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[Zaragoza, ¿? – Zaragoza, 1085] Rey de la taifa de Zaragoza (1081 -1085) y matemático
Abū ʿĀmir Yūsuf b. Aḥmad b Sulaymān b. Hūd al-Ŷuḍāmi, al-Mu’tamin. En árabeالمؤتمن بالله يوسف بن أحمد بن هود. Llamadó Almutamán en las cronicas cristianas, derivado del sobrenombre que adoptó: al-Mu’tamin, el que confía en Dios.
Perteneciente a la familia de los Banu Hūd, era hijo de Aḥmad b. Sulaymān, al-Muqtadir.
El emir ʿAbd Allāh de Granada en sus Memorias, hace este elogio de al-Mu’tamim:
Era al-Mu’tamim hombre sabio, que había leído muchos libros, y junto con ello se interesaba en la adivinación del porvenir, gracias a lo cual pudo saber que su muerte estaba próxima. No le desvanecía ser rey y, en la mayor parte de las cosas mundanas, era un verdadero asceta. Uno de los jefes de su ejército, que solía asistir a su cámara, me contó que una vez enseñaba a los cortesanos sus tesoros, tales como no los había podido reunir ningún otro rey, y que, como los presentes le felicitaran por poseerlos, les dijo:”¿Y qué voy a hacer con ellos, si la vida es tan corta, y cuando la deje, para entrar en mi sepulcro, no he de llevar más que mi mortaja?”.
al-Mu’tamim sucedió a su padre en el gobierno de Zaragoza en el año 1081. al-Muqtadir se encontraba muy enfermo y decidió abdicar en su hijo para fallecer un año después.
Pero, como ya había ocurrido anteriormente en la historia de la taifa de Zaragoza, la sucesión fue conflictiva y derivó de nuevo en una fragmentación del territorio: al-Mu’tamin gobernó en Zaragoza, Huesca, Tudela y Calatayud; y su hermano al-Munḏir en Lérida, Monzón, Tortosa y Denia.
Conflicto con Munḏir de Lérida y el apoyo de El Cid
al-Munḏir rechazó reconocer la supremacía de al-Mu’tamin. Durante todo su gobierno el conflicto con su hermano estuvo vivo, pero al-Mu’tamin tenía el apoyo de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid.
Tras ser desterrado por Alfonso VI, el Cid pasó al servicio de al-Muqtadir. Posteriormente al-Mu’tamin le confió la dirección de su ejército en su lucha contra su hermano al-Munḏir, quien estaba apoyado por varios gobernantes cristianos: Berenguer Ramón II de Barcelona, Guillermo de Cerdaña y Sancho Ramírez de Aragón y Pamplona.
Entre 1081 y 1082 el Cid aseguró Monzón, reedificó el castillo de Almenar y tomó Escorp, en la confluencia del Segre y el Cinca. Ante la amenaza de una coalición de los ejércitos de la taifa de Lérida y de condes catalanes, acudió a asediar la plaza de Almenar.
Se entabló una batalla en la que Berenguer Ramón II de Barcelona fue apresado. Luego fue llevado a la fortaleza de Tamarite, donde se encontraba al-Mu’tamin. Sería liberado poco después.
Otra amenaza contra el reino taifa de Zaragoza durante el gobierno de al-Mu’tamin llegó desde el propio reino de Castilla. Se circunscribió a apoyar al rebelde al-Muẓaffar, tío del rey al-Mu’tamin y antiguo rey de la taifa de Lérida, en la localidad de Rueda, ayuda que la muerte del rebelde hizo inútil, por lo que el segundo en el mando traicionó a los castellanos, asesinando a varios magnates del reino el 6 de enero de 1083.
Posiblemente la ayuda que el rey Alfonso VI prestó al visir Ibn Royuluh se puede inscribir en su política de debilitar a la taifa de Zaragoza, causando problemas internos. Este funcionario fue, como consecuencia de su connivencia con el rey de Castilla, ejecutado por orden de al-Mu’tamin. Desde entonces, el visir Abu al-Faḏil ben Ḥasday no tuvo rival en la corte, encargándose de la mayor parte de los asuntos relevantes.
En el año 1083, el rey al-Mu’tamin envió a su ejército a saquear las tierras fronterizas del reino de Aragón, y tras una breve campaña, las tropas de Zaragoza se volvieron hacia la frontera oriental del reino, buscando liquidar la resistencia de la taifa de Lérida, que fue castigada con una incursión muy continuada, que afectó de forma muy principal la comarca de Morella; al-Mu’tamin ordenó construir una fortaleza frente a esta última población, en el emplazamiento de la antigua hisn al-‘Uqab (Castillo de las Águilas).
