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Los últimos años de gobierno de Sancho García (1009-1017)

por Javier Iglesia Aparicio
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Estatua de Sancho García en Oña

El nuevo califa de Córdoba, Muḥammad II, llamado al Mahdī, el Salvador, no supo ganarse la voluntad de los eslavos ni de los bereberes e incluso provocó la división entre su propia familia omeya. Así que pronto un nieto de ʿAbd al-Raḥmān III, llamado Hisham ben Sulaymān, fue proclamado califa con el apoyo de los bereberes.

Muḥammad II sorprendió al nuevo pretendiente y Hisham fue degollado el 23 de junio de 1009. A continuación desató una cacería de bereberes que comenzaron a huir pero a los que se les unió Sulaymān ben al-Ḥakam, sobrino de Hisham. Sulaymān fue proclamado califa por las tropas bereberes. La guerra civil se extendía por al-Ándalus.

Las noticias de la inestabilidad de Córdoba pronto llegaron a las cortes cristianas. Sancho García aprovechó la situación para lanzar una incursión contra la frontera. Dicen los Anales Castellanos Segundos:

«El año 1009 penetró el conde Sancho García en tierra de moros hasta la ciudad de Molina y destruyó la torre de Azenea».

El conde castellano llega hasta Molina y destruye una torre, Azenea, que bien pudiera ser Atienza.

Sancho García árbitro en la guerra civil cordobesa (1009)

La guerra civil cordobesa continuaba. Muḥammad II se mantenía en Córdoba mientras Sulaymān logró apoderarse de Guadalajara. Desde allí entabló conversaciones con el general eslavo Wāḥid, comandante de las tropas de la frontera acantonadas en Medinaceli y gobernador de Toledo, pero esté rechazo apoyar a Sulaymān y los trató como rebeldes.

Resulta que ambas facciones enviaron embajadas a Castilla para conseguir su apoyo. La embajada de Sulaymān ofrecía una alianza contra Wāḥid y el califa Muḥammad II.  La embajada de Muḥammad II ofrecía a Sancho García numerosos bienes y la devolución de varias plazas fronterizas. Sancho García sopesó sendas propuestas y, una vez que Sulaymān también acordó devolver plazas fronterizas, se decidió por apoyar al pretendiente apoyado por las tropas bereberes.

Sancho García envió provisiones a Sulaymān: 1000 bueyes, 5000 carneros y 1000 carros cargados de grano y otros víveres. A continuación organizaron una expedición conjunta para ir hacia Córdoba. Primero pasaron por Medinaceli para tratar de convencer a Wāḥid de que se les uniera. Pero Wāḥid se negó y movilizó sus fuerzas contra ellos.

Wāḥid, con refuerzos recibidos de Córdoba, alcanzó a castellanos y bereberes en el valle del Jarama, en un lugar llamado Qalat Abd al-Salam, en agosto del 1009. Wāḥid fue derrotado y se replegó hacia Córdoba. El ejército coaligado continuó su avance y el 3 de noviembre llegó a Guadalmellato, a una jornada de Córdoba. Muḥammad II decidió salir al encuentro de sus enemigos y se enfrentó el 5 de noviembre en un lugar llamado Qantish, al nordeste de Alcolea.

La baja calidad de la tropa de Muḥammad II enseguida inclinó la balanza hacia el ejército de Sulaymān. Hubo una gran matanza y el general Wāḥid abandonó a Muḥammad II y con sus hombres vovió a Medinaceli. Mientras tanto Muḥammad II se refugió en el alcázar de Córdoba. Allí renunció a su título y repuso al califa Hisham II.

Sulaymān hizo una entrada solemne en Córdoba el 8 de noviembre y tomó el alcázar. Respetó la vida del recién repuesto Hisham II pero le obligó a renunciar al califato en favor de él. Ese mismo día fue proclamado califa Sulaymān con el título honorífico de al-Mustaʿīn bi-Llāh. Mientras Muḥammad II logró escapar de Córdoba el 21 de diciembre de 1009 y se refugió en Toledo. Allí organizó su resistencia pues aún contaba con el favor de las tres marcas fronterizas desde Tortosa a Coimbra.

Sancho García reclamó en Córdoba las plazas fronterizas prometidas por el califa Sulaymān y éste le manifestó la imposibilidad de cumplir el acuerdo pues estaban en manos de Wāḥid, refugiado en Medinaceli, pero ratificó su compromiso. El conde castellano, con un importante botón saqueado en la ciudad,  abandonó Córdoba el 14 de noviembre dejando un centenar de caballeros para la protección del nuevo califa.

