Los Anales de San Bertín o Annales Bertiniani son una importante fuente histórica del Imperio Carolingio, principalmente de su parte occidental. Fueron redactados por al menos por tres autores distintos y describen, con bastante detalle, los hechos históricos acaecidos entre los años 830 y 882.
Como en otras fuentes históricas francas de la época, recogen en ocasiones noticias sobre Hispania, sobre todo relacionadas con el área de influencia franca: la Marca Hispana. Veamos a continuación estas referencias históricas, tomando como edición de consulta los Anales de San Bertín traducidos, editados y anotados por David Carmona Centeno.
830. En el año 830 se celebró allí mismo [Aquisgrán] una asamblea en la que , convencido principalmente por las razones de su chambelán Bernardo, [el Emperador] decidió iniciar una campaña militar con todos los francos en tierras de Bretaña. […] Como el pueblo entero estaba en contra de esta empresa por las dificultades que entrañaba, se negó a seguirlo. En esto, algunos de los principales, que conocieron estas quejas, convocaron al pueblo para convencerlo de que abandonara la lealtad prometida al Señor Emperador. Por ello, todo el pueblo, en lugar de haber marchado a Bretaña como era su obligación, se congregó en París. Así, empujaron a Lotario y a Pipino a venir, respectivamente, desde Italia y Aquitania para destronar a su padre, anular a su madrastra y asesinar a Bernardo. Cuando llegó a oídos del susodicho Bernardo lo que estaba ocurriendo, puso pies en polvorosa y se refugió en Barcelona. […]
831. […] Acudió a su presencia el conde Bernardo y, mediante juramento ante el Emperador y sus hijos, expió los crímenes de los que se le había acusado.
Comienzan estos Anales con la rebelión contra el Emperador a causa de las actuaciones del chambelán Bernardo de Septimania, quien en el 830 era duque de Septimania y Gotia así como conde de Barcelona, Osona, Gerona, Tolosa y Carcasona. En el 829 había sido nombrado chambelán del emperador Luis I el Piadoso (Ludovico Pío) y cedió parte de su poder a su hermanastro Gaucelmo.
Pero su estancia en la corte fue efímera. Se creó numerosos enemigos y corrió el rumor de que se veía con la emperatriz Judit de Baviera. Finalmente, una impopular incursión contra Bretaña provocó el motín de las tropas francas en el 830. Ante esta situación y con la oposición de los tres hijos mayores de Luis I, Bernardo optó por volver a sus dominios. Ese mismo año Luis I fue derrocado por su hijos Lotario, Pipino I de Aquitania y Luis el Germánico, aunque vuelve a recuperar el poder en la Asamblea de Nimega (octubre 830). Bernardo fue exculpado de las acusaciones en el 831 pero no parece que recuperara su cargo de chambelán.
En noviembre del 831 Pipino I de Aquitania se vuelve a rebelar contra su padre Luis I. Su consejero, Berenguer, conde de Tolosa, se opuso a esta acción, pero Bernardo de Septimania le animó. A principios del 832 Luis I comienza una campaña militar contra su hijo contando con la ayuda de Berenguer de Tolosa. Berenguer penetró en los dominios de Bernardo apoderándose del Rosellón y puede que también de Rasés y Conflent. Las sucesivas victorias imperiales obligan a Pipino y a Bernardo a comparecer en otoño del 831 frente a Luis I. Pipino fue desposeído del reino de Aquitania y enviado prisionero a Treveris, y sus territorios se otorgaron a Carlos el Calvo. Bernardo y su hermanastro Gaucelmo fueron acusados de infidelidad y todas sus posesiones fueron entregadas a Berenguer de Tolosa.
835. […] La asamblea [de Cremieux] tuvo lugar en junio. El Emperador recibió los tributos anuales, tomó las medidas necesarias para solucionar los problemas en las marcas de Hispania, y Septimania o Provenza, y regresó a Aquisgrán.
