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Yaḥyà ben Munḏir, al Muẓaffar, rey de la taifa de Zaragoza

por Javier Iglesia Aparicio
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Palacio de la Aljafería de Zaragoza

[¿Zaragoza?, ¿? – ¿Zaragoza? 427H – 1035/36] Yaḥyà b. Munḏir b. Yaḥyà b. Muṭarrif al-Tuŷībí. En árabe يحيى بن المنذر التجيبي. Segundo rey de la dinastía tuchibí de la taifa de Zaragoza (1021/22 – 1035/36)

Hijo de Munḏir I, el fundador del reino taifa de Zaragoza.

Yaḥyà b. Munḏir sucedió a su padre en el gobierno de la taifa zaragozana tras su muerte en el año 412H (1021/1022) y ejerció el poder con el título de háyib. Yaḥyà adoptó el título soberano al-Muẓaffar («el Triunfante»), de rango pseudo-califal y muy frecuente entre los reyes de taifas.

Yaḥyà b. Munḏir: relaciones exteriores

En el contexto de la fitna, la guerra por el control del califato cordobés, Yaḥyà reconoció en primer lugar al califa hammudí al-Qāsim en una moneda fechada en 415H (1024/25) cuando éste estaba preso por su sobrino Yaḥyà b. ʿAlī ben Ḥammūd. Posteriormente apoyó al pretendiente ʿAbd Allāh al-Mu’ayyad bi-Allah y por último al último califa cordobés, Hisham III. Sin embargo estas filias no significaron mucho, simplemente un simple medio de hacer reconocer su dominio sobre la taifa de Zaragoza, y no participó en ningún conflicto militar.

Por otro lado, Yaḥyà ben Munḏir continuó las hostilidades de su padre contra el reino de Pamplona y emprendió una campaña contra Nájera en la que logró cautivos y botín. El rey Sancho III de Pamplona acudió a tratar con él en Zaragoza, ofreciéndole un regalo de caballos de raza, y celebrándose su entrevista con gran solemnidad ante las puertas de la ciudad. Berenguer Ramón I de Barcelona trató de establecer una alianza con Pamplona para coordinar acciones contra Lérida y Zaragoza y envió en 1023 a Ponce, abad de Tavernoles a Pamplona con una carta del obispo Oliba de Vic. En 1024 Sancho III y Berenguer Ramón I atacaron a Yaḥyà. De nuevo en 1027 Sancho III, esta vez ayudado por el conde Guillermo Sánchez de Gascuña, atacó Lérida y luego Denia.

A la muerte de Sancho III, los musulmanes aprovecharon las disensiones entre los hijos de Sancho III y atacaron Tafalla, pero García III les rechazó.

La dinastía taifa zaragozana estableció su primera alianza matrimonial conocida con el poderoso linaje bereber de la Marca Media que eran los Du-l-Nun o Zennún. Yaḥyà al-Muẓaffar se casó con la hija del jeque de aquel linaje, llamado ‘ʿAbd al-Raḥmān, y a su vez hermana de Ismāʿīl, quien será rey de la taifa de Toledo a partir del 1028. Este enlace tuvo que celebrarse algo después de 1018.

Rebelión de Sulaymān b. Hud

Sulaymān b. Hud, cadí de Lérida y Tudela se rebeló en algún momento indeterminado contra Yaḥyà, pero acudió a Zaragoza para solicitar el perdón.

Esta reconciliación —que ha de fecharse antes de 1028, cuando Ibn al-Darrāŷ, que la cita en un poema, abandona Zaragoza— quizás fuera motivada por hostilidades navarras contra los territorios de Lérida y Tudela gobernados por Sulaymān ben Hud, pues el verso de Ibn Darray dice de éste que: «al ver que la salvación está en avenirse, hacia ti [= hacia Yaḥyà] corrió temeroso de su desvío»; o quizás la rebeldía de Sulaymān ben Hud tuviera alguna relación con la proclamación en Córdoba del último califa Hisham III, al que después de su destronamiento (1031) el poderoso caíd de Lérida y Tudela acogerá en sus tierras.

Este citado poeta cortesano, Ibn Darray, nos ofrece en sus versos la importancia de aquel retornar de Sulaymān ben Hud a la obediencia del rey de Zaragoza:

«Abre sus oídos para oír [tus órdenes], / cierra y clausura la puerta de los detractores. / Te alza bandera de obediencia, / como quien enciende hoguera en lugar alto. / Jáctase de proclamar tu derecho desde la madera de su almimbar, / y tu nombre a los oyentes de sus mezquitas».

