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Estrofas 521 a 526 del Poema de Fernán González
521 | El conde don Fernando, de fazienda granada, mando a prima noche llamar essa mesnada; luego fue a poca d’ora toda con el juntada, passaron por oir le aquella gent lazrada. | El conde don Fernando, de gestas renombradas, mandó al principio de la noche llamar a su mesnada; al poco tiempo toda con él estaba, vinieron a escucharle aquella gente agotada. |
522 | «Amigos —dixo el conde—, por Dios, que esforçedes, por el muy mal lazerio, que vos non desmayedes: cras ante de la nona un grand acorro avredes, en manera que vos el canpo vençeredes. | «Amigos —dijo el conde—, por Dios, que os esforcéis, pese al sufrimiento, no desfallezcáis: pues antes de las nonas una gran ayuda tendréis, de manera que vosotros en el campo venceréis. |
523 | Si quisieredes vos que el canpo venzamos, ante del sol salido nos los acometamos: si de rezio ferimos e vagar non les damos, dexar nos han el canpo ante que los firamos. | Si queréis que en el campo venzamos, antes de que salga el Sol les atacamos: si les golpeamos con ánimo y tregua no les damos, nos dejarán el campo antes de que los hiramos. |
524 | De muertos o vençudos non nos escaparan. Arrancados del canpo e vençudos seran, iremos en alcanco, ca de nos fuiran: vengar nos emos d’ellos del mal que fecho han. | Si no es muertos o vencidos no se escaparán. Expulsados de campo y vencidos serán, iremos en su alcance, pues de nosotros huirán: nos hemos de vengar de ellos pues nos han hecho mal. |
525 | Ca seguro so yo: vençudos non seremos, ca ante que esso fuesse morrir nos dexariemos, de dexar nos prender a vida non querriemos, ca bien se yo de nos que lo meior faremos.» | Pues convencido estoy yo: vencidos no seremos, pues antes de que eso ocurriese, morir nos dejaremos, en vez de dejarnos prender, la vida no querremos, pues bien sé yo que nosotros lo mejor haremos.» |
526 | Pues que el conde ovo la razon acabada, —sabie bien cada uno su çertera entrada— tornaron a sus tiendas, cada uno a su posada, dormieron e folgaron essa gente cruzada. | Cuando el conde acabó de hablar, —sabía bien cada uno su certera entrada— volvieron a sus tiendas, cada uno a su posada, durmieron y descansaron esa gente cruzada. |
- 522. Las nonas era la parte del día a mitad de camino de la sexta (mediodía) y las vísperas (la puesta del sol), por lo tanto, en algún momento de la mitad de la tarde.