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Castilla bajo el gobierno de Fernando I (1037-1065)

por Javier Iglesia Aparicio
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Fernando I de León. Óleo de Antonio Maffei Rosal (1855). Museo del Prado

Casi un año después de la muerte de Bermudo III de León, el 22 de junio de 1038, el último conde de Castilla, Fernando Sánchez, es coronado rey en la catedral de León. Desde esa fecha nadie más volverá a utilizar el título de conde de Castilla.

Las últimas menciones documentales de este título corresponden a los años 1036 y 1037. La carta de arras otorgada por Ramiro I de Aragón en favor de su esposa la reina Ermesinda o Gisberga, el 12 de agosto de 1036, se menciona  … et comite Fredinando in Castella… Otro diploma de San Pedro de Arlanza, del 1 de enero de 1037, se calenda por Rex Vermudo et Fredinando comes in regnis suis y otro de la misma fecha, pero perteneciente a la abadía de Covarrubias, dice rex Virimundo et Frenando comes in regnis suis. Por último, el 13 de abril de 1037, en San Millán de la Cogolla, se dice regnante rex Veremundo in Legione, Fredinando comite in Castella…

El condado que deja Fernando Sánchez tiene menor extensión  territorial que bajo sus predecesores y, además, deja de tener un gobernante propio. De todas formas, esto no implica que dejara de tener su importancia pues en la gran mayoría de los diplomas firmados por el rey siempre se suele mencionar que el rey Fernando reinaba en León y en Castilla o en Castilla y León.

Fernando no nombró a ningún magnate regidor de los territorios castellanos y serán oficiales inferiores los que gobernarán las tenencias y los alfoces en los que se divide el territorio castellano como los de Los Ausines, Lara, Clunia (Coruña del Conde), Muñó, Lerma, Tabladillo, Ura y Castrojeriz.

Fernando I de León. Óleo de Antonio Maffei Rosal (1855). Museo del Prado
Fernando I de León. Óleo de Antonio Maffei Rosal (1855). Museo del Prado

La batalla de Atapuerca (1054) y el enfrentamiento con Sancho IV

Tras el enfrentamiento entre las tropas de Fernando I y García III de Pamplona en Atapuerca, donde el rey pamplonés fue derrotado y muerto, Castilla comienza a recuperar parte de los territorios perdidos décadas antes. Antes del 1058 ya había recuperado todo el territorio de la Bureba, Castella Vetula y Trasmiera quedando aún Término, Pancorbo, Cellórigo, Oca, Alba y Álava en manos pamplonesas.

Posteriormente, en otros enfrentamiento contra Sancho IV, Fernando I recuperó Santa María de Ribarredonda, Valpuesta, Belorado, San Miguel de Pedroso y Oca en torno al año 1060. Tras la paz del año 1062, Pamplona sólo conservó las plazas de Pancorbo y el condado de Álava.

Expansión frente a los reinos de taifas de Toledo y Zaragoza

La actividad de conquista frente a los reinos de taifas se vio frenada por los enfrentamientos internos y con el reino de Pamplona. Al comienzo del reinado de Fernando I la frontera sur de Castilla permanece sin apenas variaciones tras las duras acometidas de Almanzor. Sancho García logró recuperar las fortalezas de Osma, Clunia y San Esteban de Gormaz mientras que Gormaz continuaba siendo una fortaleza musulmana. Es posible que también se recuperara Sepúlveda sino lo había hecho antes el conde Sancho García..

La labor de organización de la ribera del Duero castellano continua. En 21 de junio de 1038 Fernando entrega el castillo de Biérboles a García Iñíguez, cerca de San Esteban de Gormaz. Se lo da yermo para que lo pueble. En 1042 concede al monasterio de Arlanza el de Gumiel de Izán. En estos años comienzan a aparecer en la documentación otras localidades ribereñas como Hontoria de Valdearados (1044), Baños de Valdearados (1048), Peñaranda de Duero, Aranda de Duero y Castrillo de la Vega (1054); y Alcoba de la Torre y Berzosa (1062).

No existió ningún avance en la frontera hasta al menos el año 1058, cuando en agosto o septiembre se inició una campaña contra el reino taifa de Toledo avanzando por la calzada que unía Osma con Medinaceli. Conquistó Gormaz, Vadorey (Vadum Regis), Berlanga y Aguilera. Arrasó además todas las torres y atalayas sobre el monte Parrantagón y del valle del Bordecorex. Atacó también el reino taifa de Zaragoza, conquistando Caracena y llegando hasta Medinaceli.

Sigue entonces entre la línea fronteriza de los reinos de Toledo y Zaragoza, conquistando y destruyendo los castillos de Santamera, Santiuste y Huermeces en el valle del río Salado, afluente del río Henares.

La siguiente campaña la realizó en el año 1062, contra la taifa de Toledo. Devasta Talamanca y los campos de Guadalajara y de Alcalá. Fernando obtuvo un importante tributo de manos del rey al-Mamún de Toledo. De esta forma, casi en el fin de su reinado, Fernando I ha asegurado la frontera sur de Castilla y tiene el vasallaje de los reinos taifas de Toledo y de Zaragoza.

Su acción llegó incluso al reino de Sevilla donde en 1063, como pago por no asediar la ciudad, consiguió de al-Mu’tadid el pago de parias y obtuvo también las reliquias de San Isidoro.

Creación del reino de Castilla

Mientras se hallaba asediando la ciudad de Valencia, Fernando I se sintió enfermó y se volvió hacia León, donde llegaría el 24 de diciembre de 1065. Tres días después falleció.

Su patrimonio fue dividido entre sus hijos. Sancho, el primogénito, recibió Castilla con el título de rey además de las parias del reino taifa de Zaragoza. Alfonso recibió el reino de León y las parias de Toledo; García, con título de rey, recibió Galicia y Portugal así como las parias de los reinos de Sevilla y Badajoz; por último, a su hija Elvira, le concedió el señorío de Toro y a su hija Urraca el de Zamora.