Castilla interviene en el condado de Ribagorza (1009 o 1010)

En el año 1009 o quizás más probablemente en el 1010, el conde Sancho envió un ejército para apoyar a Guillermo Isárnez, primo carnal suyo, a tomar de nuevo el condado y recuperar la autoridad condal. El condado había sido arrasado por ʿAbd al-Malik en el 1006 y se habían instalado numerosas guarniciones musulmanas.

En el 1003 había muerto el conde Isarno Ramón, conde de Ribagorza y tío de Sancho García, mientras combatía a los musulmanes en Monzón. Su heredera fue su hermana la condesa Toda. Pero el conde Isarno había tenido un hijo ilegítimo llamado Guillermo, quien se formó en Castilla a la sombra de su tía Ava, madre de Sancho García.

Tras la terrible incursión del 1016 Toda decidió contraer matrimonio con Suniario, conde de Pallars, que además se había apoderado de parte del condado de Ribagorza, para asegurar la defensa del condado. Pero tras el matrimonio pronto se vio que Suniario actuaba sólo en beneficio de su condado. Así que la condesa Toda trató de encontrar otra solución y pidió la ayuda de Sancho García.

Toda reclamó el envío de dos personajes desde Castilla. El primero era Guillermo Isárnez, para que dirigiese las tropas del condado de Ribagorza; el segundo era Mayor García, hermana del conde castellano, con el fin de que recibiera la sucesión legítima al frente del condado. Mayor se casaría con Ramón, hijo del conde Suniario. Todo esto suponía la abdicación de la propia Toda y de Suniario.

Con el apoyo de las tropas castellanas, Guillermo Isárnez liberó las tierras del río Isábena y expulsó todas las guarniciones musulmanas ya en el 1011. Guillermo procuró la paz en el reino pero murió asesinado entre marzo y agosto de 1016.

Recuperación de las fortalezas del Duero (1011)

La guerra civil continuaba en el califato. Sulaymān salía en enero del 1010 hacia Toledo para enfrentarse a Muḥammad II. Pero en vez de asediar la ciudad, Sulaymān continuó hacia Medinaceli, que ocupó sin resistencia pues el general Wāḥid había huido hacia Tortosa. Wāḥid escribió a Sulaymān solicitándole el perdón que le fue concedido así como la reafirmación en sus cargos.

Pero Wāḥid engañó a Sulaymān. llegó a un acuerdo con Ramón Borrell de Barcelona y Armengol I de Urgel y se reunieron todos en Toledo con las tropas de Muḥammad II. El enfrentamiento entre ambos ejércitos tuvo lugar el 2 de junio en Castillo de Vacar, al norte de Córdoba. La victoria parecía segura para los bereberes que habían logrado acabar con la vida del conde Armengol I, pero una mala maniobra de Sulaymān hizo que todo su ejército se retirara a Madinat az-Zahra. De esta forma Muḥammad II al-Mahdī volvió a entrar victorioso en Córdoba, que fue saqueada en esta ocasión por los catalanes.

Los bereberes se retiraron hacia Algeciras perseguidos por las tropas de Muḥammad II. Hubo un nuevo enfrentamiento, el 21 de junio, a orillas del río Guadiro. En esta ocasión el ejército de Muḥammad fue estrepitosamente derrotado. los vencidos regresaron a Córdoba y los catalanes, furiosos por la derrota sufrida, se dedicaron a todo tipo de excesos. El 8 de julio abandonaron la ciudad. Ante esta situación Wāḥid decidió deponer a Muḥammad y entronizar de nuevo a Hisham II, el 23 de julio de 1010. Muḥammad al-Mahdī fue asesinado. Hisham II delegó todo su poder en el general eslavo Wāḥid.

Mientras tanto Sulaymān volvió a reunir a sus tropas bereberes y ocuparon Madinat az-Zahra el 4 de noviembre de 1010. Desde allí Sulaymān volvió a pedir ayuda al conde Sancho García ofreciendo, de nuevo, la devolución de todas las plazas fronterizas que habían sido ocupadas por Almanzor y su hijo ʿAbd al-Malik, aunque ampliando el número, pues se incluían todas, no solo algunas.

