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III.1 Derrota de don Rodrigo – Poema de Fernán González

por Javier Iglesia Aparicio
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Estrofas 77 a 88 del Poema de Fernán González

77 Quando ovo el rey Rodrigo sus poderes juntados
—era poder sin guisa, mas todos desarmados—,
lidiar fueron con moros, lavaron sus pecados,
ca fue de los profetas esto profetizado.
Cuando el rey Rodrigo su hueste hubo juntado
—era ejército enorme, mas todos desarmados—,
fue a luchar contra los moros, pagaron sus pecados,
pues fue por los profetas esto profetizado.
78 Tenie el rey don Rodrigo sienpre la delantera,
salio contra los moros, tovo les la carrera:
ayunto se en el campo que dizen Sangonera,
cerca de Guadiana en que ha su ribera.
Tenía el rey don Rodrigo siempre la delantera,
salió contra los moros, les frenó la carrera:
se encontraron en el campo que llaman Sangonera,
cerca del Guadiana donde está su ribera..
79 Fueron d’amas las partes los golpes avivados,
eran pora lidiar todos escalentados:
fueron de la primera los moros arrancados,
cojieron se con todo essora los cruzados.
Fueron por ambas partes los golpes avivados,
todos para luchar estaban animados:
fueron a la primera los moros derrotados,
reuniéronse enseguida de nuevo los cruzados.
80 Era la cosa puesta e de Dios otorgada
que serien los de España metidos a espada:
a los dueños primeros les seria tomada.
Tornaron en el campo ellos otra vegada.
Por Dios la cosa estaba dispuesta y otorgada
que serían pasados los de España a espada:
a los dueños primeros les sería tomada.
Volvieron al campo ellos otra vez.
81 Cuidaran los cristianos ser bien asegurados
que avian a los moros en el canpo arrancados;
fueron se los paganos essas oras tornados,
si non por quien non ayan perdon de sus pecados.
Pensaban los cristianos estar asegurados
por haber a los moros en el campo derrotado;
los paganos de nuevo había retornado,
sólo por quien no tenga perdón de sus pecados.
82 Otro dia mañana los pueblos descreidos
todos fueron en canpo de sus armas guarnidos,
tañiendo añafiles e dando alaridos:
las tierras e los çielos semejavan movidos.
La mañana siguiente los pueblos descreídos
todos fueron al campo con armas guarnecidos,
tañendo añafiles y dando alaridos:
las tierras y los cielos parecían removidos.
83 Volvieron essas oras un torneo parado,
començaron el fecho do lo avian dexado:
morieron los cristianos todos, ¡ay, mal pecado!;
del buen rey essas oras non sopieron mandado.
Volvieron con las huestes a luchar preparados,
reanudaron el combate donde lo habían dejado:
murieron los cristianos todos, ¡ay, malhadados!
del buen rey en ese momento no tuvieron noticia.
84 En Viseo fallaron despues la sepultura
do yazia el rey muerto, con aquesta escritura:
«Aqui yaz don Rodrigo, un rey de gran natura,
el que perdio la tierra por su desaventura.»
En Viseu hallaron después la sepultura
donde yacía el rey muerto, con este escritura:
«Aquí yace don Rodrigo, un rey de gran natura,
el que perdió la tierra por su desventura.»
85 Fueron, commo oyestes, de los moros rancados:
muchos eran muertos, muchos los cativados;
fuien los que fincaron maldiziendo sus fados;
fueron por todo el mundo luego estos mandados.
Fueron, como habéis oído, de los moros derrotados:
muchos eran los muertos, muchos los cautivados;
huyen los que quedaron maldiciendo sus hados;
fueron por todo el mundo luego estas noticias.
86 Pero, con todo esto, buen consejo prendieron:
tomaron las reliquias quantas tomar podieron,
alçaron se en Castiella, assi se defendieron,
los de las otras tierras por espadas murieron.
Pero, con todo esto, la mejor decisión eligieron:
tomaron las reliquias cuantas coger pudieron,
se alzaron en Castilla, así se defendieron,
los de las otras tierras por espada murieron.
87 Era Castiella Vieja un puerto bin çerrado,
non avie mas entrada de un solo forado,
tovieron castellanos el puerto bien guardado,
por end’ de toda España esse ovo fincado.
Era Castilla la Vieja un puerto bien cerrado,
no había otra entrada más que un solo paso,
tuvieron los castellanos el puerto bien guardado,
porque en toda España sólo ese había quedado.
88 Fincaron las Asturias, un pequeño lugar
con valles e montañas que son çerca la mar;
non podieron los moros por los puertos passar
e ovieron, por tanto, las Asturias fincar.
Quedaron las Asturias, un pequeño lugar
con valles y montañas, muy cerca del mar;
no pudieron los moros por los puertos pasar
y hubieron, por tanto, las Asturias dejar.