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Capítulo 717 de la Primera Crónica General – Poema de Fernán González

por Javier Iglesia Aparicio
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Capítulo 717 – El capítulo de como el rey de Leon enuio dezir al conde  quel fuesse a cortes o quel dexasse el condado.

… el conde Fernand Gonçalez , pues que ovo uençudo al rey don Garçia, como auemos dicho, et fue tornado a so condado, llegol mandado del rey de Leon quel fuesse a cortes o quel dexasse el condado. El conde, quando ouo leydas las cartas quel rey enuiara desto, enuio por sus ricos omnes et por todos los caualleros onrrados de Castiella; et desque fueron uenidos a ell, dixoles assi:«Amigos et parientes, yo so uestro sennor natural, et ruegouos que me consegedes assi como buenos uassallos deuen fazer a sennor. El rey de Leon me a enuiado dezir por cartas quel de el condado, et yo quiero gelo dar, ca non serie derecho de gelo tener por fuerça, porque nos aurie que dezir e retraer, a mi et a quantos uiniessen despues de mi, si yo al ende fiziesse.

Demas non so yo omne de alçarmecon tierra, et los castellanostales fechos como estos non los suelen fazer; et quando fuesse sonado por Espanna que nos alçaramos con la tierra al rey de Leon, todos quantos buenos fechos fiziemos, todos serien perdudos por y. Ca si faze omne cient bienes et despues faze un yerro sennero, antes le contaran ell un mal fecho que los cient buenos que aya fechos; et esto nasce todo de enuidia. Et nunqua nasçio omne en el mundo que a todos los omnes fuesse comunal; et por ende dizen a las ueces del grand mal bien, et del bien grand mal. Pues nos auemos soffrido grand lazerio et estamos en estado qual nunqua cuedamos, loado sea Dios, et si assi lo perdiessemos, toda nuestra lazeria serie de balde. Et nos por lealtad nos preciamos de siempre; et por ende quiero yo yr a las cortes, si por bien lo tenedes, et quando yo alla fuere non seremos reptados. Amigos et uassallos, oydo auedes ya lo que uos he mostrado, et si uos otro consejo sabedes meior que este, ruegouos que me lo digades, ca si yo errado fuere, uos en grand culpa yazedes. Et la cosa que a sennor mas cumple es buen consegero, ca mucho uale mas que aquel que bien lidia, porque en el consegero yaze bien et mal………………………………………….

Et uos todos sabedes que el rey me quiere muy grand mal, et cierto so que non podre escapar que non sea preso o maltrecho, et alli uere yo como me acorredes o que conseio auredes pora sacarme ende. Et digouos que si yr non quisiere a aquellas cortes, que me pueden reptar. Et uos bien sabedes que non deue lidiar el omne que tuerto tiene, ca Dios non le quiere ayudar. Et mas vale ser muerto o preso que non fazer mal fecho que despues ayan a los parientes retraer. Et esto es lo que yo quiero fazer, si uos lo tenedes por bien; et quierome yr luego, et ruegouos que aguardedes a Garcia mio fijo.» Et espidiose estonces dellos et fuesse de yda, et non quiso consigo leuar mas de VII caualleros. Et assi como llego a Leon non le salio a recebir omne ninguno, et touolo el por mala sennal.

Otro dia fuesse pora palacio, et fue por besar la mano al rey, et non gela quiso dar et dixol:«Tiraduos alla, cuende, ca mucho sodes loçano. Bien a tres annos que non quisiestes uenir a mis cortes, demas alçastesme uos con el condado, et deuedes ser reptado por ende; et sin esto, fiziestesme muchos pesares et muchos tuertos, et nunqua me los meiorastes. Mas fio en Dios que ante que daqui salgades faredes ende buen derecho. Pero si todos los tiertos que me auedes fechos me quisieredes emendar assi como de mi corte mandare, dadme muy buenos fiadores a ello.» Pues que el rey ouo acabada su razon, respondiol el conde como omne muy bien razonado et de muy buen seso; mas non le touo ningun pro a esta sazon. Et razono assi el conde:«Sennor, de lo que dezides que me alçe con la tierra, non lo fiz nin uengo de logar pora fazer tal fecho, ca por lealtad et por mannas tengome por cauallero complido; mas fui daqui la otra vez muy mal desondrado de los leoneses, et por  esto non uinia a las cortes. Pero por una razon si me alçasse con la tierra non faria sin guisa, ca me tenedes mio auer forçado bien a tres annos. Et uos sabedes de qual guisa fue el pleyto —et cartas ay dello entre mi et uos— que si me non pagassedes los dineros al,plaço, que fuessen cada dia doblados. Et uos dadme fiadores otrossi que me cumplades mio auer assi como dize la carta, et yo daruos he fiadores otrossi que uos emiende quantas querellas de mi auedes assi como uestra corte mandare.» El rey fue muy sannudo contra el, et mandol luego prender alli et echarle en fierros.