Bernardo seguirá apoyando a Pipino I en esta ocasión contra su hermano Lotario y en favor del emperador Luis I. Pipino resultará victorioso y Bernardo le reclamará los territorios perdidos a pesar de que estaban legítimamente en manos de Berenguer de Tolosa. En junio del 835 el emperador reúne a Bernardo y a Berenguer en la Asamblea de Cremieux para tomar una decisión al respecto, pero en el viaje murió Berenguer de Tolosa. Así que Bernardo recibió los condados de Barcelona y Gerona así como el de Tolosa, salvo el condado de Ampurias y Rosellón, que se había otorgado a Suniario I y los territorios de Pallars y Ribagorza, usurpados por Aznar I Galíndez, conde de Urgel y Cerdaña.
836. […] En otro orden de cosas, Aznar, conde de la Vasconia citerior, que había hecho defección de Pipino algunos años antes, sufrió una muerte horrible; y su hermano Sancho, hijo de Sáncho, ocupó esta región en contra de la opinión de Pipino. […]
Se refiere aquí al conde Aznar Sánchez, conde Gascuña, rebelado contra Pipino de Aquitania, que al parecer fue ejecutado y sucedido por su hermano Sancho Sánchez, quien continuó la rebelión.
839. […] Mientras tanto se instaló el rumor de un suceso más que deplorable, por el que todos los hijos de la Iglesia Católica debían llorar: el diácono Bodón, de origen alamán, […] abandonó el Cristianismo y se convirtió a la religión judía […]. Finalmente, dominado por un misérrimo deseo, se fue a vivir con los judíos a Zaragoza, ciudad de Hispania, a mediados de agosto. […]
[…] La otra parte comprendía la Borgoña que incluye los condados de Ginebra, Lyon, Chalon-sur Saône, Amaus, Oscheret, y los de Langres y Toul, y desde ahí siguiendo el curso del Mosa hasta el mar; el territorio entre el Mosa y el Sena, y el situado entre el Sena y el Loira incluyendo la Marca Bretana, Aquitania y Gascuña con sus respectivas marcas, Septimania con su marcas y la Provenza.
Bodón era un diácono de origen alamán y de familia noble que en el año 839 se convirtió al judaísmo y se marchó a al-Andalus cambiándose el nombre a Eleazar y estableciéndose en Zaragoza.
Por otro lado tenemos una mención al reparto del reino entre los hijos de Ludovico Pío. Carlos será quien dominará los territorios de Septimania, incluyendo la Marca Hispana.
842. […] También unos piratas moros llegaron a las inmediaciones de Arlés navegando por el Ródano, devastaron todo a su paso y regresaron impunemente con sus naves cargadas de botín.
Los piratas de origen andalusí hicieron numerosas incursiones contra las costas del sur de l reino franco, e incluso llegaron a establecerse en Fraxinetum.
844. […] Bernardo, conde de la marca Hispánica, quien desde hacía tiempo albergaba grandes proyectos y ansiaba la cima del poder, fue acusado de traición por el juicio de los francos y sentenciado a la pena capital en Aquitania por orden de Carlos. […]
Los vikingos remontan el Garona hasta Toulouse y llevan a cabo saqueos por doquier sin encontrar oposición. De allí, unos se vuelven y atacan Gallaecia, pero mueren o bien por el tino de los ballesteros, o bien sorprendidos por una tempestad en el mar. Otros, en cambio, van al suroeste de Hispania, donde, tras luchar encarnizadamente largo tiempo contra los sarracenos, caen finalmente derrotados y se retiran a sus barcos.
Durante la campaña de Carlos el Calvo en Aquitania del año 842, decidió castigar a Bernardo desposeyéndole del condado de Tolosa que entregó al conde Acfredo (julio de 842), pero Bernardo rehusó aceptar la decisión y se rebeló abiertamente, aliado a Pipino II, expulsando a Acfredo de Tolosa (843).
