fuentes cristianas y musulmanas narran la relación entre Muḥammad b. Hāshim al-Tuyībī y Ramiro II de diferentes maneras. Según Ibn Hayyan, después de enfrentarse de forma inconclusa a al-Tuyībī en el Ebro, Abderramán III forzó brevemente la sumisión del reino de Pamplona, asoló Castilla y Álava y se enfrentó a Ramiro en una batalla inconclusa. Ibn Hayyan, basándose en ʿIsa al-Razi, declaró que al-Tuyībī buscó voluntariamente una alianza con Ramiro II para evitar someterse a Abderramán III, pero el califa negoció una tregua con Ramiro para aislar a al-Tuyībī, y luego forzó la rendición de al-Tuyībī en 937. Sin embargo, según la Crónica de Sampiro, en la que al-Tuyībī es llamado “Abohayha” (Abu Yahya), Ramiro II había atacado a al-Tuyībī y forzado su sumisión, pero una vez que Abderramán III llegó con sus ejércitos, al-Tuyībī cambió su lealtad a los omeyas.

Participación en la batalla de Simancas y captura (939-941)

Muḥammad b. Hāshim al-Tuyībī, ahora de nuevo fiel al califa, participó en la batalla de Simancas de 939. Muḥammad b. Hāshim al-Tuyībī fue capturado por el ejército leonés. Así lo cuentan los Anales Castellanos Primeros:

Con la ayuda de Dios [los cristianos] se lanzaron contra los moros matando con la espada a casi tres mil o más de ellos; allí fue apresado el moro Aboyahia.

y la Crónica de Sampiro:

También fue apresado allí por los nuestros Abohabia, rey agareno, conducido a León fue recluido en un calabozo; porque había mentido a nuestro rey fue apresado por justo juicio de Dios.

Abderramán III colocó temporalmente a Yaḥyà b. Muḥammad, hijo de Muḥammad b. Hāshim al-Tuyībī, en el gobierno de Zaragoza y además envió mercenarios al cargo de Yaḥyà b. Hāshim al-Tuyībī, hermano de Muḥammad.

En marzo del 941, Abderramán III envió a León a su secretario y médico, Hasday b. Ishaq, para negociar un tratado con Ramiro II y la liberación de Muḥammad b. Hāshim al-Tuyībī. Según Ibn Hayyan, el propio prisionero envió una carta al califa en junio del 941:

En ramadán [30 mayo – 28 junio 941] de este año llegó desde Yilliqiyya a an-Nasir carta de Muḥammad b. Hāshim, pidiéndole enviase a los principales obispos cristianos de al-Andalus para pactar su rescate con el tirano Ramiro, ordenando aquél comparecer al metropolitano Abbas b. Al-Mundir, obispo de Sevilla, a Yaqub b. Mahran, obispo de Pechina, y a Abd al-Malik b. Hassan, obispo de Elvira, a quienes recibió, una vez reunidos en Córdoba, ordenándoles ir a Yilliqiyya y a actuar diligentemente en el asunto: con este fin salieron a mediados de saban [mediados de mayo 941] entrando en Yilliqiyya por la parte de Ahmad b. Yala, caíd de Saktán.

Finalmente, tres meses después, en agosto del 941 se firmó definitivamente la paz y se liberó a Muḥammad b. Hāshim al-Tuyībī. El 11 de octubre la delegación cordobesa entró en territorio omeya y alcanzaron Córdoba el 31 de octubre. El cautiverio había durado dos años y dos meses.

Abderramán III reconoció formalmente el derecho de Yaḥyà b. Muḥammad a suceder a su padre en todas estas tierras y títulos y concedió al hermano de Muḥammad, los castillos de Warsa/Orosa (no identificado), María de Huerva y Lérida, el primero de ellos había sido ocupado por otro hermano, Ibrahim, antes de que la familia llegara a las manos con el califa en 934/5.

Visir de Abderramán III (942-950)

Ya libre del cautiverio, Muḥammad volvía a gobernar Zaragoza en 942, cuando fue nombrado visir. En abril del 942 derrotó a las tropas conjuntas de García Sánchez de Pamplona y Fernán González en Tudela. En mayo del 942 Muḥammad b. Hāshim al-Tuyībī recuperó los castillos de Sen y Men de manos pamplonesas. La victoria fue celebrada en la mezquita de Córdoba.

Muḥammad b. Hāshim al-Tuyībī murió en junio de 950 y, como se había acordado, el califa nombró a Yaḥyà b. Muḥammad como su sucesor. Por otro lado, confirmando la lealtad tuyibí al califa, cuando Yaḥyà b. Hāshim al-Tuyībī murió en Toledo en 952, sus castillos fueron confirmados a su hermano Hudayl b. Hāshim, quien los había mantenido antes de la campaña punitiva del califa en 934 contra la familia.

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