Capítulo 717 – El capítulo de cómo el rey de León envió decir al conde que acudiese a cortes o que le dejase el condado.

… el conde Fernán González, luego  que hubo vencido al rey don García, como hemos dicho, y regresó a su condado, le llegó un aviso del rey de León de que acudiese a cortes o que le dejase el condado. El conde, cuando leyó las cartas que el rey le había enviado, mandó llamar a sus ricos hombres y a todos los caballeros honrados de Castilla; y cuando llegaron, les dijo:«Amigos y parientes, yo soy vuestro señor natural y os ruego que me aconsejéis, como deben hacer los buenos vasallos a su señor. El rey de León me ha mandado decir por cartas que le entregue el condado y yo quiero dárselo, pues no tengo derecho a retenerlo por la fuerza, porque se nos reprocharía a mí y a cuantos vengáis después de mí, si yo hiciera otra cosa.

Además yo no soy hombre para rebelarme y los castellanos no suelen hacer estas cosas. Y cuando se supiese por España que nos hemos levantado contra el rey de León, todas nuestras buenas acciones serían por ello mancilladas; pues si hace el hombre cien cosas bien, pero comete un yerro importante, antes contarán de este hecho malo que los cien buenos que haya hecho; y esto nace todo de la envidia. Y no ha existido jamás en el mundo quien sea para todos igual; por eso a veces se habla bien del mal y mal del bien. Nosotros, que hemos sufrido tanta desgracia y hemos llegado a una situación que nunca hubiéramos soñado, gracias a Dios, si así perdiésemos todo, todas nuestras desgracias y penalidades serían en balde. Nosotros siempre hemos sido leales; por eso quiero ir a las cortes, si os parece bien, y yendo allá nadie nos lo podrá reprochar. Amigos y vasallos, ya habéis oído lo que he dicho; pero si tenéis otro consejo mejor que éste, os ruego que me lo deis pues si yo cometo un error, vosotros seríais culpables. Pues lo que más conviene a un señor es un buen consejero, que vale mucho más que el que combate bien, porque del consejero depende el mal y el bien…………………………………………………………………………..

Todos vosotros sabéis que él nos desea grandes males, y estoy seguro de que no podré escapar de ser preso o terminar maltrecho; y allí veré yo cómo me socorréis o qué determinación tomáis para sacarme de allí. Y os repito que si no me decido a ir a esas cortes me lo reprocharán. Bien sabéis que no puede pelear el hombre que está errado porque Dios no lo quiere ayudar. Y más vale estar muerto o preso que cometer una mala acción que luego los parientes tengan que rectificar. Y esto es lo que yo quiero hacer, si os parece bien: quiero marchar enseguida, y os pido que protejáis a García, mi hijo». Se despidió de ellos y se puso en camino, y no quiso llevar consigo más que siete caballeros. Al llegar a León nadie le salió a recibir y le pareció mala señal. Al día siguiente fue a besar la mano del rey, pero éste no se la quiso dar y le dijo:«Apartaos, conde, que sois muy orgulloso. Hace tres años que no quisisteis acudir a mis cortes y os levantasteis contra mí en el condado; por ello debéis ser castigado. Y además de eso, me disteis muchos pesares y me hicisteis muchos daños, que nunca habéis satisfecho. Mas confío en Dios que, antes que os marchéis de aquí, me daréis satisfacción por todo ello. Pero si todo el daño que me habéis hecho quisierais rectificar como mi corte os diga, dadme de ello buenos fiadores».

Cuando el rey terminó de hablar, le respondió el conde como hombre de buenas razones y muy recto juicio, mas no le aprovecharon éste y aquéllas en esta ocasión. Y habló así el conde:«Señor, de lo que decís que me levanté contra vos con mi condado, no es cierto ni mi origen y natural me lo permiten, pues por lealtad y por astucia me tengo por caballero cabal; en cambio, me fui de aquí la vez anterior muy deshonrado por los leoneses, y por eso no venía a las cortes. Pero por una razón, si me hubiese rebelado, no lo habría hecho sin motivo, ya que no habéis pagado mis dineros en tres años. Y bien sabéis vos cómo fue el pacto —y hay documentos escritos sobre ello—, que si no me pagabais en el plazo acordado, que se doblase la deuda cada día. Dadme vos también fiadores de que pagaréis la deuda, tal como dicen las cartas, y yo os los daré de que satisfaré cuantas quejas tenéis de mí tal como vuestra corte lo indique».

El rey se enfureció con él y le mandó prender y encadenarle.

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