En 844 Carlos el Calvo volvió a Aquitania con el objetivo de someter a Pipino II y conquistar Tolosa. Parece que en un golpe de suerte Bernardo de Septimania fue capturado por las fuerzas imperiales quizás durante el ataque a Tolosa. En mayo de 844 Bernardo fue presentado a Carlos tras su captura, quien ordenó su ejecución, siendo decapitado.
Efectivamente en el 844 hubo una expedición vikinga que atacaron las costas gallegas, Lisboa y Sevilla donde fueron derrotados por las tropas de Abderramán II.
847. Provenientes de Córdoba, Hispania, visitan a Carlos unos legados del rey Abderramán [II], rey de los sarracenos, para buscar la paz y sellar un tratado que la sustente. Los recibió en Reims con los honores debidos y después los despachó.
Bodón, quien años antes había renegado de la verdad cristiana para abrazar la perfidia de los judíos, actuó con tanta maldad que trató por todos los medios de incitar los ánimos de todos los cristianos que vivían en Hispania bajo el yugo del rey y del pueblo de los sarracenos, con el fin de que abandonaran la religión cristiana y se convirtieran a la locura de los judíos o a la demencia de los sarracenos; de lo contrario, les aseguraba, serían todos ejecutados sin vacilación. A tenor de ello, todos los cristianos del reino hicieron llegar una desesperada súplica al rey Carlos, a los obispos de su reino y a las demás órdenes de nuestra fe para que exigieran al citado apóstata que dejara de poner a los cristianos en la tesitura de elegir entre persecución o muerte. […]
Se narra aquí una de las varias legaciones diplomáticas que se intercambiaron el emirato de Córdoba con el emperador carolingio. Continua además la historia del apóstata Bodón / Eleazar.
848. […] Guillermo, hijo de Bernardo, conquista Ampurias y Barcelona más por astucia que por fuerza.
Efectivamente, tras la ejecución de Bernardo de Septimania, su hijo Guillermo recogió el testigo de su padre al lado de Pipino II de Aquitania, quien le encomendó el condado de Toulouse. En el 848, tras fallecer Sunifredo I, se hizo con el control de los condados de Ampurias-Rosellón y Barcelona
849. […] Carlos entra en Aquitania y somete a casi todos por medio de la conciliación y con el favor de Cristo. También pone la marca Hispánica en orden como mejor le parece. […]
Carlos II el Calvo continuó luchando contra Pipino II de Aquitania. En el verano del 849 Carlos II decide asediar Tolosa. El conde Frédol de Tolosa acoge sus tropas y es ratificado en el cargo. Mientras tanto Pipino II huye. Carlos II nombra a Alerán conde de Barcelona y de Ampurias-Rosellón así como marqués de la Septimania. También nombra a Isembard como adjunto de Alerán. Por otro lado, concede a Wifredo los condados de Gerona y Besalú; y a Salomón los de Cerdaña, Urgel y Conflent. Ante esta situación Guillermo pide la ayuda del emir ʿAbd al-Raḥmān II.
850. Guillermo, hijo de Bernardo, captura a los condes Alerán e Isembardo en la marca Hispánica tendiéndoles una trampa. Pero, a su vez, él mismo fue capturado al caer en otra treta más sutil, y fue asesinado en Barcelona.
los moros devastan todo el territorio hasta Arlés sin encontrar impedimento. Sin embargo, durante su travesía de regreso, un viento contrario los frenó y obligó a dar la vuelta. De ese modo, fueron aniquilados.
Pipino y Guillermo de Septimania, con la ayuda del ejército cordobés, asedian Gerona, devastando la zona aunque si lograr entrar en la ciudad. Carlos II envió refuerzos y derrotó a Guillermo quien acabó por refugiarse en Barcelona. Allí fue apresado por nobles partidarios de Carlos II y ejecutado. Alerán e Isembard pasan a gobernar también el condado de Barcelona.