El poeta Ibn Darray en la corte de Zaragoza

Durante los siete primeros años de reinado de Yaḥyà al-Muzaffar, el gran poeta Ibn Darray siguió residiendo en Zaragoza con oficio de poeta cortesano, y como tal empezó por componer a Yaḥyà una casida de felicitación por su acceso al poder, dedicando sentido versos al elogio del fallecido Munḏir I, aunque los versos dejan bien claro que «dejó al Islam su hijo [Yaḥyà] para compensar su pérdida».

Acuñaciones de moneda de Yaḥyà b. Munḏir

Yaḥyà ben Munḏir fue el primer taifa de Zaragoza en acuñar moneda propia, en concreto en la ceca de Zaragoza (madinat Saraqusta). La primera serie de dinares acuñados por Yaḥyà fue entre 415/1024-25 y 418/1027-28, anteriores pues a la abolición del califato de Córdoba y con diferentes fidelidades: Yaḥyà pasó sucesivamente por reconocer, en sus acuñaciones de 415/1024-25 a al-Qāsim ben Ḥammūd; al pretendiente ʿAbd Allāh al-Mu’ayyad bi-Allah, en acuñaciones de 416, 418, 420; y a Hisham III (en acuñaciones de 423H/1031), que fue último califa de Córdoba.

Moneda de Yaḥyà ben Munḏir (1026)
Moneda de Yaḥyà ben Munḏir (1026)

La reforma de la mezquita aljama de Zaragoza (1023)

La antigua mezquita zaragozana, situada donde hoy en día se alza la Seo, fue reformada a mediados del siglo IX por Mūsà ben Mūsà y tenía unas dimensiones 56 x 44 metros, cerca de 2500 m2 de superficie. En 1023, por mandato de Yaḥyà se comenzó la ampliación de la mezquita aljama hasta alcanzar unas dimensiones de 86 x 54 metros mediante el alargamiento hacia el este de casi el doble de la longitud inicial, lo que la convirtió en una de las mayores de al-Ándalus al llegar a casi 5000 m2.

Para ello hubo de trasladarse el bloque de una pieza de alabastro o mármol blanco que conformaba el mihrab excavando sus cimientos desplazándolo sobre rodillos, complicada operación que causó grietas en el bloque.

También se erigió un gran alminar que, transformado en torre-campanario mudéjar, perduró hasta el siglo XVII, cuando fue derribado y sustituido por la actual torre barroca. Durante la restauración, acabada en 1999, se descubrieron numerosos vestigios, como la planta del antiguo edificio y la impronta del alminar en los muros externos, lo que ha permitido reconstruir su aspecto original.

Muerte y sucesión de Yaḥyà al-Muẓaffar

Tras la deposición en 1031 del último califa de Córdoba, Hisham III, parece que Sulaymān ben Hud logró independizar por completo en Lérida y Monzón, donde acogió al último califa.

En 1035 Yaḥyà reconoció como califa al falso Hisham II que había sido proclamado en Sevilla por Abu-l-Qāsim, rey de dicha taifa.

Yaḥyà al-Muẓaffar murió en 1036. En las monedas había empezado a figurar el nombre de su hijo y heredero, Munḏir II, desde 1029, posiblemente desde que fuera designado sucesor.

El conjunto de su gobierno es definido como de menor rango político que su padre Munḏir I: «y tras él no vino nadie que pudiera llenar su vacío».

Matrimonio y descendencia

Yaḥyà al-Muzaffar se casó con la hija del jeque de los Du-l-Nun, llamado ‘ʿAbd al-Raḥmān, y a su vez hermana de Ismāʿīl, rey de la taifa de Toledo a partir del 1028. Este enlace tuvo que celebrarse algo después de 1018, y de él nació, todavía en vida de su abuelo paterno Munḏir I, el tercer soberano de la taifa zaragozana, Munḏir II.

Ibn Darray dedicó una casida entera a la boda de Yaḥyà con la hija del jeque de los Du l-Nun, y compara el enlace con el de Salomón con la reina de Saba y el de Alejandro con la hija de Darío.

Bibliografía

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