Mientras tanto había perdido algunas fortalezas por la continua presión de los cristianos al norte: Agüero, Ayerbe, Graus (1083), Arguedas y Secastilla (1084)
En el año 1084, al-Munḏir de Lérida, aliado con el rey Sancho Ramírez de Aragón, al que pagaba parias para recibir su ayuda militar, comenzaron una campaña en esta zona para tratar de alejar al ejército de la taifa de Zaragoza, que bajo el mando de Rodrigo Díaz de Vivar causaba graves daños en territorio leridano.
La batalla se produjo cerca de Morella y concluyó con la victoria de las tropas zaragozanas, por lo que durante los años siguientes este reino taifa pudo desatender su frontera norte.
Expansión hacia Levante
Tras encontrar cierta tranquilidad en el norte, al-Mu’tamin reanudó la política expansiva hacia Valencia, inaugurada por su padre al-Muqtadir mediante la conquista de Denia y que al-Mu’tamin continuó por medio de una hábil política matrimonial.
al-Muusta’in, su hijo y sucesor, se casó con una hija del rey Abū Bakr de Valencia (26-27 de enero de 1085). Consiguió además que Abū Bakr le reconociera su supremacía.
Dentro de su política de procurar la expansión hacia el Levante de produjo también su ayuda a Ibn ‘Ammar, huido del reino de al-Mu’tamid de Sevilla desde que fracasara su rebelión de Murcia. Éste intentó apoderarse de la fortaleza de Segura para incorporarla al reino de Yūsuf con algunas tropas zaragozanas, aunque fracasó en su intento y fue aprisionado por el alcaide de esta fortaleza (1084).
Muerte y sucesión de al-Mu’tamin
En el otoño de 1085, poco después de la caída de Toledo en manos de Alfonso VI, se produjo la muerte de al-Mu’tamin, al que sucedió su hijo Aḥmad al-Musta’in.
al-Mu’tamin y las matemáticas
Las fuentes definen a Yūsuf al-Mu’tamin como un hombre ascético, sabio y muy dado a los ciencias, en especial a las matemáticas y la astronomía. Como tal aparece en el Libro de las categorías de la naciones, escrito en el 1068 por Saʿīd al-Andalusī, entre los matemáticos residentes en Zaragoza y dice de él:
Abū ʿĀmir, hijo del emir Ibn Hūd, aunque sea copartícipe con estos [sabios] en la ciencia matemática, se distingue de ellos por saber lógica y por su interés en las ciencias naturales, así como [por interesarse] en la metafísica.
Su obra maestra fue su Libro de la perfección y de las apariciones ópticas (Kitab al-istikmal wa al-munázir, كتاب الستكمال والمناظر) que además de ser un compendio de la matemática griega de Euclides y Arquímedes entre otros, y transmitir las enseñanzas de Thabit ben Qurrá, los Banu Mūsà e Ibn al-Haytham, introduce teoremas originales.
Su obra fue transmitida por Maimónides a Egipto, y de allí se difundió por el centro de Asia, documentándose incluso en Bagdad en el siglo XIV, si bien su influencia no llegó a Occidente. De su obra se conservan dos copias: la primera fue encontrada en la Biblioteca del Askeri Müze de Estambul en 1985, procedente de la biblioteca del sultán otomano Mehmed II, que fue heredada por su hijo Bayaceto II. Posteriormente se halló una segunda copia en El Cairo.
El Libro de la perfección y de las apariciones ópticas trata los números irracionales, secciones cónicas, la cuadratura del segmento parabólico, volúmenes y áreas de varios cuerpos geométricos o el trazado de la tangente de una circunferencia, entre otros problemas matemáticos.
Solo la primera parte del libro superaba en extensión a los Elementos de Euclides. En la obra del rey zaragozano aparece una propuesta de categorización de las matemáticas en especies aristotélicas, dividiéndolas en la “especie” de la aritmética, otras dos “especies” para la geometría y de nuevo dos en cuanto a la estereometría, en lo que nos ha llegado.
A al-Mu’tamín se debe la primera formulación conocida del teorema de Giovanni Ceva, que no sería conocido en Europa hasta 1678 en la obra De lineis rectis del mencionado geómetra italiano y que se puede enunciar como sigue:
Sea ABC un triángulo y D, E, F son puntos en los lados BC, CA y AB. Se dibujan líneas rectas AD, BE y CF. Esas tres líneas se intersecan en un punto si y solo si: