Contenidos
El actual yacimiento arqueológico de Clunia se encuentra en el Alto de Castro, junto a la localidad de Peñalba de Castro, Burgos. A unos 30 km. de Aranda de Duero por la N-122 dirección Soria.
Fue un asentamiento arévaco y ciudad romana situada a orillas del río Arandilla. Capital del convento jurídico Cluniensis, dentro de la provincia Tarraconense en la Hispania Citerior, aunque luego pasó a la provincia de Gallaecia.
Clunia arévaca y conquista romana
Su precedente es un asentamiento arévaco, que llegó a acuñar monedas de bronce con la ceca Kolounioukou o Clounioq, posiblemente situado en el Alto de Cuerno en Peñalba de Castro. Según Plinio el Viejo:
A los arévacos les dio el nombre el río Areva. De ellos son seis poblaciones, Secontia y Uxama, nombres que se emplean también en otros lugares, y además Segovia y Nova Augusta, Termes y la propia Clunia, confín de la Celtiberia
Es decir, Clunia era la última ciudad celtíbera antes de que comenzara el territorio de los vacceos.
Clunia es citada por primera vez en las fuentes romanas en el contexto de las guerras sertorianas. Tito Livio cita a Clunia como refugio de Quinto Sertorio, rebelde frente a Sila, y como lugar donde fue asediado por Pompeto en el 75 a.C. y que no tuvo éxito. Aunque de acuerdo con Salustio, Clunia dudó entre seguir a Pompeyo o a Sertorio, la verdad es que la ciudad permaneció fiel a Sertorio incluso después de su muerte (74 a.C). Junto a Tiemes, Uxama y Calagurris fue de las últimas ciudades en ser sometidas por Pompeyo en el 72 a.C.
En el año 56 a. C. Clunia apoya la rebelión vaccea frente a Roma. Metelo sitia la ciudad tras conquistar Numancia, pero de nuevo el duro invierno impuso una tregua. Un año más tarde, en el 55 a. C., Afranio, legado de Pompeyo, ocupa Clunia, somete definitivamente a arévacos y vacceos y romaniza el área.
Ciudad romana y capital de un convento jurídico
Los romanos fundaron ex novo un nuevo asentamiento con el nombre de Clunia. Desde el reinado de Tiberio (14-37 d. C.) Clunia debe contar con el estatuto de municipio romano pues, con este emperador, acuña monedas, ases y semises con su efigie y los nombres de los magistrados de la ciudad, quattuor viri y aediles.
Por Plinio sabemos que es capital de convento jurídico (conventus iuridicum) a mediados del siglo I. Como tal capital, pasa a ser el centro jurídico y religioso de un amplio territorio con el que se comunica por medio de importantes vías que pasan por la ciudad o próximas a ella.
En ella Galba es proclamado emperador tras la muerte de Nerón en el 68. Galba rebautizó el asentamiento como Colonia Clunia Sulpicia, y tuvo gran importancia en la romanización del norte de España. Se calcula que su población llegó a ser de unos 32.000 habitantes.
Los restos de la ciudad romana
Las excavaciones han permitido descubrir numerosas construcciones. Entre ellas destacan restos del foro, una necrópolis, dos recintos termales, numerosos ejemplos de arquitectura doméstica y el teatro romano, con capacidad para más de 10.000 espectadores y que sigue en uso hoy en día.
Como curiosidad, se asienta sobre una cavidad que servía de almacenamiento de agua y donde se ha localizado un santuario a Príapo. Para más información recomendamos su página oficial: http://www.clunia.es/.
Clunia en época visigoda
Se tienen pocas referencias de esta época, pero los testimonios arqueológicos documentan la continuidad del asentamiento al menos hasta comienzos del siglo VIII, aunque es innegable que decreció su importancia: no aparece en las fuentes literarias, ni tiene ceca ni es una sede episcopal que se concede a la cercana Uxama.
En el centro de la ciudad se ha localizado una necrópolis al Sur de la Casa 3 y al Este de las Termas del Foro utilizada desde finales del s. IV y hasta el s. VIII. Se trata de inhumaciones y demuestran con claridad la aproximación y entrada de los muertos hacia la ciudad, señal clara de cristianización de la misma y por consiguiente de pérdida de romanidad. Además, en el segundo caso, la necrópolis se extiende alrededor del lugar en donde, en época medieval, se levanta la Ermita de la Virgen de Castro que acaso no sea otra cosa que la pervivencia de un lugar de culto cristiano de época tardo romana y visigoda.
Clunia entre los siglos VIII y X
Al poco de entrar en el reino visigodo, Ṭāriq ben Ziyād ocupa la ciudad en el 712 y tras este suceso se dejan de tener noticias sobre ella. Según la Crónica Rotense, Clunia fue una de las ciudades que Alfonso I de Asturias y su hermano Fruela asaltaron tras la rebelión bereber del 740 y de las que tomaron gentes para llevarlas a sus dominios.
El área de Clunia se queda en una tierra de nadie en la región del Duero entre el reino asturiano y los musulmanes. Clunia no se incorporará al reino de León hasta el 912, cuando por orden de García I es repoblada por el conde de Burgos, Gonzalo Fernández, junto a Haza y San Esteban de Gormaz.
Situada en una zona fronteriza con los dominios andalusíes, parece que que poco duró el asentamiento en la vieja Clunia, desplazándose unos kilómetros hasta la actual Coruña del Conde. La antigua ciudad servirá de cantera y por eso hoy en día se encuentran multitud de estelas y epigrafías romanas en Coruña del Conde y alrededores, especialmente en la ermita del Santo Cristo de San Sebastián.