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El período germánico: suevos y visigodos

por Javier Iglesia Aparicio
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Situación hacia el año 460

Invasiones bárbaras (409-429)

Entre los años 409 y 411 los suevos, vándalos y alanos permanecieron en Hispania apoyando al usurpador Máximo y, según las fuentes coetáneas, realizando frecuentes saqueos y pillajes.

Pero en el 411 los pueblos bárbaros llegan a un acuerdo con las autoridades romanas en Hispania. Esta autoridad romana parece ser que era el emperador Máximo, quien reside en Tarraco. Los bárbaros se reparten las provincias de Gallaecia, Bética, Lusitania y Cartaginense, dejando fuera a las provincias Tarraconense, Balearica y Mauritania Tingitana.

A los suevos, encabezados por Hermerico, les correspondió la Gallaecia marítima (conventus de Lucus Augusta y Bracara); a los vándalos asdingos de Gunderico el resto de la Gallaecia (los antiguos conventus de Asturica y Clunia); a los alanos de Addax la Lusitania y la Cartaginense; y a los vándalos silingos, comandados por Fredbal, la Bética.

Ese mismo 411 Máximo, una vez que Geroncio, su militar de confianza, fallece en las Galias, se refugia entre los vándalos. El emperador Honorio retoma el poder en la provincias Tarraconense, Balearica y Mauritania Tingitana.

Estos pueblos bárbaros persiguen validar su acuerdo de foedus con Honorio pero no obtienen respuesta. Al contrario, el emperador Honorio, por medio del patricio Constancio (responsable de los asuntos de Galia e Hispania), va a tratar de recuperar las provincias que se encuentran en manos de los bárbaros, utilizando para ello a otro pueblo germánico: los visigodos.

A fines del año 414 los visigodos entran por primera vez en Hispania al mando de su rey Ataúlfo y se asientan en Barcino (Barcelona). En esa ciudad es asesinado Ataúlfo en el 415, y tras el efímero reinado de Sigerico, sube al poder Walia (415-418).

En el 416 Constancio firmó un pacto con Walia por el cual se comprometía a combatir a los alanos y a los vándalos silingos. Walia marchó contra los vándalos silingos en la Bética, a los que venció, capturando a su rey Fredebaldo o Fredbal. Los restos de los silingos se refugiaron entre los suevos.

Tras esta victoria, Walia pretendió pasar al norte de África, pero una tempestad desbarató sus planes. A la vuelta atacó y venció a los alanos en la Lusitania, matando a su rey Adax (418). Los restos de los alanos se fundieron con los vándalos asdingos.

Gracias a estos favores, Constancio concede la Aquitania Segunda como foedus a los visigodos, con capital en Tolosa (actual Toulouse, en Francia), dando origen al Reino Visigodo de Tolosa (418-507). Poco después murió Walia.

En el 419 existe un conflicto entre los pueblos bárbaros supervivientes a la acción visigoda. Los suevos de Hermerico (que en principio habían acogido a los vándalos silingos) son atacados por los vándalos asdingos (reforzados por los restos de los alanos) a las órdenes de Gunderico y son arrinconados en los montes Erbasios (¿una zona montañosa del interior de la Gallaecia?). Parece un enfrentamiento por el dominio de las provincias pero también existe otro factor: Máximo acompaña al rey vándalo Gunderico y vuelve a proclamarse emperador.

El emperador Honorio envía en estos momentos a Hispania al comes Asterio y al vicarius Maurocello con un doble objetivo: acabar con los pueblos bárbaros de Hispania y capturar a Máximo. El ejército imperial llegó iniciado el año 420 y se enfrentó a los vándalos con éxito de tal manera que estos tuvieron que levantar el cerco y abandonar a Máximo a su suerte.​ Se dirigieron, entonces, a Bracara Augusta (Braga) aunque Asterio no los persiguió y confió que otro ejército romano que llegaba desde Lusitania al mando de Maurocello se encargase de ellos.

Asterio retornó a sus cuarteles y condujo al usurpador Máximo a Roma donde fue ejecutado. Los vándalos, por su parte, se encontraron con las tropas de Maurocelo cerca de la citada Bracara Augusta y, tras ser derrotados durante las primeras escaramuzas, optaron por huir hacia la Bética sin que el ejército imperial hiciese nada para evitarlo.

Una vez que los vándalos se establecieron en la Bética, los suevos mantuvieron su estatus de aliados del Imperio y pudieron controlar, bajo el mando de su rey Hermerico (409-438), sin oposición, toda la provincia de Gallaecia que hasta entonces habían tenido que compartir con los vándalos. Los romanos, por su parte, consideraron un éxito su intervención ya que habían podido abortar, en su inicio, la nueva usurpación de Máximo. De hecho, Asterio fue reconocido por ello con el título de Patricio tras su regreso a Rávena.

En el 422 Honorio envió al magister militum Castino con el objetivo de recuperar la Bética., en manos vándalas. Pero es traicionado por sus auxiliares godos y fue derrotado por Gunderico.

No es posible saber la extensión ni las fuerzas reales de suevos y vándalos entre los años 422 y 429. Parece que de algún modo los vándalos son más fuertes: pugnan por controlar Córdoba; en el 425 se dirigen contra Cartago Spartaria, Sevilla y las islas Baleares y hacen una primera incursión contra la Mauritania Tingitana…

En el 428 muere Gunderico, posiblemente tras ocupar definitivamente la ciudad de Sevilla. Genserico, su sucesor, se enfrenta a los suevos en la frontera con la Lusitania en el río Guadiana, donde falleció el cabecilla suevo Hermengario.

Finalmente Genserico decide pasar al norte de África (429) donde pocos años después fundarán un potente reino con base en Cartago.

Apogeo del reino suevo (429-456)

De esta forma, los suevos tienen vía libre para expansionarse. Primero realizan incursiones de mero saqueo en la Bética y Lusitania (430-433), que son frenadas tras un pacto con el romano Aecio. La paz duró hasta el 438, cuando a los suevos se hacen con el control de toda la Gallaecia.

Hermerico abdica (o asocia al trono) en su hijo Requila ese mismo año. El nuevo rey suevo conquistó Mérida (439), Mértola, Sevilla (441) y parte de la Bética, llegando con sus expediciones hasta la provincia Cartaginense (443).

Requila muere en el 448 y es sucedido por su hijo Requiario. En el 449 inicia una campaña contra la Tarraconense, especialmente contra Vasconia y Zaragoza (que no pudo tomar), llegando a conquistar Lérida. Todos estos años se había mantenido un acuerdo de colaboración entre suevos y visigodos, pero el acuerdo se rompe al morir Turismundo (453) y subir al poder Teodorico II. Ese mismo año los suevos habían firmado un tratado con los romanos, a los que los suevos devolvían los territorios conquistados en la Tarraconense y en la Cartaginense.

Pero en el 455 Requiario vuelve a invadir la Cartaginense. Roma envía una embajada con el objetivo de que esta provincia sea restituida al Imperio, pero como contestación Requiario vuelve a penetrar en la Tarraconense. Con estas, el emperador Avito y su mejor apoyo, el rey visigodo Teodorico II, deciden combatir a los suevos.

En el 456, según Hidacio, envían a la flota de los hérulos a saquear las costas de Bardulia y Cantabria, como preparativo para la gran acometida que ese mismo año lleva a Teodorico II a cruzar Roncesvalles. Requila se encontraba en la Tarraconense y se vuelve rápidamente camino de Astorga, pero Teodorico II, tras pasar por Pompaelo y Virovesca, logra alcanzar a los suevos en el río Órbigo. La batalla del río Orbigo (5-X-456) supuso una derrota total de los suevos. Su rey huyó hacia Oporto donde fue capturado y ejecutado, mientras los visigodos entraban en la capital, Braga, y nombraban gobernador a Agiulfo. Se rompe así el intento suevo de crear un estado que englobara a toda Hispania.

Situación hacia el año 460

Fig 3-1 Situación hacia el año 460.(1)

Intervención visigoda y primeros asentamientos en Hispania (456-507)

Teodorico II fue el primer visigodo que realmente se interesó por incorporar Hispania a su reino. El primer asentamiento de importancia se va a realizar aprovechando la incursión contra los suevos, y va tener su centro en los Campus Gallaeciae, que a partir de ahora se van a llamar Campus Gothorum, los  Campos Góticos. Es decir, Tierra de Campos, el valle del Duero a su paso por la Meseta Norte.

En el 456, mientras persigue a los suevos de Requiario, deja una guarnición en Leone (León). En el 457, mientras Teodorico II consolida su poder sobre la Lusitania (conquista de Mérida) y la Bética, Agiulfo se subleva y con él probablemente las ciudades de la Gallaecia. Teodorico II responde arrasando Asturica (Astorga) y Pallantia (Palencia) y atacando sin éxito Coyanza (Valencia de Don Juan). Poco después, tropas visigodas al mando de los condes Nepociano y Sunerico matan a Agiulfo.

A la muerte de Teodorico II (466), los visigodos son dueños se convierten en un nuevo factor e poder en Hispania con guarniciones en Lusitania y Bética y otros puntos bajo soberanía romana (al menos sobre el papel). El sucesor, Eurico, se encarga de expandir y fortalecer su reino, que a partir de ahora ya no va a depender del Imperio Romano y va a ser completamente independiente. Tras firmar un tratado (468) con el rey suevo Remismundo por el cual fijaban sus fronteras, comienza la conquista de gran parte de Hispania. Durante su reinado, que acabó en el 484, el Imperio Romano fue definitivamente liquidado al morir su último emperador, Rómulo Augústulo en el 476.

El siguiente rey visigodo, Alarico II (484-507) no va poder conservar sus territorios galos ante el ataque de francos y burgundios. Los visigodos son derrotados y su rey muerto en la batalla de Vouvillé (507). Sólo conservaron la Septimania gracias a la ayuda ostrogoda. De esta forma se inicia el reino hispanogodo: el Reino de Toledo.

Es ahora cuando comienza el verdadero poblamiento visigodo de Hispania. Procedentes de las Galias, una gran multitud de colonos visigodos se van a establecer en esta tierra entre el 490 y el 510.

El Reino Visigodo de Toledo (507-711)

Los visigodos eligen rey a Gesaleico (507-510). Se repliegan a Hispania, a Barcino (Barcelona) y contienen a francos y burgundios con el apoyo de los ostrogodos. Pero estos mismos lo deponen en el 510 y nombran rey a Amalarico, nieto del rey ostrogodo e hijo de Alarico II. Pero, debido a su minoría de edad, fue el propio rey ostrogodo, Teodorico el Grande, quien actuó como regente hasta su muerte en el 526. Es entonces cuando Amalarico asume sus funciones como rey. Trata de conseguir la paz con los francos mediante un enlace matrimonial, pero fracasa, motivando además a los francos a realizar nuevas incursiones contra los visigodos.

Los francos derrotan a Amalarico y, éste, despreciado y odiado por sus súbditos es asesinado (531). Teudis es elegido rey (531-548) y resiste nuevos ataques francos satisfactoriamente. Mientras tanto, los bizantinos de Justiniano tratan de restaurar el Imperio Romano y se asientan en las costas del norte de África conquistando Ceuta a los visigodos (534). Teudis trató de recuperar la ciudad pero fue completamente derrotado (542). Poco después fue asesinado.