Como las plazas estaban en poder de Wāḥid, Sancho García envió un mensaje al general amenazando con poner sus tropas a disposición de Suleyman y los bereberes si no cedía el control de ellas. Wāḥid no contestó y reunió un consejo de notables cordobeses. Como consecuencia, ya entrado el año 1011, Wāḥid cerró un tratado con el conde Sancho por el cuál, a cambio de la no intervención de los castellanos entregaba más de doscientas fortalezas.

Distintos Anales y Cronicones se refieren también a este hecho aunque con diferentes fechas. De entre las fortalezas es seguro que se devolvieron Clunia (Coruña del Conde), San Esteban, Osma y Gormaz, aunque también se mencionan otras posesiones en Estremadura, es decir, más allá del Duero. Además se amplían la frontera al recibir Castrobón (o Castrabo), Meronim o Meconia (posiblemente el castillo de Madruédano) y Berlanga.

El conde de los Buenos Fueros

Sancho García no intervino, tal y como había acordado, en el conflicto andalusí. Sulaymān y sus bereberes continuaron el asedio de Córdoba. Por otro lado, el general Wāḥid, que había intentado llegar a un acuerdo con Suleyman, fue asesinado el 16 de noviembre de 1011 por otro general eslavo: Ibn Abi Wadaa. El nuevo hombre fuerte de Córdoba se mantuvo en el poder hasta que el 10 de mayo de 1013 los bereberes lograron entrar en Córdoba. Al día siguiente Sulaymān volvió a ser proclamado califa. Los huidos se dispersaron por todo al-Ándalus y muchos comenzaron a proclamar su independencia de Sulaymān, dando origen a los reinos de taifas.

Una vez que la amenaza cordobesa se desmoronaba, el conde puedo acometer la reorganización del espacio fronterizo en torno al río Duero que hacía poco que había recuperado. Aunque el conde Sancho ha recibido el sobrenombre de el de los Buenos Fueros, sin duda como recuerdo de esa labor organizadora, no ha llagado a nuestros días ningún texto foral auténtico o fiable. Los que han llegado son completamente apócrifos como el de Cervatos, datado el 2 de marzo de 999; y el de Peñafiel, datado el 17 de agosto de 942 aunque bajo el conde Sancho.

La única actividad conocida en este aspecto del conde Sancho son dos confirmaciones de inmunidades con respecto a la actuación del sayón condal en Nave de Albura, cerca de Miranda de Ebro (1012); y en las aldeas de Berbeja, Barrio y San Zadornil.

Política matrimonial

Sancho García estaba casado con Urraca. Se ignora su apellido así que son varias las hipótesis sobre su filiación. Pero quizás la más acertada es la que supone que se trata de Urraca Gómez, hija del conde Gómez Díaz, conde de Saldaña. De ese matrimonio nacieron cinco hijos:

  • Muniadonna o Mayor Sánchez. Se casó con Sancho III de Pamplona en torno al 1010 y así se estrecharon las relaciones entre Castilla y Pamplona. Este fue el motivo de que años después el condado de Castilla pasar a manos del rey de Pamplona.
  • Tigridia Sánchez, abadesa del recién fundado monasterio de Oña.
  • Sancha Sánchez. Sancho García inició conversaciones con el conde de Barcelona, Ramón Borrell, en Zaragoza, con la intermediación del rey taifa Munḏir de Zaragoza, para casar a Sancha con Berenguer Ramón, heredero del condado barcelonés. Dada la corta edad de ambos contrayentes el matrimonio se llevó a cabo años después. En el año 1021 aparecen ya casados, siendo Berenguer Ramón ya conde de Barcelona. Fallecerá entre los años 1026 y 1027 tras haber dado a luz a Ramón Berenguer I y otro príncipe llamado Sancho Berenguer.
  • Urraca Sánchez, contrajo matrimonio con Sancho Guillermo, duque de Gascuña. Falleció en el año 1041.
  • García Sánchez, nacido en el año 1009, fue el último conde de Castilla.

Fundación del monasterio de Oña (1011)

Los condes de Castilla realizaron la fundación del monasterio de Oña el 12 de febrero de 1011. De esta forma constituían un patrimonio para su segunda hija, Tigridia, y lo nombraban en honor de San Salvador, Santa María Virgen y San Miguel Arcángel. El monasterio era dúplice y su primera abadesa fue doña Tigridia.

