La Cruz de los Ángeles Reyes asturianos, 4
Historia medieval
Sapere Aude
2015
422
Tras los sucesos narrados en Pelayo, rey, La muralla esmeralda y El Muladí, un nuevo rey se sienta en el trono de Asturias: Fruela I, llamado por unos cronistas el cruel y por otros el justiciero. Hombre impulsivo, el amor que concibe por Munia, la joven entregada como garantía de la sumisión de los vascones a los reyes asturianos, influirá determinadamente en la fundación de la ciudad de Oviedo y en el devenir de los trágicos acontecimientos del fin de su reinado.
Después de su muerte, una serie de intrigas llevan sucesivamente al trono a los reyes Aurelio, Silo, Mauregato y Bermudo, aunque la figura que domina este período es el de Adosinda: Nieta de Pelayo, hija de Alfonso I, hermana de Fruela I y esposa de Silo, la presencia de esta mujer de fuerte carácter es el hilo conductor de la segunda parte de la novela; y su afecto por su sobrino Alfonso, el primogénito de Fruela, al que se dedica a preparar como futuro rey, y el ascendiente que tiene sobre éste, condiciona el futuro del reino de Asturias.
Alfonso II, el Casto, es uno de los más importantes monarcas asturianos y el de más extenso reinado; según se cuenta en la tercera parte de la novela, traslada la capital a su ciudad natal, Oviedo, a la que tiene que defender de las acometidas de los musulmanes y acaba convirtiendo en una urbe digna de representar el trono asturiano. También ordena fabricar la joya que da título a este libro y que se puede admirar en la Cámara Santa de la catedral ovetense.
Esta es parte de la saga sobre los reyes asturianos de Pablo Vega, iniciada por Pelayo, rey y continuada por La Muralla Esmeralda, El Muladí, La Cruz de los Ángeles y La Cruz de la Victoria.