Tras el breve reinado de Teudiselo (548-549), Agila I asume la corona. Trató de sofocar los deseos independentistas de las ciudades béticas (Córdoba, 550) sin conseguirlo. En el 552 Atanagildo se subleva y pide ayuda a los bizantinos. Atanagildo y los bizantinos vencen a Agila en Sevilla, quien se refugia en Mérida. Tras la victoria, Atanagildo concede toda la franja marítima desde Gibraltar a Valencia al Imperio de Bizancio. La guerra civil continuó hasta el 554 momento en el cual Agila es asesinado por sus propias tropas y Atanagildo es proclamado rey.

Atanagildo encuentra un reino en crisis, con una grave situación financiera y con continuas rebeliones, dando la impresión de que se iba a dividir en varios territorios independientes. Tras encontrar mediante la política matrimonial la paz con los francos, se dedicó a fortalecer su reino hasta su muerte en el 567, aunque no pudo evitar el asentamiento bizantino que él mismo había propiciado.

Entre los años 548 y 570, el reino suevo, que casi había desaparecido en el 456, experimenta un nuevo apogeo aprovechando la debilidad visigoda. Así, probablemente con su rey Teodomiro (559-570), engrandece su zona de influencia sobre todo en su frontera por la Meseta Norte. La misma política seguirá su sucesor Miro (570-583).

De vuelta a los dominios visigodos, tras cinco meses de trono vacante, es elegido rey el dux de la Septimania, Liuva I, quien en el 569 asocia al trono a su hermano Leovigildo. Liuva muere en el 573 y Leovigildo queda como rey único. Leovigildo eligió como corte Toledo, que tras ser elegida anteriormente por Teudis y Atanagildo, será a partir de ahora la capital definitiva del reino.

Situación en el año 573

Figura 3-2 Situación en el año 573. (1)

Leovigildo va a ser uno de los reyes visigodos más importantes. Fortalece la monarquía, revisa el código de Eurico y se dedica a borrar los núcleos conflictivos que aún existen en Hispania. Primero corta la expansión bizantina por la Bética tras vencerlos en Sevilla.

En el 572, el rey suevo Miro ataca a los ruccones. Los historiadores no se ponen de acuerdo en la situación de esta belicosa tribu, aunque es probable que se trate de alguno de los pueblos montañeses de la cordillera Cantábrica. El ataque de Miro tiene la finalidad de tomar los pasos de los Pirineos con el fin de tomar contacto y atraerse la amistad de los francos, y así conseguir una entente contra los visigodos. En su camino hacia los Pirineos, parece que encontró el apoyo del Senado de Cantabria.

Conviene hacer un alto en este momento para conocer la situación de la zona norte de España.

Cántabros, várdulos, caristios, autrigones y vascones (409-574)

La romanización de estos pueblos nunca fue muy intensa y parece que estaba en retroceso desde la crisis del imperio en el siglo III. Caristios, várdulos y autrigones comienzan a sufrir los saqueos vascones de forma intensiva a partir del 457, momento en que ni suevos ni visigodos poseen fuerzas suficientes para ocupar estos territorios bajo soberanía nominal romana. Desde el 480 comienza a haber grandes desplazamientos de pueblos vascones y vasconizados hacia el actual País Vasco. Debido a la superpoblación y a la imposibilidad de realizar saqueos contra el valle del Ebro en la zona de Zaragoza (que era gran parte de su medio de vida), se ven obligados a saquear las llanuras del oeste y, posteriormente, se van a ir estableciendo en los antiguos solares de várdulos y caristios. La mayor parte de los várdulos y los autrigones emigran hacia Cantabria, Autrigonia, Beronia y el país de los Turmogos y se funden con ellos de forma pacífica. Hacia la primera década del siglo VI, el territorio de caristios y várdulos estaba ya en manos vasconas.

Poco después los vascones inician el ataque a la zona costera de Autrigonia, que consiguen antes de mediados del siglo VI. Tras esto comienzan a saquear las tierras de Cantabria, Autrigonia interior (posterior Bardulia altomedieval), Aquitania y el valle del Ebro. Es probable que mientras tanto los cántabros (o el Senado de Cantabria que controlaba las zonas al sur de la Cordillera Cantábrica) se expandieran hacia ciertas zonas de La Rioja (h. 550).