852. […] Los moros toman Barcelona gracias a la traición de los judíos. Matan a casi todos los cristianos, asolan la ciudad y regresan impunes a sus casas. […]
[…] Sancho, conde de Vasconia, toma como prisionero a Pipino, hijo de Pipino, y lo pone bajo custodia hasta llevarlo a presencia de Carlos. […]
[…] Abderramán, rey de los sarracenos que habitan en Hispania, muere en Córdoba y le sucede su hijo en el reino. […]
En el año 851 las tropas cordobesas volvieron a atacar Barcelona, saqueando la población aunque no se asentaron en ella. Es probable que en estos combates falleciera Alerán. Isembard quedó como conde único. Antes del 19 de agosto del 852 se firmó un tratado de paz con los cordobeses. Ese mismo año falleció el emir omeya y le sucedió su hijo Muhammad I.
858. […] Entretanto, un monje del monasterio del mártir San Vicente y del confesor San Germán volvió de Córdoba, ciudad de Hispania, trayendo consigo los cuerpos de los santos mártires Jorge el Diácono y Aurelio y también la cabeza de Natalia. Los dejó en la villa de Esmans para que fueran preservados en relicarios.
Usuardo y Odilardo, monjes de Saint Germain-des-Près, cercano a París, se trasladan a la Península para obtener reliquias de mártires. Enterados del movimiento cordobés del mozarabismo radical, se hicieron con los restos de los mártires Jorge, Natalia y Aurelio, ejecutados en 852. La buena acogida de estas reliquias motivó el envío por parte de Carlos el Calvo de una embajada a Córdoba, presidida por un tal Marcio, con el único fin de recabar información sobre la vida y martirio de los santos Aurelio y Jorge.
859. […] Unos piratas daneses, en una larga navegación por mar, llegan al Ródano a través del estrecho que separa Hispania y África. […]
La incursión vikinga del 859 afecto a Galicia (incluyendo Santiago), Algeciras y, tras pasar el estrecho de Gibraltar, atacaron las islas Baleares, el valle del Ródano, el Rosellón y Ampurias.
863. […] Hunfredo, marqués de Gothia, arrebata y usurpa Toulouse a Raimundo sin que el rey Carlos lo supiera, por medio de una conspiración de los habitantes de la ciudad, acostumbrados a quitar y a poner condes. […]
También hizo lo propio, siguiendo la ceremonia acostumbrada, con el legado de Muhammad, rey de los sarracenos, quien trajo muchos regalos espléndidos y cartas que hablaban de paz y de pactos de amistad. Decidió que este aguardara en Senlis el momento oportuno para poder ser enviado de vuelta, como se merecía su rey, con el honor, la protección y los recursos oportunos para el viaje. […]
Hunifredo era, además de marqués de Gotia, conde de conde de Gerona, Besalú y Ampurias (858-862), conde de Barcelona, Rosellón y Narbona (858-864), conde de Beaune, Dijon y Autun (858-863), conde de Chalon-sur-Saône y de Mâcon (858-863) y conde de Tolosa, Pallars y Ribagorza (863 -865). En el 862 se rebeló contra Carlos II el Calvo.
864. […] Carlos regresó a Compiégne tomando consigo a su hijo y tocayo Carlos, y despachó a sus enviados a Gothia para recibir la sumisión de ciudades y fortalezas. […] Los legados del rey Carlos regresan de Gothia sin éxito del encargo que a su embajada se le había encomendado. Mientras Hunfrido abandona Toulouse y Gothia y atraviesa la Provenza para ir a parar a territorio de Italia, Carlos envía de nuevo otros legados a Toulouse y Gothia para recibir las ciudades y fortalezas.
