Ibrillos es una localidad burgalesa situada en la Riojilla y fronteriza con la comunidad autónoma de La Rioja.
El cerro de El Castillo que domina la población ya estuvo habitado desde la Primera Edad del Hierro (autrigones) y romana.
Ibrillos tuvo su momento de mayor importancia histórica entre los siglos IX y X. En aquellos momentos albergaba una importante fortaleza que formaba parte de la línea defensiva entre los dominios musulmanes de la actual La Rioja y el reino de León.
La fortaleza se encontraba en lo alto del cerro que domina la población, más arriba de donde se encuentra la actual ermita de Nuestra Señora de la Peña.
Como ya hemos dicho, el castillo de Ibrillos, entre los siglos VIII y X, formó parte de una línea fortificada fronteriza junto a los castillos de Buradón, Cellorigo, Pancorbo, Cerezo de Río Tirón, Torre de Villaorceros, Cerro Mirabel en Grañón, Castildegaldo y Pazuengos. Estas fortalezas permitían dominar La Bureba y la Riojilla y además protegían a los musulmanes de incursiones procedentes de más allá de los Montes Obarenes y del Páramo de Masa.
La zona fronteriza pudo tener variaciones territoriales durante estos siglos. Por ejemplo, tras la rebelión bereber del 741 y el abandono de gran parte de la Meseta Norte por las guarniciones musulmanas, es posible que el reino de Asturias dominará la zona hasta la Sierra de la Demanda. Alfonso I y su hermano Fruela hicieron incursiones por localidades cercanas como Cenicero, Alesanco, Ábalos y Briones. Muestra de ello es el documento fundacional del cercano monasterio de San Miguel de Pedroso (759)
Pero, a partir del 766, las distintas acometidas cordobesas obligarán a un repliegue al reino de Asturias detrás del Páramo de Masa, los Montes Obarenes y la Sierra de Cantabria, dejando de nuevo La Bureba y La Riojilla en manos de los musulmanes.
Ibrillos se mantuvo como fortaleza musulmana hasta comienzos del siglo X. Es en ese momento cuando aparece por primera vez mencionada en la Crónica Albedense, XVa 10, en una nómina de los reyes de Asturias y León:
Deinde filius eius Adefonsus, qui allisit Ebrellos.
Entonces su hijo Alfonso, que destruyó Ibrillos.
Crónicas Asturianas, p. 172
La crónica no identifica el año de este hito, pero pensamos que puede ser el año 904. En ese momento Alfonso III asedió el cercano castillo de Grañón y, es posible, que para cubrir la retaguardia, arrasara por completo el castillo de Ibrillos. Sin embargo, Alfonso III no pudo tomar Grañón pues Lupp ben Muḥammad atacó la fortaleza de Bayas, en la zona de Miranda de Ebro, y obligó a Alfonso III a levantar el sitio.
Estas tierras serán integradas en el reino de León tras la conquista del occidente de La Rioja por las tropas coaligadas de León y Pamplona en el 923.
Ibrillos pertenecerá desde entonces al reino de León y al condado de Castilla. En 1028 aparece en la documentación del monasterio de San Millán de la Cogolla como Ibriellos: El monasterio de San Martín de Grañón tenía viñedos y tierras en la zona de Ibrillos.
Tras la división del condado a la muerte de Sancho III de Pamplona (1035), Ibrillos pasó al reino de Pamplona al igual que otras localidades cercanas como Belorado y Cerezo de Río Tirón.
Ibrillos volvería al reino de Castilla en torno al 1067 tras la Guerra de los Tres Sanchos. Reaparece entonces en la documentación de San Millán de la Cogolla. El 6 de mayo de 1073 en una donación a San Millán se cita una viña que pertenecía a Munna Ennecoz de Ibrielos. Y en 1084, en una relación de bienes del monasterio, se citan una viña y una serna en las cercanías de Ibrielos.
En esa misma época parece que Ibrillos fue cabeza de un alfoz ya que entre los años 1073 y 1089 se nombra a un tenente de la fortaleza llamado Diego Álvarez (Didako o Didago Albariz) que tenía en Ibrillos a delegados suyos: Diego Gudestioz (1075, 1078) y Blasco Díaz (1089). Esto lo conocemos gracias a los documentos del Becerro de Valvanera.
La zona es tomada en 1110/1111 por el rey aragonés Alfonso I. Ibrillos volvió a ser incorporada al reino de Castilla bajo el gobierno de Alfonso VII de Castilla y León en el año 1134.
Castillo de Ibrillos
El castillo de Ibrillos es hoy en día prácticamente invisible. Se puede apreciar al menos un par de recintos amurallados concéntricos en torno a la mota que se encuentra en la parte superior, seguramente producida por los restos derruidos de la fortaleza.
El castillo dejó de tener una función defensiva a partir del siglo XII y es posible que fuera abandonado.
Es probable que parte de sus piedras se utilizaran para construir la Ermita de Nuestra Señora de la Peña, situada en el camino de ascenso al cerro.
Detrás de la ermita, y bajo el castillo, existen unas cavidades que parecen colmatadas.
Desde su cima se aprecia la relevancia militar del asentamiento por el grado de visibilidad sobre el terreno y el contacto visual con otras fortalezas cercanas como Grañón, Cerezo o Castildelgado.