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X.8 Inicio de la batalla de Hacinas – Poema de Fernán González

por Javier Iglesia Aparicio
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Estrofas 487 a 495 del Poema de Fernán González

487 Fueron todas las gentes en un punto guarnidas,
movieron pora ellos todos por sus partidas,
las azes fueron puestas, mescladas las feridas,
ovo de cada parte muchas gentes caidas.
Fueron todas las gentes al punto guarnecidas,
avanzaron hacia ellos todos por sus partidas,
los haces se dispusieron, intercambiaron heridas,
hubo de cada parte mucha gente caída.
488 El conde don Fernando, este leal cabdiello,
paresçia entre todos un fermoso castiello,
avie en la faz primera abierto un grand portiello,
fincado en el escudo traie mucho quadriello.
El conde don Fernando, este leal caudillo,
parecía entre todos un hermoso castillo,
en el primer haz había abierto un gran portillo,
clavados en el escudo traía flechas y cuchillos.
489 Ronpie todas las azes que fronteras estavan,
a la parte que el iva todos carrera l’ davan,
los golpes que fazia bien a lexos sonavan,
todos en sus feridas grand esfuerço tomavan.
Rompían todos los haces que frente a él estaban,
allá donde iba todos se retiraban,
los golpes que daba bien lejos sonaban,
todos, por herirle, gran esfuerzo se tomaban.
490 Andava por las azes commo leon fanbriento,
de vençer o morir tenie fuerte taliento,
dexava por do iva todo el canpo sangriento,
dava y muchas animas al bestion mascariento.
Andaba entre los haces como león hambriento,
a vencer o a morir tenía inclinación,
dejaba por donde iba todo el campo sangriento,
allí dio muchas ánimas al malvado diablo.
491 Un rey de los de Africa era y cavalgante,
—entre todos los otros semejava gigante—
que al conde buscava, —e el conde al semejante—;
luego quando lo vio fue se l’ parar delante.
Un rey de los de África estaba allí cabalgando,
—por encima del resto parecía un gigante—
al conde buscaba, —lo mismo hacia el conde—;
en cuanto le vio se fue a poner delante.
492 El conde quando l’ vio tan irado venir,
aguijo el cavallo e fue lo resçebir:
abaxaron las lanças e fueron se ferir,
¡devieran tales golpes una torre partir!
El conde cuando lo vio tan enfurecido venir,
aguijó el caballo y lo fue a recibir:
empuñaron las lanzas y se fueron a herir,
¡con tales golpes una torre debieran destruir!
493 Entramos unos a otro fueron mucho enbargados,
fueron muy mal feridos, estavan enbaçados;
fablar non se podian, tanto eran mal golpados,
eran de fuertes golpes amos a dos llagados.
Ambos, el uno al otro, mucho se enzarzaron,
fueron muy malheridos, estaban turbados;
no se podían hablar, tanto se habían golpeado,
a causa de los fuertes golpes, ambos estaban llagados.
494 El conde don Fernando, maguer que mal ferido,
antes que el rey entrasse en todo su sentido,
del conde fue otra vez el rey muy mal ferido,
fue luego del cavallo a tierra abatido.
El conde don Fernando, aunque muy malherido,
antes de que el rey recobrase el sentido,
del conde fue otra vez el rey muy malherido,
se cayó luego del caballo, a tierra, abatido.
495 Los vassallos del moro, quando aquesto vieron,
çercaron al buen conde, muy grand priessa le dieron;
essora castellanos en valde y non fueron:
dando grandes feridas su señor acorrieron.
Los vasallos del moro, ciando esto vieron,
cercaron al buen conde, gran encerrona le hicieron;
pero los castellanos en balde allí no fueron:
causando grandes heridas a su señor socorrieron.