[…] Carlos regresa del lugar llamado Pîtres y entra en Compiégne aproximadamente el 1 de julio. Despacha de vuelta con el debido honor al enviado de Muhammad, rey de los sarracenos, que había llegado a su corte antes del invierno, y ordena que lo acompañen enviados suyos cargados de espléndidos regalos. […]
En el 864 los normandos, que habían penetrado en Aquitania en el 863, fueron conducidos por Pipino II, quien había sido apresado por ellos, hasta la ciudad de Tolosa. Hunifredo pudo rechazar el ataque, pero poco después, encontrándose sin aliados en el sur, decide abandonar Tolosa y huye hacia Italia. Se desconoce que ocurrió con él a partir de este momento. Sus territorios fueron repartidos por Carlos II. El condado de Barcelona pasó a Bernardo de Gotia. Los condados de Tolosa y Narbona pasaron a Bernardo II de Tolosa.
Se relata también una embajada del emir Muhammad I de Córdoba.
865. […] Carlos, por su parte, llega, vía Attigny, a Senlis, donde celebra la Cuaresma y la Pascua del Señor [22 de abril]. Envía a Bernardo, nacido de la unión de un tal Bernardo y de la hija del conde Rorgo, a Gothia para confiarle parte de esta marca. […]
[…] Carlos recibe en Compiégne a los legados que había enviado el año anterior a la corte de Muhammad en Córdoba. Traen muchos regalos transportados en camellos: cojines y palios de seda, telas de diferentes tipos y muchos perfumes. […]
868. […] En esta misma asamblea, el rey recibió a los marqueses Bernardo de Toulouse, Bernardo de Gothia y también otro Bernardo. […]
Bernardo de Gotia un noble franco era hijo del conde Bernardo II de Poitiers y de Bliquilda. Se cita por primera vez el 22 de abril del 865 en la asamblea de Servais, presidida por el rey Carlos el Calvo, quien le nombra marqués de la Gotia, es decir, la región situada en torno a Narbona, de la Septimania y conde de Barcelona. Recoge así gran parte de los dominios del rebelde conde Hunifredo.
872. Carlos nombró a Bosón, hermano de su esposa, como camarlengo y maestro de ujieres de su hijo Ludovico. Además, le entregó los honores al conde Gerardo de Bourges y lo envió a Aquitania junto con Bernardo y el otro Bernardo, el marqués, confiándole la administración de ese reino. A Bernardo, conde de Toulouse, después de que este prestara juramento, le entregó Carcasona y Razés, y lo envió de vuelta a Toulouse. […]
En el 870 fallece el conde de Gerona y Besalú, Otger. Ambos territorios fueron adscritos al condado de Barcelona y, por lo tanto, también pasaron al poder de Bernardo de Gotia. En la corte del rey de Aquitania, Luis el Tartamudo, Bernardo se alió con Bernardo Plantapilosa (Bernard Plantevelue), conde de Auvernia y de Tolosa, y con Bosón, conde de Arlés, contra las otras facciones existentes en la corte.
873. […] Cubrieron los campos de Germania, las Galias y, especialmente, de Hispania tal cantidad de langostas que podría compararse con la plaga de Egipto.
879. […] Con la intención de entrar en las regiones de Autun para sofocar la rebelión del marqués Bernardo, llegó hasta Troyes.
En el 878 Bernardo de Gotia es excomulgado por el Papa Juan VIII en el concilio de Troyes por su oposición al obispo Frotario y por usurpar bienes eclesiásticos. Finalmente el 11 de septiembre del 878 el rey desposeyó de todos sus cargos a Bernardo de Gotia. Bernardo Plantapilosa recibió la Septimania; Wifredo I el condado de Urgel-Cerdaña y los de Barcelona, Osona, Gerona y Besalú; y su hermano Miró el Viejo el condado de Rosellón. Bernardo Plantapilosa y otros nobles siguieron combatiendo a Bernardo de Gotia. Benardo de Gotia acabó cercado en Autun en la primavera del 879. Se pierde su pista a partir de este momento.