Los condes dotaron al monasterio de numerosas propiedades: la villa de Oña con sus iglesias de San Martín y de San Juan; y otros 120 lugares situados en La Bureba, los alfoces de Mena, Valdegovía, Valderredible, Arreba, Amaya, Trasmiera, Asturias de Santillana, Valdivielso, Ubierna, Mansilla, Soba, Mave y Los Ausines.

El lugar no pertenecía previamente a los condes y tuvieron que comprarlo al matrimonio compuesto por Gómez Díaz y Ostrocia, el 27 de febrero. Al poco tiempo se constituyó también una comunidad masculina pues en el 1014 se constata una donación de una tal Ilduara al abad Juan de San Salvador y San Miguel de Oña.

Este monasterio se convertiría en el panteón de los condes de Castilla y también de algunos reyes de Castilla y de Pamplona. En él reposan los condes fundadores Sancho García y Urraca Gómez; su hijo García Sánchez, también conde de Castilla; la hija de los fundadores, condesa de Castilla y reina de Pamplona, Muniadonna o Mayor Sánchez y su esposo Sancho III de Pamplona. También está el primer rey de Castilla, Sancho II el Fuerte.

Todos los sepulcros se encontraban en una capilla situada a los pies de la iglesia. Alfonso VII en el año 1137 ordenó que fueran metidos dentro. En época de Sancho el Bravo (1244-1295) fueron traslados de esa capilla a otra construida en 1285. Por último, entre los años 1479 y 1485, se trasladaron al presbiterio de la iglesia, los reyes al lado del evangelio y los condes al lado de la epístola.

Rebelión de Sancho García y los condes de Saldaña contra Alfonso V (1014)

El conde Menendo González, tutor de Alfonso V murió en el año 1008. A partir de entonces Alfonso V se hizo cargo del gobierno del reino de León. A partir de ese año parecen enfriarse las relaciones entre el rey y su tío Sancho. Pero la ruptura se hará definitiva en el año 1014.

Parece que ese año los condes Sancho García de Castilla y García Gómez de Saldaña se rebelaron contra Alfonso V. Las únicas noticias históricas de este hecho se encuentran en diplomas. Un documento del 2 de abril de 1015 relata que el rey Alfonso V acoge a un fugitivo del condado de Castilla llamado Pedro Álvarez y le otorga asilo y propiedades en Ablaceite.  El propio monarca declara la ruptura en otro documento del 14 de marzo de 1017, un mes después de la muerte de Sancho García.

Fijación de la frontera con el reino de Pamplona (1016)

Con el conde Sancho García el condado de Castilla alcanza su máxima extensión territorial. Por el norte la costa cantábrica abarcaba desde la desembocadura del río Deva, que delimitaba el condado de Álava con Guipúzcoa, recorría Vizcaya, Trasmiera y Asturias de Santillana. Por el sur dominaba el río Duero desde Osma hasta el castillo de las Mamblas, frente a Tudela de Duero, y más al sur se asomaba hasta la fortaleza de Castrobón (Castro, Soria) y Sepúlveda. La frontera occidental, que incluía el antiguo condado de Monzón, permanecía inalterable, lindando con el condado de Saldaña. Y lo mismo se puede decir de la frontera oriental con el reino de Pamplona, que se extendía siguiendo la del antiguo condado de Álava y acababa en el monte de la Cogolla o de San Lorenzo.

Pero conservamos un documento del año 1016 en el que Castilla y Pamplona delimitan la frontera al sur del pico San Lorenzo que se había visto alterada por las cesiones de fortalezas musulmanas tanto a castellanos como a pamploneses. Se trata de un documento conservado en San Millán de la Cogolla y que dice así:

«La división del reino. División del reino según la fijaron el conde Sancho y el rey Sancho de Pamplona de común acuerdo y conveniencia. Esto es: desde lo más alto de la Cogolla al río Valvanera, al Gramedo, donde se encuentra el mojón, por Viciercas y por Peña Negra hasta el nacimiento del río Razón; luego por medio del monte Carcaño, por la línea de las cumbres y por medio de Gazala, donde se encuentra otro mojón, hasta el río Tera; allí se hallan Garray, la ciudad antigua desierta, y desde allí al río Duero.»

La muerte de Sancho García

Sancho García falleció el 5 de febrero de 1017, según los Anales Compostelanos. Dejaba un heredero muy joven, García Sánchez. Sus restos mortales fueron llevados al monasterio de San Salvador de Oña, donde desde el 1012 descansaban los de su esposa Urraca Gómez.

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