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III. Los musulmanes invaden España – Poema de Fernán González

por Javier Iglesia Aparicio
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Estrofas 71 a 76 del Poema de Fernán González

71 Quando fueron las armas desechas e quemadas,
fueron aquestas nuevas a Marruecos passadas;
las gentes africanas fueron luego juntadas,
al puerto de la mar fueron luego legadas.
Cuando las armas fueron deshechas y quemadas,
estas noticias fueron a Marruecos llevadas;
las gentes africanas fueron ya convocadas,
y al puerto de la mar de inmediato llegaban.
72 Todos muy bien guisados por a España passar,
quando fueron juntados passaron allend mar;
arrivaron al puerto que dizen Gibraltar:
non podrie ningun omne quantos eran asmar.
Todos bien preparados para a España pasar,
cuando estuvieron juntos pasan allende el mar;
y arribaron al puerto que llaman Gibraltar:
ningún hombre podría cuántos eran juzgar.
73 Todos estos paganos, que Africa mandavan,
contra los de Oropa despechosos estavan,
………………………………………………………
entraron en la tierra do entrar non cuidavan.
Todos estos paganos que en África mandaban,
contra los de Europa despechados estaban,
………………………………………………………
entraron en la tierra donde entrar ni pensaban.
74 Llegaron a Sevilla la gente renegada,
essa cibdat nin otras non se les fizo nada;
era de mala guisa la rueda trastornada,
la cautiva d’España era mal quebrantada.
Llegaron a Sevilla las gentes renegadas,
ni esta ciudad ni otras les hicieron nada;
pues era del mal modo la rueda trastornada,
y la cautiva de España así era quebrantada.
75 El buen rey don Rodrigo, a quien avie contido,
mando por todo el reino andar el apellido:
el que non fuesse ante del mes conplido,
el aver e el cuerpo tovies’lo por perdido.
El buen rey don Rodrigo, quien esto había sufrido,
mandó por todo el reino convocar a la guerra:
quién no fuese antes del mes cumplido,
los bienes y la vida tuviese por perdido.
76 Las gentes quando oyeron pregones aquexados,
que d’averes e cuerpos eran mal menazados,
non era y ninguno pora fincar osado:
fueron ante del tienpo con el rey yuntados..
Las gentes cuando oyeron pregones acuciantes,
y sus bienes y vidas vieron amenazarse,
ninguno se atrevía en su casa a quedarse:
fueron antes de tiempo con el rey a juntarse.

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