Sobre este hecho tenemos una referencia en la hagiografía de San Millán, monje riojano, que predijo al jefe del Senado cántabro, Abundancio, que los años siguientes iba a ser violentos a causa de su paganismo. Pocos años después, Leovigildo haría realidad la predicción.

De Leovigildo a Rodrigo (573-711)

Cuando Leovigildo se queda como monarca único, se encuentra con un reino muy fragmentado, con múltiples zonas tendentes a la independencia y con varios núcleos que aún no dependen de la monarquía visigoda. Aparte del reino Suevo, que mantenía, a grandes rasgos, la Galicia actual y el norte de Portugal, y el Imperio Bizantino, que ocupaba la franja costera desde Cádiz a Valencia, se conocen otros núcleos autónomos:

  • Los astures.
  • Sabaria, en el distrito de Asturica Augusta (Astorga), tierra fronteriza entre suevos y visigodos, independiente de los suevos en el 457 hasta su sometimiento por los visigodos en el 573.
  • La Orospeda, en las montañas de la Bética, probablemente gobernada por un Senado formado por los terratenientes hispanorromanos más poderosos. Conquistada en el 577.
  • Los vascones, en Navarra y gran parte del actual País Vasco. En el 582, Leovigildo toma Pamplona, funda Victoriacum (Vitoria) y construye fortalezas en Beronia y Cantabria.
  • El Senado de Cantabria, territorio que debe aglutinar a las tribus cántabras, autrigonas, beronas y turmogas junto con huidos caristios y várdulos. Fue sometido en el 574 tras la toma de Amaya mientras estaba siendo atacado por los vascones. Posteriormente se instaura el ducado de Cantabria como marca fronteriza contra vascones y otras tribus montañesas. Su capital es Amaya .
Ofensiva de Leovigildo

Fig. 4-3 Ofensiva de Leovigildo (574 – 583). (1)

Leovigildo se hizo con el control del reino suevo en el 585 tras derrotar al rey Audeca y suprimir la rebelión de Malarico.

A pesar de la labor conquistadora de Leovigildo, varios de sus sucesores en el trono tuvieron que seguir enfrentándose a las tribus norteñas: Gundemaro (611) contra los vascones; Sisebuto (612) contra la rebelión de ruccones, cántabros y vascones; (613) ataca con una nueva flota la costa de Cantabria y Autrigonia (Vardulia y Caristia incluidas) combatiendo a cántabros y vascones; Suintila (621) ataca y somete a los vascones.

Conquistas de Suintila
Fig. 4-4 Conquista de Suintila (621). (1)

En el año 642, el anciano Chindasvinto se hace proclamar rey en Pampalica (Pampliega, Burgos). Su sucesor, Recesvinto, funda en el 661 el monasterio de San Juan de Baños en Baños de Cerrato (Palencia). Recesvinto murió en el 672 en la localidad de Gerticos y allí se proclamó al nuevo rey Wamba. Con este motivo se cambió el nombre de la localidad, que actualmente se llama Wamba (Valladolid).

En el 673 los vascones vuelven a atacar el ducado de Cantabria. Wamba va hacia la marca y saquea las llanuras alavesas. En el 688 muere en un monasterio de Pampalica, adonde había sido desterrado tras su decalvación en el 680.

Las provincias visigodas en el norte
Fig. 4-6 Las provincias visigodas. (1)

Treinta años después, tras una serie de monarcas mediocres y años de sequía y hambruna, los árabes hacen su aparición en plena guerra civil entre los partidarios de Roderico o Rodrigo y Agila II.

(1) Mapas tomados de LÓPEZ-DAVALILLO LARREA, JULIO: Atlas Histórico de España y Portugal: desde el Paleolítico hasta el siglo XX, Ed. Síntesis, 1999.

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1 comentario

Christy 28/08/2015 - 00:23

Muy bueno! Gracias y salu2.

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